miércoles, 19 de noviembre de 2025

Cabalgata: sevillanía y agravios

 


18/11/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


“Usted, no es el problema: las obras, gusten más, gusten menos, son de su autor; reflejan sus emociones, sus inquietudes, sus desasosiegos, sus vivencias… Y el resultado, la secuela de todo ello, queda plasmado en su creación artística”


Insignes representantes del balompié sevillano ya pretendieron ultrajes, humillaciones y escarnios a la afición rival, pero siempre quedaron en ese terreno chabacano y zafio lindante groseramente con el deporte. Tiempos aquellos que, afortunadamente, parecen cada vez más lejanos.

Tampoco es la primera vez que responsables de instituciones sevillanas al margen del fútbol se valen de un evento de la ciudad para intentar, haciendo gala de socarronería, ultrajar, con sarcasmo hacia una parte, lo que es patrimonio de todos.

¡Y qué casualidad que esa pretendida afrenta (solo lo logra quien puede) vaya -casi- siempre dirigida a la institución Sevilla FC y, con ella, a sus seguidores!

La colocación, con el beneplácito de un alto funcionario del ayuntamiento de apellido Carretero, de un medallón con el escudo del Betis en el cuello de la imagen de San Fernando -que, por ser parte del escudo de la ciudad, coronaba la portada de la Feria que en 2005 estuvo dedicada al Sevilla al celebrarse el centenario del club- abrió el melón. El responsable, previo expediente disciplinario, fue relevado de su cargo al entenderse que había vulnerado el acuerdo plenario por el que el Ayuntamiento había decidido dedicar la portada de aquel año al club de Nervión y la de 2007 al heliopolitano.

La afrenta tuvo continuación cuando, en septiembre de 2023, el Hermano Mayor de la Macarena recibió a una delegación del Real Betis en la basílica con motivo de lo que se dio en llamar “tradicional ofrenda floral”, si bien nunca antes ni después se había realizado. En su discurso de bienvenida, Cabrero quiso exaltar a sus invitados con estas emotivas palabras: “El Betis es la primera corporación de la ciudad, luego hay otra y luego está la Macarena”. El cántabro pudo comprobar en primera persona que la sevillanía es otra cosa bien distinta de lo que él había podido entender.

Tras estos antecedentes, resuenan aún -y lo que te rondaré, morena- los ecos de la presentación del cartel de la Cabalgata 2026 del Ateneo de Sevilla el pasado viernes.

Su autor, Fernando Vaquero, explicó bucólicamente a Sevilla y a sus niños los detalles de su obra: “En el cartel, una bolsa de papel, con el escudo del Ateneo de Sevilla, reposa junto al marco de la puerta, como si guardara en silencio la magia que está a punto de renacer …/…  La luz dorada del sol se cuela por la ventana y acaricia el salón. El árbol de Navidad despierta y, con él, todo parece brillar …/… Tu hermana ríe, tus padres te miran, y en sus rostros esa sonrisa dulce, tranquila, que se quedará contigo para siempre, y frente a ti descansan tus sueños hechos realidad: una camiseta de fútbol, una túnica, el muñeco que tanto deseabas… todo está ahí, esperándote …/… Mirad a ese niño porque sois vosotros. Por eso lo he pintado de espaldas, para que cada uno pueda poner en él su propio rostro, su propia infancia. Nos llaman la atención algunos peluches que le han traído a la niña, una niña que lleva el rostro de mi hija Julia …/… Y por último he decidido escribir el texto del cartel con tizas de colores ya que la tiza nos evoca directamente a nuestra infancia y al ambiente escolar. Sobre las letras he dibujado tres pequeñas coronas situadas sobre las iniciales de los tres nombres de los Reyes Magos: M, G y B. Querida Sevilla: Hoy he llegado aquí con un cuadro bajo el brazo. Un cuadro que ha pretendido pintar algo muy sencillo de entender, pero muy difícil de expresar: la ilusión… Espero haberlo conseguido”.

