sábado, 15 de noviembre de 2025

Buscando una tragedia desesperadamente

 


14/11/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


“A estas horas les falta “la pistola con el cañón humeante” y siguen buscando en ordenadores, dispensarios, hospitales y morgues de Andalucía una difunta que adorne sus argumentos”

 

A estas alturas, sobre el gobierno andaluz continúan arreciando toda clase de acusaciones y críticas por la gestión de la crisis en los cribados de cáncer de mama que ha afectado a más de dos millares de mujeres en la región. En paralelo, apenas se habla de otra contrariedad similar ocurrida en el área sanitaria de Talavera de la Reina (Toledo), ni se ha puesto en duda el programa de prevención del Gobierno de Castilla-La Mancha, aún con Page tragando más saliva de la precisa.

Desde fallos en el sistema de cribado y retrasos diagnósticos; opacidad y falta de transparencia; críticas al modelo de gestión sanitaria, con acusaciones de privatización y falta de inversión en recursos y personal, hasta exigencias de responsabilidades por posibles delitos de homicidio imprudente y prevaricación, múltiples han sido las inculpaciones de la oposición, mareas y asociaciones correspondientes.

Pero los lógicos reproches por el funcionamiento anormal de los servicios públicos en este caso, decaen flagrantemente cuando Amama, la asociación de mujeres con cáncer de mama de Sevilla, en su desesperado intento de hacer daño -político- siguiendo los designios de sus patrocinadores, ha llegado a denunciar ante la Fiscalía “la manipulación y borrado de historiales médicos”, a lo que ha respondido el gobierno andaluz con argumentos tan contundentes como fáciles de verificar: la imposibilidad temporal de acceso a algunos informes del Servicio Andaluz de Salud (SAS), a través de la plataforma conocida como Diraya, se debió a una incidencia técnica que fue restablecida rápidamente. Además, ha quedado acreditado que la historia clínica queda registrada de forma íntegra y que no es posible eliminar imágenes o datos, ya que existen copias de seguridad que impiden el extravío de documentación; y, finalmente, que las mamografías se someten a un proceso de doble lectura independiente, lo que dificulta extraordinariamente su manipulación.

El cribado de cáncer de mama a nivel nacional, con invitación a realizar una mamografía cada dos años, está establecido para las mujeres de 50 a 69 años. En Andalucía el rango se vio ampliado para incluir a mujeres de 47, 48, 49 años, así como a las de 70 y 71 años y, actualmente, se está en el proceso de bajar aún más la edad de inicio e incluir a todas las mujeres desde los 40 años.

Pese a ello y a la negativa de asistir de los sindicatos profesionales del SAS, el pasado domingo siguieron adelante las manifestaciones convocadas por las Mareas Blancas y los sindicatos UGT y CCOO en las capitales de provincia, a la que se sumaron Por Andalucía (Sumar), Adelante Andalucía, PSOE e hijas putativas, con lemas tan conectados a la realidad sanitaria como “Esta teta ya no existe”, “Ni una teta menos” o “Más mamografías y menos cofradías”.

El nuevo consejero, Antonio Sanz, ha asegurado que son 2.317 las mujeres en cuyas pruebas se detectaron hallazgos radiológicos clasificados como BI-RADS 3, lo que significa que son probablemente benignos, con una probabilidad de malignidad inferior al 2% y es en ese rango en el que está centrado el problema: esas 40-50 mujeres que, estadísticamente, pueden resultar afectadas. En ellas ha de estar puesta toda la atención.

Además, Sanz ha solicitado a Amama los datos de afectadas que la asociación dice tener registrados y que no coinciden con los oficiales y se ha comprometido a dar una respuesta de todos y cada uno de ellos en veinticuatro horas… Tres semanas después sigue sin recibirlos.

Naturalmente, los medios paraestatales no desaprovechan el momento y “arriman el hombro” cuanto pueden: Lopaís ya lo intentó el pasado 17 de octubre, publicando tres testimonios de familiares que perdieron en su día a sus seres queridos por causa de la maldita enfermedad, pero cuidándose de titular cándidamente “El cáncer mata a la gente a borbotones en Andalucía, pero no hay medios”. TVE no quiso quedarse atrás en el relato y con Javier Ruiz a los mandos entrevistó como sanitaria -médica- a una liberada sindical, actualmente auxiliar administrativa y antigua cocinera del hospital Virgen de Rocío de Sevilla.

Pero hay un problema que la carroña pretende que deje de serlo pronto: a estas horas les falta “la pistola con el cañón humeante” y siguen buscando en ordenadores, dispensarios, hospitales y morgues de Andalucía una difunta que adorne sus argumentos.

Con el mismo afán que Rosanna Arquette se preocupó hasta el extremo por Madonna en 1985 (Buscando a Susan desesperadamente), la izquierda española y particularmente la andaluza, viene husmeando a la búsqueda de una fallecida entre las afectadas. Sería el culmen y no recularán hasta añadir una nueva muesca en la culata de su infamia, ésa a la que ya nos referimos el pasado 22 de octubre.

Cuídense señoras y, si llegara el momento, no cejen en su empeño de curarse. Después exijan responsabilidades, es su derecho.


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