viernes, 15 de diciembre de 2017

Reflexiones sobre la Junta General del Sevilla FC 2017 (I) (por Ernesto López de Rueda)



(Foto: ABC)


Ernesto envía a esta su casa su parecer sobre lo acontecido el pasado día 11 en el Hotel Los Lebreros. Unas amplias reflexiones que, por su interés y extensión, se harán públicas aquí en tres entregas, hoy sábado, mañana domingo y el próximo lunes:

1. El sí al reparto de dividendos
2. La remuneración del consejo
3. Sorpresas en la Junta
Comenzamos:

Intentaré desde estas líneas expresar mi interpretación de lo ocurrido el lunes en la Junta General de Accionistas 2017 del Sevilla FC. Abarcar su desarrollo, distintas lecturas y sus posibles consecuencias no es fácil y precisa de aclaraciones que, sépalo la audiencia de antemano, imposibilitan que el análisis sea sucinto, por lo que pueden armarse de paciencia y, espero de comprensión. Se trata, quizás, de la tercera Junta en importancia de las más de 30 celebradas por el Sevilla FC SAD en sus 25 años de existencia como tal, junto a las de la ampliación de capital con renuncia del derecho de suscripción preferente y la del World Trade Center, ambas en la segunda mitad de los 90, hace unos 20 años.

Son muchas las personas que me han pedido explicaciones o que cuente qué veo o cómo lo veo. Por ello respondo al compromiso personal con sevillistas que han depositado su confianza en mí, extensivo a quienes no lo han hecho e igualmente me preguntan. Procedo, pues, a trasladar mi visión absolutamente particular y singular de lo acontecido.

Llevo casi 24 años laborando en pro del Sevilla FC en su configuración como SAD en defensa de sus intereses, que siempre he creído mejor representados en los del accionariado minoritario y no en el de los grandes capitales, aunque hablar de grandes capitales en una sociedad como el Sevilla en la que los tres principales grupos familiares poseen títulos por valor de 1,6 millones de euros en el caso de la familia Del Nido  y de 900.000 € en el caso de Sevillistas de Nervión (José Castro, Francisco Guijarro y Roberto Alés) y de la familia Carrión expresan claramente cuán poco (por más que sea mucho para los accionistas minoritarios y que los capitales mayoritarios hayan pagado sobre precios por dichas acciones) cuesta manejar una sociedad que en esta temporada ejecutará un presupuesto superior a los 200 millones de euros con beneficios millonarios previsibles.

Por otra parte, aclarar que en el fútbol de hoy, según lo entiendo, es necesario combinar la máxima profesionalización con el vínculo emocional al club de fútbol. No todo es SAD, ni puede, ni debe serlo, pero sí en unos rangos de los que debemos ser conscientes también los accionistas minoritarios, cuya presencia en la Junta representó el porcentaje más alto de los habidos hasta ahora, superando según mis cálculos (unas 13.000 acciones) el 17,5 % del capital presente en la sala en representación de unos 1.470 accionistas de los 1.515 presentes o representados en la Junta.

Estaba el capital (al que no negaré su condición de sevillista) y estaba el corazón en el sentido más puro. Un 17,5-18 % entre las fronteras de Del Nido (35 % de las acciones presentes) y Gómez Miñán (5,4 %) por un lado y a Sevillistas de Nervión de los Castro, Alés y Guijarro (20,2 %) y la familia Carrión (con aproximadamente el mismo porcentaje). Es decir, dos bloques que aglutinaban fuerzas parejas y contrapuestas, el 40,5 % por un lado y el 40,5 % por el otro, y en medio, el dique del 17,5-18 % de los accionistas minoritarios presentes. El resto, quizás a repartir entre los dos grandes bloques por las compras de acciones que han venido haciendo.
 
En este contexto les explicaré cuanto entienda sometiéndome a cuántas cuestiones quieran plantear o criticar.
 
(Foto: Estadio Deportivo)

 
1. El sí al reparto de dividendos

Una gran parte del accionariado minoritario presente en la sala así como Accionistas Unidos, votaron que sí al reparto de dividendos y sí a la remuneración de los consejeros, lo cual ha suscitado cierta controversia que plantean sevillistas que no son accionistas y otros que lo son.

Valoro que los votos afirmativos como un responsable movimiento de anticipación a posibles efectos perniciosos de la aplicación del artículo 348 bis de la ley de sociedades de capital (LSC) que pueden colegir, entre otros, de este artículo del diario económico Expansión, una de las referencias en nuestro país al respecto.

Dicho de otra forma y con un ejemplo que pudiera ocurrir: imaginen que un accionista del Sevilla aglutina el 25 % de su capital social, unas 25.000 acciones en números redondos.

Y atenderemos a lo dispuesto en la Ley de Sociedades de Capital en sus artículos 348 bis y siguientes.

El valor contable de dichas acciones según los fondos propios de que hoy dispone el Sevilla es de 739 € por acción, pero ése no es su valor de mercado que sería el que alguien pagara por esas acciones.