Pues no, don Fernando, no. No lo ha conseguido; lo que, por otra parte, no era difícil de adivinar. Pero éste, es decir, usted, no es el problema: las obras, gusten más, gusten menos, son de su autor; reflejan sus emociones, sus inquietudes, sus desasosiegos, sus vivencias… Y el resultado, la secuela de todo ello, queda plasmado en su creación artística.

Ahora bien, el mensaje de la obra, cuando ésta pretende trascender más allá de la salita de estar del artista, incluso de una exposición o de un museo, no compromete solo a su autor. La alegoría es también responsabilidad de la institución que la hace suya no solo para representarla sino, lo que es más importante, para ofrecerla a una ciudad entera que no es en su integridad del Betis o de La Macarena; si bien, el guiño a la hermandad del popular barrio sevillano podría justificarse dadas las incertidumbres vividas en los últimos meses por sus hermanos, precisamente a caballo de un personaje al que me he referido antes.

¡Claro que soy sevillista!, pero mi reacción -que no indignación, viniendo de donde viene- hubiera sido la misma si el pretendido agravio hubiera estado dirigido a mis vecinos y amigos que sienten en verdiblanco, los mismos que -estoy seguro- comparten esta reflexión, sencillamente porque esto va de ciudad, no de fútbol.

El artista, insisto, es el talento y sobre él nada puede ni debe decirse. Por ello hay que lamentar y reprochar profundamente el acoso, los insultos, incluso las amenazas al que, en las últimas horas, viene siendo sometido según sus propias palabras. Al contrario, el cisma creado ha de recaer en los responsables de una institución tan sevillana como el Ateneo que, por propia iniciativa, viene organizando la Cabalgata de Reyes Magos desde el 5 de enero de1918, con un marcado carácter solidario. A través de su Junta Directiva y numerosos voluntarios, se encarga durante todo el año de la organización, diseño de carrozas, selección de los personajes, recaudación de donaciones y de casi toda la logística del evento. 

Mientras la organización de la Cabalgata de los Reyes Magos en las principales ciudades de España recae sobre los respectivos ayuntamientos, en Sevilla es una manifestación de la vocación social y cultural del Ateneo de Sevilla, que se ha arraigado profundamente en la tradición de la ciudad durante más de un siglo y en la que en diversas ocasiones han sido entronizados representantes y personalidades del fútbol capitalino. Todo dentro del espíritu de su creador y principal impulsor, el escritor y periodista José María Izquierdo.

En lingüística y, más específicamente, en onomástica (la ciencia que estudia los nombres propios), los apellidos que coinciden con nombres de oficios se denominan apellidos ocupacionales o apellidos de profesión. En este caso, los tres nombrados no han estado a la altura de sus antepasados y de sus honrosas ocupaciones.

Los dos primeros obtuvieron respuesta adecuada de su institución y/o de su corporación. Sobre el último, a estas horas el Ateneo no ha dicho esta boca es mía. Solo el representante del ayuntamiento, al final del acto de presentación pareció entender la situación que se generaba cuando agradeció al pintor “su dedicación e ilusión al hacer un cartel que representa tan bien la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo de Sevilla”. Unas palabras que pasaron sin hacer ruido pero que, desde su textualidad, parecen dejar claro de quién es la Cabalgata y a quién representa.

Afortunadamente, estando tan en boga, después de más de un siglo de Cabalgata privatizada, nadie se ha planteado imitar el modo de organización de otros grandes municipios, para lo que el primer paso consistiría en “nacionalizarla” al modo chavista: ¡exprópiese! Mejor no dar ideas.

sábado, 15 de noviembre de 2025

Buscando una tragedia desesperadamente

 


14/11/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


“A estas horas les falta “la pistola con el cañón humeante” y siguen buscando en ordenadores, dispensarios, hospitales y morgues de Andalucía una difunta que adorne sus argumentos”

 

A estas alturas, sobre el gobierno andaluz continúan arreciando toda clase de acusaciones y críticas por la gestión de la crisis en los cribados de cáncer de mama que ha afectado a más de dos millares de mujeres en la región. En paralelo, apenas se habla de otra contrariedad similar ocurrida en el área sanitaria de Talavera de la Reina (Toledo), ni se ha puesto en duda el programa de prevención del Gobierno de Castilla-La Mancha, aún con Page tragando más saliva de la precisa.

