sábado, 10 de septiembre de 2011

2-2. Mediocridad en la superioridad. Hombres frente a niñazas




No puede ser. De ninguna de las maneras. No ganar el partido de hoy explica por sí solo la desazón, las dudas y el monumental cabreo que los sevillistas padecen tras el pitido final de Teixeira Vitienes.

Se empató al final pero bien pudo y debió perderse un partido que teníamos ganado a los 22 minutos, tras penalti del cancerbero Diego López -con expulsión incluida- sobre Perotti y que sirvió para que Negredo -tras frivolité inicial- inaugurara el marcador.

Hasta ese momento el Sevilla parecía el deseado, el diseñado desde la Dirección Deportiva y desde el banquillo: apoyándose en las dos bandas, con mucha movilidad y recuperada velocidad, los blancos se habían plantado ante el portero castellonense hasta en tres ocasiones, sobretodo quedan en el recuerdo una de Manu del Moral y otra de Navas que con el pie, en ambas, acabó desbaratando el mejor jugador amarillo hasta entonces, Diego López. Por los locales un disparo cruzado de Borja Valero había sido toda la aportación ofensiva.

Parece claro que el 4-2-3-1 se había vuelto a mostrar como el sistema más adecuado para el actual Sevilla. Sin embargo, todo cambió a raíz de esa superioridad numérica, tanto en el marcador como sobre el terreno de juego. Extrañamente, el Sevilla, que había presionado muy bien arriba, en las calderas donde comienza el juego de creación del Villarreal, se olvidó de esa presión, entregó el balón al rival, aún sabedor de su superioridad, pero bajó increíblemente el pistón de esta casta y de ese coraje tan necesarios para ser grandes en este deporte.

Sólo 12 minutos después, Rossi hacía el empate tras un penalti donde el propio italiano había buscado inteligentemente la pierna de Fernando Navarro, habiendo sorteado previamente hasta tres jugadores sevillistas en la frontal del área sin que se sintiera en ningún momento incomodado.

No era justo en ese momento el marcador, pero a partir de entonces comenzaría a serlo, sobretodo tras la reanudación en la que el Sevilla mostró esa cara mil veces repetida de abandono, de desgana, de desinterés, de apatía, de desidia, de indolencia y de apatía inconcebible en los profesionales que se enfundan la elástica del "equipo de la casta y el coraje". Hasta tres tarjetas por entonces había mostrado el ínclito Teixeira (muy bien en el apartado técnico, rematadamente mal en el disciplinario) a los tres delanteros sevillistas que participaron en el partido. Las tres perfectamente evitables e inexplicables desde el punto de vista reglamentario. Ni un gesto de rabia, de irritación, de ira, ante las decisiones arbitrales en ese capítulo. Ni una seña de apoyo, ni un guiño de aliento ante las contundentes, que no duras, entradas de los adversarios. Ni un ademán de enojo ante las fáciles decisiones arbitrales. Hombres contra niñazas, contra nenazas.

Para colmo, por entonces apareció un entrenador, el local, que, en inferioridad dio una lección: a falta de 25 minutos, da entrada a Marco Ruben y saca del campo a un defensa, Gonzalo. El recién incorporado hacía justicia, siete minutos después, adelantando a los suyos tras una pérdida de balón en el centro del campo por parte de Cáceres. Así llegaba el premio para el que siempre quiso los tres puntos, aun en inferioridad.

Pero el fútbol es tan grande como injusto y en el tramo final del choque, Alexis, el vilipendiado "por los que saben de esto", con tremenda fe y gran corazón, recupera un balón en el centro del campo, se lo entrega a Navas y se marcha a la frontal del área donde acabará rematando al fondo de las mallas el esférico enviado por el palaciego, consiguiendo un empate tan salvador como injusto.

Al final, el fútbol premió al otrora "equipo de la casta y el coraje" y lo hizo en la figura del único jugador sevillista que hoy ha sabido mostrar esas virtudes. El resto, y esto no es nuevo, que se lo haga revisar

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Villarreal C.F. 2 - Sevilla F.C. 2

Villarreal C.F.: Diego López; Mario, Gonzalo (Marco Ruben, m. 65), Musacchio, Joan Oriol, Marchena, Bruno; Cani (César Sánchez, m. 21), Borja Valero, Camuñas (De Guzmán, m. 56); Rossi.

Sevilla F.C.: Javi Varas; Cáceres (Campaña, m. 72), Alexis, Escudé, Fernando Navarro; Medel, Trochowski (Rakitic, m. 56); Jesús Navas, Manu del Moral (Kanoute, m. 56), Perotti; Negredo.

Goles: 0-1, m. 22: Negredo, de penalti. 1-1, m. 34: Rossi, de penalti. 2-1, m. 72: Marco Ruben. 2-2, m. 85: Alexis.

Árbitro: El cántabro Teixeira Vitienes. Amonestó a los locales De Guzmán y César, y a los sevillistas Negredo, Manu del Moral y Alexis. Expulsó al local Diego López (m. 21). Bien en las apreciaciones. Rematadamente mal en el apartado disciplinario.

Incidencias: Partido correspondiente a la 3ª jornada de Liga disputado en el estadio de El Madrigal ante 16.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. (La jornada 1ª está aplazada hasta enero de 2012).



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