sábado, 3 de octubre de 2015

2-1. ¡In-de-pen-den-cia!. ¡Pasen por Nervión para el sellado del pasaporte!




¿Quién dijo que sería fácil? Mejor, ¿quién apostaba por este Sevilla criticado hasta la náusea -otra vez- desde hace menos de 72 horas tras el partido europeo de Turín?, ¿quién daba hoy un duro por esta diezmada plantilla (sin Beto, Rami, Carriço, Banega, Escudero y Kakuta, sin olvidar a Pareja) y con un día menos de descanso que su oponente, también con "dos" significativas bajas?

La ocasión, más pintada de calva que nunca, no se mostraba propicia en absoluto. Ni siquiera un pelito, un cabello de ilusión en la rutilante alopecia que venía evidenciando este Sevilla 2015-2016 de espeluznante comienzo y de agoreros múltiples que, desde su asiento en la grada, desde su alcachofa radiofónica o desde el teclado de su toshiba, habían hecho doblar las campanas tocando a muerto por un cadáver que no, que no lo estaba, que, en todo caso había estado de parranda más tiempo del aconsejable.

La suerte, que en momentos puntuales había sido esquiva, ha vuelto hoy a estar del lado de El Grande del Sur de España (y por ende de Europa). Hasta en tres ocasiones balones tocados en última instancia por delanteros azulgranas han besado la madera de la portería de Sergio Rico, la primera de ellas tras el segundo regalo (no fueron los únicos) del extremeño Gil Manzano que señaló una falta al borde del área precedida por un claro fuera de juego señalado por el ayudante de la banda de Preferencia. Lastró al Sevilla, principalmente, merced a su irrebatible desigualdad en la toma de decisiones disciplinarias, sin olvidar el penalti que sirvió para meter a los de la in-de-pen-den-cia otra vez en el partido.

El visado a la independencia que, con ellos el FC Barcelona, persigue el 47 % de los catalanes que votaron hace seis días, ha sido sellado esta tarde en la aduana de Nervión. Tirando de sus principales atributos, el equipo de la casta y de la materia esencial de la tortilla franco-española, ha retornado, ha vuelto a conseguir en su feudo tres nuevos puntos a sumar a los cosechados la pasada semana ante el Rayo Vallecano. Un grito por la independencia -¡que desaparezcan!- de tanto bocazas, de tanto manipulador -como los que pululan por los medios de comunicación- celebrante porque el Sevilla FC entregara la cuchara el pasado miércoles en tierras italianas ante el subcampeón de Europa.


Ese vestuario desunido, peleado, colmado de rencillas, conflictos y disputas, se ha conjurado para gritar todos juntos: ¡cállaos, garrulos! ¡cerrad la boca, impresentables charlatanes ventajistas!, ¡aquí nos teneís a todos para proclamar a los cuatro vientos que somos un equipo, que nunca hemos dejado de serlo, y que esa bilis de eterna presencia en vuestras comisuras será un elixir de dioses al lado de la quina que todavía os queda por tragar!

Llegó la tan deseada actitud como tenía que llegar: a pesar de las bajas, de la mano de la notable mejora en el plano físico, ese apartado en el que se ha errado groseramente en la búsqueda de un título, la Supercopa de Europa, que finalmente no llegó pero para que el cuerpo técnico está encontrando el remedio adecuado.

Sergio Rico, Coke (c), Andreolli, Kolo, Tremoulinas, Krychowiak, Nzonzi, Krohn-Dehli, Iborra, Vitolo y Gameiro, un once para recordar: un portero de casi dos metros capaz de revertir la situación desde la primera vez que ponga su rótula en la nuez del delantero más amenazador, un capitán eterno titular llegue quien llegue, fiche quien fiche, y marcador constante del camino a seguir por el resto, dos centrales para la suplencia convertidos en titulares a la fuerza que han atiborrado de papel de periódico los gaznates de mucha gente, un lateral izquierdo "que se quitaba de en medio" y más presente que nunca, dos mediocentros todo pundonor aun sin estar en su mejor momento, un fichaje llegado de Vigo que los sabios de turno no podían entender, un gigante valenciano intimidador y hoy otra vez goleador y... el "chiquetito", ese delantero francés, todo decoro, vergüenza, velocidad, desborde y sabiduría que, para colmo, ha hecho hoy tragarse de un bocado la salchicha a los demorados que aún no ocupaban sus asientos tras el descanso.

Llegábamos al encuentro un poquito mejor que muertos y salimos de Nervión con la satisfacción de que el Sevilla FC ha vuelto, algo que comenzaba a dudar ese ventajista que disfrutaría saliéndose con la suya y poniendo de patitas en la calle al mejor entrenador que mis cuarenta años de carné han visto en el Ramón Sánchez Pizjuán. De todas formas, que estén tranquilos: ya queda un día menos para que vean cumplidos sus sueños y, con ellos, su patético "ya lo decía yo". Ahora de momento, a... callar.

VÍDEOS DEL PARTIDO:
FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Sevilla FC 2 - FC Barcelona 1
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Coke, Andreolli, Kolo, Tremoulinas (Mariano, m. 87); Krychowiak, Nzonzi; Krohn-Dehli, Iborra (Reyes, m. 68), Vitolo; y Gameiro (Llorente, m. 71).
 
FC Barcelona: Claudio Bravo, Sergi Roberto, Piqué, Mathieu (Alves, m. 59), Alba; Mascherano, Busquets, Rakitic; Munir (Sandro, m. 59), Luis Suárez y Neymar.
 
Goles: 1-0, m. 51: Krohn-Dehli. 2-0, m. 57: Iborra. 2-1, m. 73: Neymar (p).
 
Árbitro: El extremeño Gil Manzano. Amonestó a Krychowiak, Andreolli, Kolo, Tremoulinas y Llorente, por el Sevilla, y a Busquets, Mathieu, Jordi Alba, por los catalanes.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 7ª jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con 44.000 espectadores en tarde de buena temperatura pese a la hora del comienzo del choque (16,00 horas). Terreno de juego en perfectas condiciones.

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