martes, 15 de julio de 2025

La Moncloa y el equipo médico habitual

 


13/07/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


Deseemos que, manos aparte, la extrema delgadez del presidente y ese rostro que invita a preguntarle “¿te pasa algo?”, sean solo síntomas pasajeros de su enésima mala racha, concurrente con la salida de la incubadora de los complejos de la derecha

 

En el otoño de 1975, ya en su agonía, recordarán los nacidos en los sesenta, también sus ascendientes, los partes médicos que a diario se emitían en “el parte” (telediarios de entonces) expedidos por los facultativos que atendían a Franco. Todos, sin excepción, tras el conteo de los males (flebitis, trombos, fiebres y tensiones arteriales) finalizaban con la rúbrica, que se convirtió en soniquete, de “el equipo médico habitual”.

Muchos años después de su muerte, su yerno, Cristóbal Martínez-Bordiú, cirujano y cardiólogo, contó las vicisitudes a las que se enfrentaron en esos últimos días por el motivo principal de que, además de por su grave enfermedad, su suegro no contemplaba salir del Palacio de El Pardo, sede de la jefatura del Estado, para ser asistido.

Para ello, incluso, llegó a transformarse una habitación de huéspedes o el cuarto de guardia en improvisado quirófano para realizarle una operación “a vida o muerte”, según reveló el médico que la llevó a cabo. 

Valga esta introducción ya histórica, seguramente inédita para los que aún no han cumplido el medio siglo, para valorar la noticia conocida en las últimas horas relativa al deseo de los mandamases de La Moncloa de aumentar el personal sanitario que cuida de la salud de Susanchidá, todo ello coincidiendo con las fotos de primer plano de las manos del actual dictador publicadas por Eldiario.es, que evidencian, al menos, que el ácido hialurónico y la toxina botulínica no tienen el mismo efecto en los tejidos del rostro que en el de las extremidades.

Franco y Sánchez exhiben personalidades muy distintas pero similares en egolatría, si bien aquél no llegó a relacionar el significado de vocablos tales como pedantería, vanidad o petulancia que tan bien esgrime el aún superviviente... Si uno -aunque estuvo unos días previamente ingresado- se mostró reticente a ser tratado en la entonces Ciudad Sanitaria La Paz inaugurada por él mismo 11 años antes, el otro no iba a ser menos y ha requerido al Servicio Madrileño de Salud con ocasión del nuevo convenio un aumento del personal sanitario para atender su estado de salud y el del resto del personal monclovita.

Surgen las preguntas: ¿Es necesario este aumento? ¿Hay algo de lo que preocuparse al margen de esas manos? ¿Ha saltado la alarma médica en La Moncloa? Afortunadamente, la IA en principio no encuentra grandes achaques tras escrutar la foto:

  • Observaciones generales a partir de la imagen:
  • Prominencia de venas: Las venas de la mano están muy marcadas y visibles. Esto puede deberse a múltiples factores, incluyendo:
    • Edad.
    • Bajo porcentaje de grasa corporal.
    • Tono muscular elevado.
    • Condiciones vasculares benignas o, menos comúnmente, patológicas.
  • Coloración de la piel: No hay signos evidentes de cianosis (coloración azulada), eritema (enrojecimiento) o ictericia, al menos según la imagen.
  • Textura y delgadez de la piel: La piel parece algo delgada, lo que podría ser común con el envejecimiento o ciertas condiciones como:
    • Envejecimiento cutáneo natural.
    • Deshidratación.
    • Trastornos dermatológicos o sistémicos.
  • Forma de los dedos y articulaciones: A simple vista no se aprecian deformidades articulares evidentes, aunque las articulaciones se ven algo marcadas. Esto podría sugerir:
    • Cambios relacionados con la edad.
    • Posible artritis incipiente (aunque no se observan signos claros de deformación típicos de artritis reumatoide o artrosis avanzada).