Desde fallos en el sistema de cribado y retrasos diagnósticos; opacidad y falta de transparencia; críticas al modelo de gestión sanitaria, con acusaciones de privatización y falta de inversión en recursos y personal, hasta exigencias de responsabilidades por posibles delitos de homicidio imprudente y prevaricación, múltiples han sido las inculpaciones de la oposición, mareas y asociaciones correspondientes.

Pero los lógicos reproches por el funcionamiento anormal de los servicios públicos en este caso, decaen flagrantemente cuando Amama, la asociación de mujeres con cáncer de mama de Sevilla, en su desesperado intento de hacer daño -político- siguiendo los designios de sus patrocinadores, ha llegado a denunciar ante la Fiscalía “la manipulación y borrado de historiales médicos”, a lo que ha respondido el gobierno andaluz con argumentos tan contundentes como fáciles de verificar: la imposibilidad temporal de acceso a algunos informes del Servicio Andaluz de Salud (SAS), a través de la plataforma conocida como Diraya, se debió a una incidencia técnica que fue restablecida rápidamente. Además, ha quedado acreditado que la historia clínica queda registrada de forma íntegra y que no es posible eliminar imágenes o datos, ya que existen copias de seguridad que impiden el extravío de documentación; y, finalmente, que las mamografías se someten a un proceso de doble lectura independiente, lo que dificulta extraordinariamente su manipulación.

El cribado de cáncer de mama a nivel nacional, con invitación a realizar una mamografía cada dos años, está establecido para las mujeres de 50 a 69 años. En Andalucía el rango se vio ampliado para incluir a mujeres de 47, 48, 49 años, así como a las de 70 y 71 años y, actualmente, se está en el proceso de bajar aún más la edad de inicio e incluir a todas las mujeres desde los 40 años.

Pese a ello y a la negativa de asistir de los sindicatos profesionales del SAS, el pasado domingo siguieron adelante las manifestaciones convocadas por las Mareas Blancas y los sindicatos UGT y CCOO en las capitales de provincia, a la que se sumaron Por Andalucía (Sumar), Adelante Andalucía, PSOE e hijas putativas, con lemas tan conectados a la realidad sanitaria como “Esta teta ya no existe”, “Ni una teta menos” o “Más mamografías y menos cofradías”.

El nuevo consejero, Antonio Sanz, ha asegurado que son 2.317 las mujeres en cuyas pruebas se detectaron hallazgos radiológicos clasificados como BI-RADS 3, lo que significa que son probablemente benignos, con una probabilidad de malignidad inferior al 2% y es en ese rango en el que está centrado el problema: esas 40-50 mujeres que, estadísticamente, pueden resultar afectadas. En ellas ha de estar puesta toda la atención.

Además, Sanz ha solicitado a Amama los datos de afectadas que la asociación dice tener registrados y que no coinciden con los oficiales y se ha comprometido a dar una respuesta de todos y cada uno de ellos en veinticuatro horas… Tres semanas después sigue sin recibirlos.

Naturalmente, los medios paraestatales no desaprovechan el momento y “arriman el hombro” cuanto pueden: Lopaís ya lo intentó el pasado 17 de octubre, publicando tres testimonios de familiares que perdieron en su día a sus seres queridos por causa de la maldita enfermedad, pero cuidándose de titular cándidamente “El cáncer mata a la gente a borbotones en Andalucía, pero no hay medios”. TVE no quiso quedarse atrás en el relato y con Javier Ruiz a los mandos entrevistó como sanitaria -médica- a una liberada sindical, actualmente auxiliar administrativa y antigua cocinera del hospital Virgen de Rocío de Sevilla.

Pero hay un problema que la carroña pretende que deje de serlo pronto: a estas horas les falta “la pistola con el cañón humeante” y siguen buscando en ordenadores, dispensarios, hospitales y morgues de Andalucía una difunta que adorne sus argumentos.

