10/02/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo
Al
final habrá castigo para los responsables y estos serán los que, sin
verificadores de ninguna clase, y con la venia del Constitucional, dicten los
tribunales
Lo mismo que, entre 1866 y 1867,
la novela Crimen y
Castigo de Dostoiévski se dio a conocer por entregas en la
revista El mensajero ruso,
el thriller del Barranco del Poyo nos viene dando
sobresaltos entre 2024 y 2025, desde el 24 de octubre pasado, mediante intrigas
y suspense, con mentiras y medias verdades que, más pronto que tarde, habrán de
dilucidarse ante la Justicia.
Tras la publicación por Las Provincias, El
Español y El Mundo del audio del 19 de diciembre (dos meses después del
desastre de la gota fría) entre el secretario valenciano de Medio Ambiente,
Raúl Mérida y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel
Polo, en el que este último aseguraba en apacible confesión que
“no se transmitió información de la
Rambla del Poyo entre las 16:13 y las 18:43”, ha
faltado tiempo para que los altavoces mediáticos y fervientes blanqueadores del
régimen sanchista intenten borrar toda
mácula del proceder, en aquella aciaga tarde, del organismo hidrográfico que,
como bien se sabe, perteneciendo a la administración del Estado, está adscrito
al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Para ello, como bien dice la radio (“si algo
pasa, está la SER”), también están La Sexta y demás marcas blanquirrojas como newtral y maldita.es para contar las cosas a su manera. Es el caso de esta última que, apenas horas después de
las publicaciones, dio a conocer su objetiva
opinión sobre el asunto.
Pese a comenzar reconociendo que la noticia divulgada es
cierta, y que la misma sirvió al presidente de la Generalitat Valenciana como prueba para afirmar
que esa tarde “hubo apagón informativo”, se refiere después al tuitero comunicado de respuesta de la
Confederación Hidrográfica del Júcar que afirmaba que la intervención de su
presidente “está sacada de contexto” y que el Sistema Automático de
Información Hidrológica (SAIH) “estaba funcionando y transmitiendo datos
actualizados cada cinco minutos”. Es únicamente en este documento, al que
pretende diseccionar a base de machota y faca, en el que maldita.es basa una argumentación encaminada a dar como sea la razón al organismo estatal.
Continúa revelando que no ha tenido acceso a los audios pese a haberlos pedido, y se
refiere de pasada a lo que El País y elDiario.es publican
como verdad incontestable: que en la
continuación del audio se escucha a Polo decir que “los centros de coordinación de emergencias (CECOPI), aparte de tener
la información disponible en el SAIH de la Confederación, hay
constancia fehaciente de que la información se estaba recibiendo” [sic].
Y, a continuación, transcribe los audios aún sin estar en su poder:
Así, Mérida inquiría a Polo aquel 19 de
diciembre: “… me hubiera gustado saber tu
opinión … se habla de que desde las 16:13 hasta las 18:43 no se recibió
información, cuando por la mañana sí habíais dado información vosotros, habíais
enviado varios mensajes … pero en ese momento en el que sí que se multiplica
rápidamente el caudal no hay una información … me gustaría saber qué ocurrió
ahí … ante la catástrofe que venía, ¿cómo nadie se comunicó?”.
Y Polo respondía: “La Confederación Hidrográfica del Júcar no es un organismo de
emergencias, nosotros simplemente transmitimos información objetiva en
tiempo real”.
Mérida: “Pero
en esas horas no transmitisteis …”.
Polo: “No,
no, pero me explico. Claro que se transmitió, se ha dicho muchas veces la
cantidad de información que en ese tiempo… Lo que no se transmitió en ese tiempo es información de la Rambla del
Poyo”.
¿Parece claro, no? Pues aquí llega maldita.es para sacar sus propias conclusiones y, con ello,
también, del apuro al presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, aunque
al final resulte que consigue meterle más en el lío. Y si no es así, ayúdenme a
descifrar lo que dice quien dice
estar contra los bulos: “La CHJ
dice que el audio que se ha publicado no está completo y la frase atribuida
a su presidente está sacada de contexto, porque
se refirió a que “durante ese
preciso lapso de tiempo del que se estaba hablando, desde las 16.13 horas a las
18.42, el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) no envió
ningún aviso automático sobre el incremento de caudal en el barranco”.
Si mi conocimiento del castellano no es del todo malo, creo entender que el
SAIH durante esas dos horas y media no
envió ningún mensaje sobre el caudal del barranco.