A raíz del apresurado y mecánico diagnóstico no se encuentran motivos para que Sánchez Castejón, que ya tiene a su disposición un total de 29 profesionales, necesite mayores cuidados, teniendo en cuenta que Mariano Rajoy contaba con la mitad, 15 y que, recién llegado Antonio al poder, además de la ampliación de personal, también sumó 2 UCI móvil y 3 unidades médicas al palacio.

El cuarto oscuro convertido en quirófano que fue habitual para el Generalísimo queda en el Pleistoceno comparado con el botiquín rajoyista y muy cercano a la era Paleozoica equiparado con la actual guardia de corps médica de Sánchez. Si a ello le sumamos que todavía le parece poco…

Deseemos que, manos aparte, la extrema delgadez del presidente y ese rostro que invita a preguntarle “¿te pasa algo?”, sean solo síntomas pasajeros de su enésima mala racha, concurrente con la salida de la incubadora de los complejos de la derecha, que por boca de Feijóo le ha hecho tomar de su propia medicina en forma de preguntas relacionadas con las conductas familiares.

Lo que sí se ha asegurado -a diferencia de su camarada Chávez que viajó con asiduidad al hospital Cimeq de La Habana a la búsqueda de la salud- es asistencia hospitalaria de primer nivel sin salir de casa como cualquier españolito, valiéndose de un equipo médico, por sus dimensiones, nada habitual.

Preferible es que, tras un juicio justo por los desmanes cometidos, purgue sus delitos en prisión, circunstancia que seguramente no acontecerá porque, llegado el momento, cientos de facultativos certificarán sin prevaricar y plenos de razón, la inimputabilidad del personaje en virtud del primer párrafo del artículo 20.1 del Código Penal: “Están exentos de responsabilidad criminal: El que al tiempo de cometer la infracción penal, a causa de cualquier anomalía o alteración psíquica, no pueda comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión”, sin que le sea aplicable el segundo parágrafo: “El trastorno mental transitorio no eximirá de pena cuando hubiese sido provocado por el sujeto con el propósito de cometer el delito o hubiera previsto o debido prever su comisión”.


jueves, 3 de julio de 2025

De la autoamnistía al autogolpe

 


02/07/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


“La amnistía es constitucional, porque así lo han decidido los esbirros de Pedro Sánchez, a la cabeza una ciudadana de Iznalloz que recibió la Medalla de Oro de Andalucía de manos de un tal José Antonio de apellido Griñán”


No por esperada, en la acepción 2.2 del Diccionario de la RAE (falta, deficiencia o error), el último fallo del Tribunal Constitucional sobre la ley de amnistía, tras el particularmente obsceno de los ERE, constituye el torpedo definitivo en la línea de flotación del estado de convivencia que nos dimos los nacionales españoles con la Constitución de 1978. Y supone, ahora sí -mientras que los partidos de la oposición continúan soñando con el éxito de unas inmediatas y jubilosas elecciones generales y amagos de mociones de censura- no el comienzo de un régimen dictatorial al modo caribeño sino la constatación de que ya podemos presumir y disfrutar de él en su plenitud.

Por mucho que sigan repitiéndolo los sincronizados altavoces mediáticos y afines a la ya pletórica autocracia sanchista, la ley de autoamnistía -que los responsables políticos del golpe de estado catalán de 2017 entregaron en Suiza, negro sobre blanco y en papel timbrado del BOE, al correo recientemente encarcelado, Santos Cerdán, para atornillar a su número uno en el falcon- revalida la impudicia y obscenidad que anida no solo en el palacio presidencial, sino también en esa casi mitad de la población española que ha acogido con deleite en sus decadentes seseras la desigualdad como bien a proteger.