Con el mismo afán que Rosanna Arquette se preocupó hasta el extremo por Madonna en 1985 (Buscando a Susan desesperadamente), la izquierda española y particularmente la andaluza, viene husmeando a la búsqueda de una fallecida entre las afectadas. Sería el culmen y no recularán hasta añadir una nueva muesca en la culata de su infamia, ésa a la que ya nos referimos el pasado 22 de octubre.

Cuídense señoras y, si llegara el momento, no cejen en su empeño de curarse. Después exijan responsabilidades, es su derecho.


sábado, 8 de noviembre de 2025

“No me consta”. Video youtube

Romance de Francisco Romero publicado en @Sevillainf el 4 de noviembre de 2025 y en este sitio al día siguiente, con arreglos y música de mi Antonio (otro, no el de siempre).

 

Disfruta de la música más actual aquí

O directamente aquí:

miércoles, 5 de noviembre de 2025

“No me consta”. Romance

 


05/11/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


No me consta, dice el hombre,
con caradura integral,
que el virus vino en maletas,
dos o tres casos, no más.

No me consta un comité
de expertos sin acreditar,
ni que faltaran los epis
al tiempo de improvisar.

No me constan las mordidas
de mascarilla oficial,
ni que ahora el Ejecutivo
sea el único poder ya.

No me consta el puticlub
del papá por afinidad,
ni que el progretariado
torne en tropa de pastizal.

No me consta que mi Bego
llevara el control de cuentas,
ni que con sus dulces manos
pagara pajas y afrentas.

No me consta quién pagó
la casa en el litoral,
ni que hablara con Bildu
tras prometer no pactar.

No me consta aquel Peugeot
ni su fama singular,
ni presupuestos baldíos
en tiempos de legislar.

No me consta si Begoña
con Aldama fue a soñar,
ni que el fango y los bulos
sean prensa de verdad.

No me consta aquel máster
sin méritos para entrar,
ni la asistenta que le puse
para enseñarle a estudiar.

No me consta si en mi nombre
el ibex le quiso donar
un muy costoso “software”
por interés general.

No me consta aquel manual
de resistencia, quise afirmar,
que me escribió una “negra”
que no dudé en colocar.

No me consta el apagón
ni el garaje monclovita,
ni mi hermano ni la cuñá
que allí fueron, no de visita.

No me consta que la Dipu
a David logre enchufar,
pues mi hermano desde Elvas
interpreta sin trabajar.

No me consta el muro alzado
contra media humanidad,
ni el fraude en mi propio reino
que me alzó en lo electoral.

No me consta que a Cataluña
quiera el mando trasladar,
ni que el preso independentista
recibiera su libertad.

No me consta si mis leyes
ponen violadores ya,
en la calle, mientras grito:
“Fue el patriarcado, no más”.

No me consta un ente nuevo,
ni agencia ni sociedad,
que maneje sin escrúpulo
a mi corte clientelar.

No me consta si perdono
al golpista y su maldad,
ni que a los ERE bendiga
como ejemplo, ¡contemplad!

No me consta que en despachos
de mi imperio celestial,
moren Santos y maletas
que gustaran de volar.

No me consta que un amigo,
de verbo muy pastoral,
“abalara” grasas mordidas
con incienso nacional.

No me consta que un tal Koldo
más dado a lo terrenal,
cambiara chistorras por nada,
sin mirar el bien social.

No me consta, ¡por Satanás!,
de aquellas juergas nocturnas,
ni el viaje ni la factura,
ni el vino ni el divinal.

No me consta que el socialismo
se hiciera tan comercial,
ni que entre cenas y escotes
brotara el libro de Marx.

No me constan reservados,
con luces de neón carnal,
corriendo brindis de rojos
con buen cava catalán

Allí el Santos prometía
a los golfos contratar,
y el otro, con su comanda,
cerraba el trato final.

No me consta el maletín,
ni el sobre, ni el manjar,
ni el perfume de la noche
en el templo del azar.

No me consta, no me consta,
digo sin parpadear,
que al fin la verdad tiemble
si el poder me hace brillar.