Pero a ellos lo mismo le da que le da lo mismo
y maldita.es continúa con el alegato exculpatorio tras el
punto y seguido: “inmediatamente antes de
esa frase e inmediatamente después, Polo afirma que en todo momento el SAIH estaba funcionando y
transmitiendo datos actualizados cada cinco minutos, (también de caudal en
la rambla del Poyo) negando el supuesto 'apagón informativo' que esgrime la
Generalitat. No hubo interrupción alguna en ningún momento”. A la
vista de esto, no yo, el mismísimo Miguel de Cervantes entendería que el SAIH
durante esas dos horas y media y en todo momento estuvo funcionando y transmitiendo datos sobre el caudal de la
rambla.
No conformes con ello, a continuación, nueva
aclaración y consiguiente nueva contradicción: “El SAIH no envía alertas sobre crecidas, sino
que muestra el caudal del río en tiempo real (aunque con un
desfase de entre 15 y 20 minutos) … Lo
que no se enviaron entre las dos horas citadas fueron correos
electrónicos desde la CHJ a Protección Civil de la Generalitat sobre el
barranco del Poyo”. A ver, tras esto, estoy seguro que el manco de
Lepanto y yo, ante dos jarritas de Valdepeñas, sacaríamos la misma conclusión y
a la vez distinta de las anteriores: Ahora apunta a que el SAIH sí enviaba las alertas pero la
confederación dejó de enviar los correos electrónicos tal y como venía
haciéndolo con anterioridad.
Ya, como colofón, estos luchadores incansables
contra las falsedades, vuelven a disparar, incriminando a los dirigentes autonómicos
y respaldando a los estatales: “La CHJ
asegura también que el aviso de las 18:43 horas se realizó durante un
“receso impuesto por la dirección de la emergencia que,
unilateralmente, interrumpió la reunión del CECOPI durante una hora con el fin
de decidir una respuesta a la emergencia…”.
Tras el análisis, parece que en esta ocasión la
verificadora, en su pretendido afán de confirmar la descontextualización de la
información publicada por los periódicos -que, efectivamente, los sistemas
automáticos estaban enviando información de los movimientos negativos y
positivos del caudal del barranco, pero no la advertencia, llamémosle desencriptada, traducida, descifrada y
entendible para los compontes del CECOPI que, por otra parte, no tienen porqué
saber del grado de peligrosidad que tiene un caudal de 87 o de 2.500 metros
cúbicos por segundo, o de cero como es el habitual- no ha sido capaz de
desmentirla, todo lo contrario: arroja más dudas sobre la abundancia o escasez
de comunicaciones descifradas que ciertamente se facilitó desde la
confederación hidrográfica.
Como siempre, aquí lo importante y absolutamente
trascendente para la horda de sectarios habituales, sabedores de su presunta participación
en el crimen perpetrado al menos desde la imprudencia
en forma de imprevisión, era y continúa siendo que Mazón
siga recibiendo su dosis semanal de escraches en forma de manifestaciones y
escupitajos, acusándole de todas las desgracias generadas por la tragedia,
mientras otros -la justicia lo dirá- iguales o más responsables de lo
acontecido, se eternizan en sus poltronas, o son encaramados a mayores
encargos, como ha ocurrido con la propia ministra que, tras no dar la cara en
la zona afectada, la colocamos en
Europa y con la Delegada del Gobierno en Valencia, ascendida a los altares de
Ferraz, que, como ya apuntamos el pasado 2 de diciembre en estas páginas,
también incumplió el mandato del artículo 29 de la Ley
17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil que le obligaba a requerir del Ministerio del Interior la
declaración de interés nacional de la emergencia. Y apunto a la “imprudencia”
porque, estoy seguro, que de haberse conocido las consecuencias, nadie en su
sano juicio, hubiese actuado de manera tan irresponsable, ni siquiera quien
dijo ¡si necesitan
ayuda, que la pidan!
A raíz de todo ello, la titular del Juzgado de
Primera Instancia e Instrucción número 3 de Catarroja ha dado un plazo de cinco
días, no prorrogable, para que se le facilite el nombre del técnico que ejecutó
la orden de alerta pasadas ya las ocho de la tarde, cuando la situación en
algunas localidades afectadas era catastrófica. Al tiempo, ha pedido a la
Conferencia Hidrográfica del Júcar que facilite los datos de caudales del Barranco
del Poyo de esa tarde y los medios utilizados para transmitir dicha información.
Al final habrá castigo para los responsables y estos serán los que, sin
verificadores de ninguna clase, y con la
venia del Constitucional, dicten
los tribunales.
Con la aparición en escena de la Justicia, lenta
pero implacable, el remedado título de la novela de Dostoiévski que encabeza esta reflexión
aplicado a la tragedia valenciana de octubre, queda a la espera de que se sustituya por la necesaria conjunción
copulativa lo que ahora mismo es una infame preposición.
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