Hoy, todavía continúa diciendo el artículo 159 de nuestra carta magna que el Tribunal Constitucional se compone de 12 miembros nombrados por el Rey; de ellos, cuatro a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintos de sus miembros; cuatro a propuesta del Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno, y dos a propuesta del Consejo General del Poder Judicial. Y, a resultas de ello, ésta es la docena de integrantes de un tribunal de garantías erigido en sala de apelación del Supremo por la voluntad del tirano en ejercicio que ejerce sus potestades con el nombre de Pedro II, heredero del conocido como El Cruel:

·        Cándido Conde-Pumpido Tourón

·        Inmaculada Montalbán Huertas

·        Ricardo Enríquez Sancho

·        María Luisa Balaguer Callejón

·        Ramón Sáez Valcárcel

·        Enrique Arnaldo Alcubilla

·        Concepción Espejel Jorquera

·        María Luisa Segoviano Astaburuaga

·        César Tolosa Tribiño

·        Juan Carlos Campo Moreno

·        Laura Díez Bueso

·        José María Macías Castaño

 

Los once primeros ya intervinieron en la referida Sentencia 99/2024, de 16 de julio de 2024, relativa al recurso de amparo promovido por Chaves, Zarrías, Vallejo, Rodríguez Román, Lozano, Griñán y Aguayo, salvando su conciencia y la dignidad de la nación solo cuatro de ellos, los magistrados Enríquez, Arnaldo, Espejel y Tolosa.

A ellos se ha sumado el último, Macías, que, por mor del destino, tomó posesión dos semanas después del Erepronunciamiento de Pumpido de julio pasado y que tampoco ha formado parte en esta bendición de la autoamnistía al haber sido recusado, conforme a ley, por haber participado en la elaboración de dos informes que cuestionaron en su día la ley de amnistía.

Aunque esté de basura hasta arriba, tampoco ha querido mancharse en esta ocasión Juan Carlos Campo, exministro socialista de Justicia, que -voluntariamente dicen- se ha apartado por haberse adelantado en el tiempo, interviniendo gozosamente en la tramitación de indultos vinculados al procés; gesto de legalidad, nobleza y bonhomía sobre el que se mostró incapaz de presumir con ocasión de la resolución de julio pasado en la que contribuyó a amparar a los que habían sido sus compañeros y jefes, Chaves entre ellos.

Sobre las andanzas y prioridades de los siete jinetes del apocalipsis patrio, incluido Campo, ya hubo ocasión de referirnos en este sitio hace casi un año.

Pero el nexo común de ambas sentencias se encuentra, sin duda alguna, en Inmaculada Montalbán, actual vicepresidente del Tribunal Constitucional, alma mater tanto de la ponencia del caso ERE como ésta de la autoamnistía que culmina en la práctica con un autogolpe al más puro estilo de papá Vladimir Ilʹich Lenin. Doña Inmaculada ya había mostrado su absoluto desprecio por la independencia de la ley, al no apartarse del primero de ellos cuando un tal Griñán -que había firmado el Decreto 47/2012 de 21 de febrero- le reconoció los méritos suficientes para hacerse acreedora a la Medalla de Andalucía, con todos los honores previstos en el Decreto 117/1985, de 5 de junio. No del todo satisfecha con ello, reincide ahora validando la autoamnistía para seguir retozando en el légamo de la infamia.


Inmaculada Montalbán, ya por entonces aplaudida por Griñán, tras recibir la Medalla de Andalucía en 2012. Febrero 2012. Foto: EFE

Con afán de completar su por entonces escaso currículum, ella misma acentuaba: “estuve unos años yendo a los pueblos a explicar a las mujeres que tenían derecho a denunciar y les explicábamos que la violencia dentro de la pareja no estaba permitida, que una mujer no estaba obligada a sufrir malos tratos o a recibir amenazas por el hecho de casarse. Pregunta: ¿Cuántos millones de andaluces tendrían derecho a tal distinción por un discurso tan rudimentario y al nivel de La Familia de la Tele que, además, queda incompleto al no extender tal derecho a las no casadas?

¿Cuáles son los fundamentos jurídicos que argumenta esta iznallocense para declarar que todos los delitos ocurridos en Cataluña entre el 1 de noviembre de 2011 y el 13 de noviembre de 2023 no existieron? Porque, justamente, ése es el resultado de la aplicación de la amnistía, a diferencia del indulto que supone un perdón de los actos delictivos. De manera que nada importan doce largos años de estragos, robos, malversaciones y estafas con escala en una declaración de independencia que acababa con la configuración política de la España moderna y culminaba con subsiguientes desafíos, hasta la última fecha contemplada en el marco temporal de la Ley Orgánica de amnistía.