Y aquí sigo, entre espejismos,
tan sereno en mi umbral:
si no consta, no hay pecado…
¡y el pecado es gobernar!

jueves, 23 de octubre de 2025

Historias de la infamia

 


22/10/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo

“La lógica y humana indignación por la muerte de Sandra no puede llevarnos, desde la canallada, a una espiral de violencia intimidando sin control a menores, publicando sus rostros y señalando responsabilidades a diestra, que no a siniestra…”

El triste final de Sandra en Sevilla, ha vuelto a poner sobre la palestra la displicencia y el menosprecio de un insignificante pero provocador pedazo de la nación, a las piadosas costumbres sociales que, desde hace milenios y desde el dolor más amargo, conteniendo la ira, vienen consistiendo en dar sepultura al cuerpo y acompañar y consolar a sus familiares, dejando para su tiempo la averiguación de las responsabilidades, si las hubo, en el plano más cercano del centro -concertado, se insiste- y/o de la administración educativa, como ya se pretende de manera un tanto forzada por movimientos que se asemejan a otros ya sufridos.

Salvando más que nunca las distancias -además de por la cercanía física, por el desgarro de la inmediatez- resulta que no es nueva la cuestión: la progresía en general y, particularmente, la española y contemporánea, no ha descansado en su favorito e infame entretenimiento: el de “echarle los muertos” de todas las desgracias a los gobiernos si son de la derecha cuando sucede la desdicha.

En la madrugada del 31 de agosto de 1995, mes y medio después de la llegada del popular Sergio Marqués al Principado de Asturias, en la mina de carbón de Hunosa conocida como pozo de San Nicolás, se produjo una explosión de grisú que reportó 14 mineros muertos, Ya en 1996, en el pozo de carbón de Mieres, dos mineros fallecieron por un desprendimiento de carbón. Ese mismo año, otros dos mineros murieron en accidentes en Asturias y León. Sindicatos y partidos de la oposición acusaron a los gobiernos regionales del PP (Aznar al aparato en Castilla y León) de no fiscalizar adecuadamente las minas, lo que habría permitido que las empresas relajaran las medidas de seguridad para maximizar la producción. Las protestas de los mineros, históricamente, han contado con un fuerte apoyo popular, no solo en Asturias, sino en otras regiones mineras. La Marcha Negra de 2012, durante gobierno de Rajoy, es un ejemplo claro de este respaldo, con miles de ciudadanos arropando a los mineros en su trayecto y en la manifestación final en Madrid, pese a no haberse producido siniestros en esas fechas.

Fue en noviembre de 2002 cuando el petroleroPrestige se partió e incendió frente a la costa de Galicia, provocando uno de los mayores vertidos de combustible en la costa española. La izquierda y asociaciones ecologistas, valga la redundancia, denunciaron “inacción”, “ocultación de información” y la falta de medidas eficaces de contingencia, calificando el incidente como “asesinato medioambiental”.

El 26 de mayo de 2003 un avión de transporte militar ruso Yakovlev Yak‑42 que trasladaba militares españoles desde Afganistán a España se estrelló en Turquía con el resultado de 62 militares españoles fallecidos. El caso se usó para criticar al gobierno del PP de José María Aznar por falta de diligencia, supervisión y transparencia. La izquierda más militarista argumentó que hubo “errores graves” que costaron vidas.

El 11 de marzo de 2004 ocurrió en Madrid el mayor atentado terrorista en suelo europeo. La inmediatez de las elecciones generales que se celebrarían tres días después, unido al desconcierto de las primeras horas sobre la autoría del atentado, llevó a las masas “en plan abriltreintiuno” a rodear las sedes del Partido Popular, culpando en masa de los asesinatos a sus dirigentes e incluso a los interventores, apoderados y afiliados en los colegios electorales. No conforme con ello, la izquierda española y en especial el PSOE, en boca de Caradura Sánchez, homenajeó el pasado año a las víctimas en el Senado refiriéndose en los siguientes términos a la oposición popular: “la gran mentira del 11M es el acta fundacional del proyecto político destructivo que ustedes representan desde hace 20 años”. Ésta es, finalmente, la lectura que sacan los auténticos beneficiarios de aquella masacre. Y todo ello pese a que 21 años y medio después siga sin conocerse el autor intelectual de los ataques. El fallo de la Audiencia Nacional no condenó a ninguna persona específica como diseñadora de los atentados. Aunque se investigaron las conexiones del grupo terrorista, la sentencia solo pudo centrarse en los responsables materiales y en la red que proporcionó los explosivos, pero no pudo identificar a un cerebro único y directo detrás de la operación.