Evidentemente ningún accionista minoritario del Sevilla estaría en condiciones de comprar un 25 % del club que sería un primer paso para el control de éste. La consultora KPGM, referente mundial, valoró recientemente al Sevilla en 261 millones de euros. El 25 % de esa cifra son 65 millones de euros, redondeemos a la baja: 50 millones de euros.

Y ahora imaginemos que el poseedor de ese 25 % un día expone que se cumplen los siguientes requisitos:

-         La SAD Sevilla FC tiene más de 5 años de antigüedad.
-         Lleva 5 años consecutivos ofreciendo beneficios.
-         No ha repartido dividendos.

Y plantea que, teniendo en cuenta su posición e inversión y que no es (según la LSC) retribuido por ello, pretendiéndolo, decide abandonar la SAD Sevilla FC. En esto, las palabras se las lleva el viento y obras son amores y no buenas razones.

En este contexto la ley establece que el accionista que desea abandonar al Sevilla FC puede negociar con la propia entidad para que se valoren sus acciones. No olvidemos el valor contable o mínimo de 739 €, por lo que según el propio club esas 25.000 acciones habrían de ser valoradas en, como mínimo, 18,5 millones de euros que habría que pagar a dicho accionista.

Pero ese accionista está facultado por la LSC para acudir a través del registro mercantil a la valoración que un perito o auditor haga de la sociedad, que evidentemente superaría los 740 € aproximándose a su valor de mercado. Sin ir más lejos, KPGM valora las acciones en 2.522 € cada una siendo, como dije, referencia mundial cuyos análisis están en la mesa de todos los inversores.

Pongamos que el auditor no se va a tanto y las valora (cosa harto imposible porque intuyo que sí sería más) en 2.000 €. El Sevilla FC SAD debería abonar a dicho accionista 50 millones de euros. No digamos si ese ejemplo lo siguen accionistas que titulan en total 60.000 acciones. ¿Alguien puede imaginar el impacto en la economía sevillista de accionistas que desean irse y que legalmente pudieran exigir 120 millones de euros como podrían ser 80 o 180?

Habiendo existido ya la venta-recompra de un paquete significativo que salió de la órbita sevillista y sevillana por parte del accionista mayoritario, el reparto de dividendos hace desaparecer un riesgo, disminuye la incertidumbre empresarial, cura en salud.


NO SE PUEDE NO REPARTIR DIVIDENDOS

Es una razón de orden legal y con importante repercusión económica caso de darse. Y se distribuyen dividendos por valor de 1,5 millones de euros. Teniendo en cuenta que está “desaparecido” aproximadamente entre el 10 y el 12 % del accionariado, la cantidad final rondará los 1,25 millones de euros (el resto se quedaría congelado). En los 14 años de clasificaciones europeas y éxitos que llevamos, los presupuestos del Sevilla FC han sumado aproximadamente la cifra de 1.320 millones de euros y los beneficios han superado los 150 millones de euros. Son magnitudes para comparar pues en orden a los presupuestos los 1,25 millones de euros representan un 0,09 % de ellos y atendiendo a los beneficios, un 0,83 %.

Y hago un inciso. Como todo el mundo observó, Accionistas Unidos a través de su presidente, Eduardo Arenas, planteó la adecuación o reforma de los Estatutos Sociales del  Sevilla FC a la LSC también en lo referente a las causas para la exclusión de un accionista habida cuenta de los ejemplos de deslealtad al Sevilla FC protagonizados por algunos de sus antiguos administradores en los últimos años y por lo que pudiera pasar en el futuro con socios (administradores o no) que no mantengan la lealtad debida al Sevilla FC. Algo que ha pasado desapercibido y que a mí, particularmente, me gustaría que encontrara desarrollo.

Aparte de la razón legal explicada hay otras: con esa medida se “revitalizará” al accionariado minoritario, las familias procurarán poner en orden sus acciones, muchas de ellas en el cajón del olvido. En la noche del lunes el 12,5 % del capital total del Sevilla representado por el accionariado minoritario fue decisivo, su valor ha crecido y es el momento de exigir contrapartidas en orden al buen gobierno del club como espero que se aprecie muy pronto.

Y otra más: es una puesta en valor económico de la acción, una declaración de que su valor no es el de 200 o 400 € que los accionistas mayoritarios ofrecen para comprar acciones. Su valor mínimo es de 739 €, su valor real supera esa cifra duplicándola al menos. Creo que por primera vez en 25 años desaparecerá o menguará el voraz apetito de los accionistas mayoritarios por reforzar su posición como dueños del club depredando entre el cuerpo social de los accionistas minoritarios. El accionariado minoritario se ha percatado de su poder y eso es bueno para el Sevilla.

Todo esto no es humo: son realidades.

Explicado lo anterior, otro punto de controversia ha sido el de la asignación de emolumentos para el consejo.


Próxima entrega: 2. La remuneración del consejo

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