13/07/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo
“Deseemos que, manos aparte, la extrema delgadez
del presidente y ese rostro que invita a preguntarle “¿te pasa algo?”, sean
solo síntomas pasajeros de su enésima mala racha, concurrente con la salida de
la incubadora de los complejos de la derecha”
En el otoño de 1975, ya en su agonía, recordarán los nacidos en los sesenta,
también sus ascendientes, los partes médicos que a diario se emitían en “el
parte” (telediarios de entonces) expedidos por los facultativos que atendían a
Franco. Todos, sin excepción, tras el conteo de los males (flebitis, trombos,
fiebres y tensiones arteriales) finalizaban con la rúbrica, que se convirtió en
soniquete, de “el equipo médico habitual”.
Muchos años después de su muerte, su yerno, Cristóbal Martínez-Bordiú,
cirujano y cardiólogo, contó las vicisitudes a las que se enfrentaron en esos últimos
días por el motivo principal de que, además de por su grave enfermedad, su
suegro no contemplaba salir del Palacio de El Pardo, sede de la jefatura del
Estado, para ser asistido.
Para ello, incluso, llegó a transformarse una habitación de huéspedes o el
cuarto de guardia en improvisado quirófano para realizarle una operación “a
vida o muerte”, según reveló el médico que la llevó a cabo.
Valga esta introducción ya histórica, seguramente inédita para los que aún
no han cumplido el medio siglo, para valorar la noticia conocida en las últimas
horas relativa al deseo de los mandamases de La Moncloa de aumentar el personal
sanitario que cuida de la salud de Susanchidá, todo ello coincidiendo
con las fotos de primer plano de las manos del actual dictador publicadas por
Eldiario.es, que evidencian, al menos, que el ácido hialurónico y la toxina
botulínica no tienen el mismo efecto en los tejidos del rostro que en el de las
extremidades.
Franco y Sánchez exhiben personalidades muy distintas pero similares en
egolatría, si bien aquél no llegó a relacionar el significado de vocablos tales
como pedantería, vanidad o petulancia que tan bien esgrime el aún superviviente...
Si uno -aunque estuvo unos días previamente ingresado- se mostró reticente a
ser tratado en la entonces Ciudad Sanitaria La Paz inaugurada por él mismo 11
años antes, el otro no iba a ser menos y ha requerido al Servicio Madrileño de
Salud con ocasión del nuevo convenio un aumento del personal sanitario para
atender su estado de salud y el del resto del personal monclovita.
Surgen las preguntas: ¿Es necesario este aumento? ¿Hay algo de lo que
preocuparse al margen de esas manos? ¿Ha saltado la alarma médica en La
Moncloa? Afortunadamente, la IA en principio no encuentra grandes achaques tras
escrutar la foto:
- Observaciones
generales a partir de la imagen:
- Prominencia de
venas: Las venas de la mano están muy marcadas y visibles. Esto puede
deberse a múltiples factores, incluyendo:
- Edad.
- Bajo porcentaje
de grasa corporal.
- Tono muscular
elevado.
- Condiciones
vasculares benignas o, menos comúnmente, patológicas.
- Coloración de la
piel: No hay signos evidentes de cianosis (coloración azulada), eritema
(enrojecimiento) o ictericia, al menos según la imagen.
- Textura y
delgadez de la piel: La piel parece algo delgada, lo que podría ser común con el
envejecimiento o ciertas condiciones como:
- Envejecimiento
cutáneo natural.
- Deshidratación.
- Trastornos
dermatológicos o sistémicos.
- Forma de los
dedos y articulaciones: A simple vista no se aprecian deformidades articulares evidentes,
aunque las articulaciones se ven algo marcadas. Esto podría sugerir:
- Cambios
relacionados con la edad.
- Posible artritis
incipiente (aunque no se observan signos claros de deformación
típicos de artritis reumatoide o artrosis avanzada).
A raíz del apresurado y mecánico diagnóstico no se encuentran motivos para
que Sánchez Castejón, que ya tiene a su disposición un total de 29
profesionales, necesite mayores cuidados, teniendo en cuenta que Mariano
Rajoy contaba con la mitad, 15 y que, recién llegado Antonio al
poder, además de la ampliación de personal, también sumó 2 UCI móvil
y 3 unidades médicas al palacio.
El cuarto oscuro convertido en quirófano que fue habitual para el
Generalísimo queda en el Pleistoceno comparado con el botiquín rajoyista
y muy cercano a la era Paleozoica equiparado con la actual guardia de corps
médica de Sánchez. Si a ello le sumamos que todavía le parece poco…
Deseemos que, manos aparte, la extrema delgadez del presidente y ese rostro
que invita a preguntarle “¿te pasa algo?”, sean solo síntomas pasajeros de su
enésima mala racha, concurrente con la salida de la incubadora de los
complejos de la derecha, que por boca de Feijóo le ha hecho tomar de su propia
medicina en forma de preguntas relacionadas con las conductas familiares.
Lo que sí se ha asegurado -a diferencia de su camarada Chávez que viajó con
asiduidad al hospital Cimeq de La Habana a la
búsqueda de la salud- es asistencia hospitalaria de primer nivel sin salir de
casa como cualquier españolito, valiéndose de un equipo médico, por sus
dimensiones, nada habitual.
Preferible es que, tras un juicio justo por los desmanes cometidos, purgue
sus delitos en prisión, circunstancia que seguramente no acontecerá porque,
llegado el momento, cientos de facultativos certificarán sin prevaricar y
plenos de razón, la inimputabilidad del personaje en virtud del primer párrafo
del artículo 20.1 del Código Penal: “Están exentos de responsabilidad criminal:
El que al tiempo de cometer la infracción penal, a causa de
cualquier anomalía o alteración psíquica, no pueda
comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión”,
sin que le sea aplicable el segundo parágrafo: “El trastorno mental transitorio
no eximirá de pena cuando hubiese sido provocado por el sujeto con el propósito
de cometer el delito o hubiera previsto o debido prever su comisión”.
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