El 3 de julio de 2006 en la Línea1 del Metro de Valencia, un tren descarriló en una curva cuando circulaba a unos 80km/h en un tramo cuyo límite era de la mitad, causando 43 muertos y 47 heridos. El gobierno autonómico del PP en aquella época fue señalado por la oposición (PSPV‑PSOE, Compromís, etc.) como culpable de una gestión deficiente que provocó muertes: El accidente, como siempre en estos casos, “era previsible y evitable”.

Hace justo un año, el 29 de octubre de 2024, una gota fría de toda la vida (DANA desde hace unos años) dejó, además de grandes inundaciones y destrucción de infraestructuras, viviendas y servicios, un fallecido en Málaga; en Castilla-La Mancha, siete y en la Comunidad Valenciana más de 200. La única víctima andaluza debió parecer poca cosa a la progresía para iniciar una de sus campañitas contra Moreno Bonilla, sobre todo coincidiendo con la media docena que habría que achacar a García Page que, aunque crítico a veces con la dirigencia socialista, ejdelohnuestroh. “Lo dejamos ahí y nos centramos en lo importante”, debieron pensar: en las lluvias torrenciales, inundaciones y riadas en la zona del barranco del Poyo que produjeron los dos centenares largos de víctimas. Se ha señalado que las alertas llegaron tarde, la coordinación fue deficiente, la comunicación de emergencia se demoró. Víctimas y asociaciones denunciaron “negligencia total” y “asesinatos” por parte del gobierno autonómico popular, por no emitir alertas a tiempo, por una gestión fallida de emergencia. Encontraron en el presidente autonómico popular, acertadamente, el blanco perfecto para atribuir responsabilidades, cuidándose muy mucho de dejar al margen al Ministro del Interior y a la Delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana que en manifiesta dejación de funciones tampoco hicieron, como Mazón, uso del artículo 29 de la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, que establece que la declaración de interés nacional de una emergencia corresponde al ministro, por propia iniciativa, o a instancia de los Delegados del Gobierno o de las Comunidades Autónomas.

Mientras tanto, los otros tienen campo libre para, inmunizados ante la responsabilidad, santificar los gales, enterrar balsas de lodos, rodear el Congreso, o hacer lo propio con el Parlamento Andaluz, para descarrilar avias, accidentar aviacos o spanaires o provocar un apagón, para incendiar montes sin desbrozar, cegar barrancos o falconear sin descanso haciendo flaco favor a la contención del cambio climático… seguramente por aquello de la superioridad moral.

Volvamos al principio: la peligrosa deriva que una parte de la sociedad ha emprendido, tirando de redes sociales y sin esperar a los hechos probados por las autoridades judiciales, nos precipitan a unas maltrechas relaciones de convivencia. El mesurado comunicado del Colegio Irlandesas de Loreto publicado en este medio, además de expresar su profunda consternación, ofreciendo sus condolencias a la familia, hace un llamamiento a la prudencia y a la responsabilidad mientras se llevan a cabo las investigaciones y se ahonda en la necesidad de proteger a sus alumnos de comentarios indeseables.

La lógica y humana indignación por la muerte de Sandra no puede llevarnos, desde la canallada, a una espiral de violencia intimidando sin control a menores, publicando sus rostros y señalando responsabilidades a diestra, que no a siniestra, del equipo directivo del centro -concertado, continúa insistiéndose-.

El infortunio de Sandra no puede -no debe- llevar a la destrucción de otras vidas. Lo que no hemos querido para ella no podemos -no debemos- desearlo para otras personas físicas y jurídicas que, hasta que una sentencia firme no lo establezca, deben disfrutar de la presunción de inocencia que garantiza el artículo 24.2 de nuestra Constitución.