05/11/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo
No me
consta, dice el hombre,
con caradura integral,
que el virus vino en maletas,
dos o tres casos, no más.
No me
consta un comité
de expertos sin acreditar,
ni que faltaran los epis
al tiempo de improvisar.
No me
constan las mordidas
de mascarilla oficial,
ni que ahora el Ejecutivo
sea el único poder ya.
No me
consta el puticlub
del papá por afinidad,
ni que el progretariado
torne en tropa de pastizal.
No me
consta que mi Bego
llevara el control de cuentas,
ni que con sus dulces manos
pagara pajas y afrentas.
No me
consta quién pagó
la casa en el litoral,
ni que hablara con Bildu
tras prometer no pactar.
No me
consta aquel Peugeot
ni su fama singular,
ni presupuestos baldíos
en tiempos de legislar.
No me
consta si Begoña
con Aldama fue a soñar,
ni que el fango y los bulos
sean prensa de verdad.
No me
consta aquel máster
sin méritos para entrar,
ni la asistenta que le puse
para enseñarle a estudiar.
No me
consta si en mi nombre
el ibex le quiso donar
un muy costoso “software”
por interés general.
No me
consta aquel manual
de resistencia, quise afirmar,
que me escribió una “negra”
que no dudé en colocar.
No me
consta el apagón
ni el garaje monclovita,
ni mi hermano ni la cuñá
que allí fueron, no de visita.
No me
consta que la Dipu
a David logre enchufar,
pues mi hermano desde Elvas
interpreta sin trabajar.
No me
consta el muro alzado
contra media humanidad,
ni el fraude en mi propio reino
que me alzó en lo electoral.
No me
consta que a Cataluña
quiera el mando trasladar,
ni que el preso independentista
recibiera su libertad.
No me
consta si mis leyes
ponen violadores ya,
en la calle, mientras grito:
“Fue el patriarcado, no más”.
No me
consta un ente nuevo,
ni agencia ni sociedad,
que maneje sin escrúpulo
a mi corte clientelar.
No me
consta si perdono
al golpista y su maldad,
ni que a los ERE bendiga
como ejemplo, ¡contemplad!
No me
consta que en despachos
de mi imperio celestial,
moren Santos y maletas
que gustaran de volar.
No me
consta que un amigo,
de verbo muy pastoral,
“abalara” grasas mordidas
con incienso nacional.
No me
consta que un tal Koldo
más dado a lo terrenal,
cambiara chistorras por nada,
sin mirar el bien social.
No me
consta, ¡por Satanás!,
de aquellas juergas nocturnas,
ni el viaje ni la factura,
ni el vino ni el divinal.
No me
consta que el socialismo
se hiciera tan comercial,
ni que entre cenas y escotes
brotara el libro de Marx.
No me
constan reservados,
con luces de neón carnal,
corriendo brindis de rojos
con buen cava catalán
Allí el Santos
prometía
a los golfos contratar,
y el otro, con su comanda,
cerraba el trato final.
No me
consta el maletín,
ni el sobre, ni el manjar,
ni el perfume de la noche
en el templo del azar.
No me
consta, no me consta,
digo sin parpadear,
que al fin la verdad tiemble
si el poder me hace brillar.
Y aquí
sigo, entre espejismos,
tan sereno en mi umbral:
si no consta, no hay pecado…
¡y el pecado es gobernar!