19 años ya, casi cuatro lustros. Parece que fue ayer. Pretendían acabar con el Sevilla, pero
no contaban con el patrimonio más importante del club hispalense: su
afición. Entre cuarenta y cincuenta mil personas se echaron a la calle aquel
2 de agosto para exigir justicia. La cacicada de Jesús Gil, Antonio Baró,
Jesús Samper, Ramón Mendoza, Rafael Cortés Elvira y
José María García fue abortada por todos y cada uno de los sevillistas, en
especial los que se echaron a la
calle, con cuarenta grados a la sombra, como un solo hombre (o una sola
mujer, como hay que decir ahora).
Ernesto
López
de Rueda,
Javier Tenorio y Enrique fueron los promotores de aquella
demostración de fuerza del sevillismo. Aquel mismo día a las 3 de la
tarde (cinco horas antes del
comienzo y cuando Internet era un absoluto desconocido) presentaron
en la Delegación del Gobierno la comunicación de la
manifestación convocada.
Todo un documento para la historia sevillista:
Meses después,
Ernesto López de Rueda, vicepresidente de Foro Sevillista, plasmó en los
capítulos 3 y 4 de su
libro "Sevilla hasta la Muerte, El coraje de una afición" el acontecer de
aquellos tremendos días en que se forjaron los sólidos cimientos del Sevilla
actual: El libro de cabecera del sevillismo en el que se narra la
intrahistoria del abortado abordaje del Sevilla F.C. por invasores
madrileños y marbellíes. Una afición en permanente lucha por la
independencia de "su" club. Así amamos nosotros ¡Cuánto te quiero, Sevilla!
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