En cuanto al propósito de la ley, la Inma de Iznalloz la considera una respuesta constitucionalmente válida a una situación excepcional ya que, a su entender, la amnistía busca disminuir la fractura social y política, promover la convivencia y contribuir a la normalización en Cataluña, fines que definen un “interés general” legítimo. Asimismo, con ella, la mayoría del tribunal dice abstenerse de valorar las motivaciones políticas del Gobierno para promulgar la ley. Tales argumentos han sido despedazados 20 días después por un tal Santos Cerdán en el Supremo, minutos antes de viajar a Soto del Real: “Negocié porque la amnistía era esencial para la investidura”, en román paladino: “compré con el dinero y la dignidad de todos el mandato del que ahora dice no reconocerme: su investidura a cambio de un golpe al Estado, su sillón  a cambio de impunidad”.

Ya en el plano jurídico, efectivamente, si bien la Constitución Española de 1978 no menciona la palabra amnistía, su presencia y efectos estuvieron muy presentes en los trabajos de la ponencia constitucional, sobre todo porque un año antes se aprobó la Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía, considerada un acto de reconciliación nacional en el marco de la transición. Dicha ley supuso la exoneración penal y administrativa de los delitos políticos, de opinión y de rebelión cometidos antes del 15 de diciembre de 1976 y la liberación de presos políticos, así como la exoneración de funcionarios del régimen franquista en lo relativo a delitos cometidos por motivos políticos.

La ponencia constitucional, durante los debates, no se propuso introducir un artículo específico relativo a la amnistía. La decisión fue deliberada y consensuada, bajo la premisa de que la amnistía de 1977 cerraba una etapa excepcional del pasado. En cambio, sí se estableció en la Constitución un marco jurídico sobre el indulto (artículo 62.i): "Corresponde al Rey ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales".

Para una mayoría de juristas, resultando claro que la Constitución Española de 1978 no prohíbe expresamente la amnistía, da pie a argumentar que, al no mencionarse y haberse agotado su función histórica con la ley de 1977, la amnistía carece de base jurídica en el ordenamiento postconstitucional, sobre todo teniendo en cuenta que sí regula el indulto como un derecho muy restringido, prohibiendo incluso los generales. Y expulsados del mundo del derecho estos, cuánto más ha de estarlo la amnistía que no implica la despenalización de los actos perdonados; al contrario, siguen siendo considerados como delitos, pero el Estado renuncia a perseguirlos y sancionarlos.

No obstante, otros sostienen que, al no estar explícitamente prohibida, el legislador ordinario podría establecer una nueva ley de amnistía -mucha atención- “siempre que respete los principios constitucionales, en especial los derechos fundamentales, la separación de poderes y la igualdad ante la ley” (artículos 1.1, 9.1 y 14 CE).

Pues bien, dice el 9.1: “Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”. Lógicamente, los condenados por el procés lo fueron por una Sentencia del Tribunal Supremo que acreditó el incumplimiento de numerosas leyes, entre ellas la propia Constitución. ¿Se respeta en este caso la separación de poderes?

Por su parte, establece el 14: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. ¿Se respeta asimismo la igualdad ante la ley? Resulta claro que los actores del desafío al Estado, con esta medida de gracia, han sido discriminados positivamente del resto de la nación, reconociéndole de facto que no son necesariamente españoles.

Pero la amnistía es constitucional, porque así lo han decidido los esbirros de Pedro Sánchez, a la cabeza una ciudadana de Iznalloz que recibió la Medalla de Oro de Andalucía de manos de un tal José Antonio de apellido Griñán. A ciencia cierta, algunos de sus paisanos tendrán la oportunidad de recordarle su indecencia este verano a orillas del río Cubillas.