martes, 17 de junio de 2025

El perdón y las dos caras de la mentira

 

16/06/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


 “Con semblante de resucitado, pómulos afilados, ojeras y orejas de contouring llevado al extremo, el temerario aprendiz de Maduro hizo su aparición 44 días después para decirnos en un ejercicio de cinismo sin límites ‘perdón, lo siento mucho, me he equivocado’”


En “Las dos caras de la verdad”, dirigida por Gregory Hoblit en 1996, Martin Vail (interpretado por Richard Gere), un ambicioso abogado de Chicago, se atreve con cualquier caso con tal de salir en la prensa.

En otro de sus brillantes papeles, el pasado jueves 12, festividad de San Onofre y con un día de adelanto, Antonio, el perpetuo presidente del Gobierno, quiso celebrar su onomástica de la mejor manera que sabe: chasqueándose de toda la nación, interpretando en esta ocasión “Las dos caras de la mentira” a propósito de las hazañas de tres de sus apoderados, Koldo, Ábalos y Cerdán, los últimos sucesivos secretarios de organización del PSOE.

Aprovechando el penúltimo caso de corrupción socialista dado a conocer por la UCO en su informe al Supremo 96/2025, el Richard Gere patrio se plantó en la casa de los chanchullos, la que viene okupando en el madrileño barrio de Argüelles, en Ferraz 70, para dirigirse a todos los españoles en el pleno convencimiento de que lo hacía en su calidad de presidente del Gobierno, cuando en realidad su actuación solo pudo concebirse como la de un ególatra acaudillando a los que -y no son pocos- se autoproclaman sanchistas, haciendo honor a la criminal tradición del partido.

Con semblante de resucitado, pómulos afilados, ojeras y orejas de contouring llevado al extremo, el temerario aprendiz de Maduro hizo su aparición 44 días después para decirnos en un ejercicio de cinismo sin límites “perdón, lo siento mucho, me he equivocado”; solo le faltó concluir, en sentido homenaje a los otrora hostigados elefantes, con un “no volverá ocurrir”. Mientras actuaba, su verdadero rostro se ocultaba al rebaño de pardillos que le sostiene “por miedo a la derecha”.

Acto seguido, la tropa de plañideras/os/es se mostró más que dispuesta, al excelso estilo del elenco de actores del María Guerrero, a gemir compungidamente entre pucheritos, a descubrirnos sus contritas caras, ésas que deberían reflejar el disgusto, la decepción y el desencanto por el corrupto proceder de su postrimero número dos del partido… porque de las correrías de su predecesor ya habían superado el luto.

De nada valió la desmedida puesta en escena del ya claramente número uno de la trama ni de sus adláteres. El responsable de sus nombramientos pretendió, enlosando su semblante de pedernal, que nos tragásemos eso de que él no sabía nada, que se había enterado esa misma mañana de que también era un corrupto su bienmandado Cerdán; sí, el mismo al que obligó a ir a casa de Ábalos para pedirle su dimisión, el mismo que se trajo de Suiza el beneplácito de Puigdemont para sostenerle en el poder, el mismo que negoció con el prófugo los términos de una ley de amnistía para ser amnistiado y que será declarada en estos días absolutamente constitucional por un tribunal de garantías plagado de agradaores y agradecidos al líder.

Desconoce la responsabilidad política: “esto no va de mí, ni del partido socialista…”. Como medidas destacadas propone -¡ojo, rebaño!-, no una cuestión de confianza que sus socios de investidura le han negado para no señalarse, no; sus dos grandes propuestas se reducen a una auditoría externa del partido y a un cambio en la ejecutiva. Dos ideas, ya que cualquiera le vale como consejero: la primera podría encargársela a la “UTE Santos y José Luis, Auditores y Consultores Progresistas”. Para la segunda, ¡quién mejor que Koldo para ocupar la plaza vacante y así seguir desatascando las cañerías de la inmundicia que inunda la sede socialista!

Ni una palabra sobre su culpa, ni siquiera la del que se ha mostrado incapaz de nombrar sus manos derechas, con perdón, a dos salteadores de caminos en “el” partido y a uno de ellos, además, ministro en el departamento con mayor presupuesto para licitaciones de obra pública. Cuestión ésta fundamental, pues la instrucción, que no ha hecho sino comenzar, se extenderá con total seguridad a los responsables políticos y a los funcionarios de las mesas de contratación del antiguo Ministerio de Fomento, ahora renombrado pomposamente Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y más conocido por Me lo Llevo y pa la Saca. Aún hoy, las casi 500 páginas del antepenúltimo informe de la UCO siguen siendo destripadas y descifradas por un ejército de ávidos leedores de los ámbitos judicial y periodístico y que no logran superar el estupor que le producen algunas de las golfadas socialistas transcritas cuando ya están inmersos en la siguiente.

Se ha limitado a pedir perdón quien decía que “por la corrupción no se pide perdón, se dimite”. Y ahora sí, banda de desahogados: ¿quién le va a pedir perdón a la UCO? ¿Leire?

No hay comentarios:

Publicar un comentario