Con ser lamentable el partido disputado hoy por el Sevilla en las proximidades
de Los Bermejales, a mucha distancia y para vergüenza propia quedará en el
recuerdo la celebración festera de final del encuentro en las gradas y en
el propio terreno de juego.
Solemnizar por todo lo alto, como se ha pretendido, una clasificación UEFA que
supondrá comenzar la temporada oficial, incluyendo los dos de la Supercopa, con
ocho partidos en las piernas más que el resto de contendientes, asemeja un
sketch desmedido, un lamentable paso atrás que colisiona jocosamente con las
firmes zancadas de la última década larga.
Una mediocridad no muy lejana al manquepierda parece haberse instalado en
un pedazo nada desdeñable de la institución y, lo que es peor, de la masa de
seguidores: Doscientos millones de euros de presupuesto no han resultado
suficientes para mantener, al menos, una quinta plaza que, también sin premio
Champions, supone al menos encabezar el escalafón de los mortales del fútbol
español.
¿El partido? ¿Qué partido? No ha existido. Como forastero, el Sevilla de esta
tarde poco tiene de qué presumir al lado del Sevilla de Montella: recibe en los
primeros compases un gol de primero de fútbol sala, inmediatamente su rival le
entrega el control del balón que no del juego ante la mostrada y cansina
incompetencia negra, sí, negra; tras el descanso es capaz de empatar con un gol
gestado por el único avispado de los alineados y que resulta ser el mismo que
marca paquete al lado de sus timoratos colegas. El resultado por entonces
que, increíblemente, parecía dejar satisfechos a todos se rompe en una jugada
aislada -a balón parado- donde Kjaer adelanta a los nuestros a falta de 10
minutos para el final. En seguida, el empate local tras apretar un pelín...
patentizando que si hacía falta otro gol, po toma, si faltasen dos, pues
dos, si hubiesen sido necesarios tres, pues tres...
Y, encima, de negro: el genio del laureado departamento de marketing que
haya decidido hoy visitar de luto riguroso el otrora Ruiz de Lopera, ha de
formar parte, sin posibilidad alguna de retorno, del éxodo masivo que un nuevo
director deportivo debe poner en práctica esta misma semana. La contrapartida ha
de darse con los frutos de la carretera de Utrera y con la llegada de ADN
nacional que nos hagan olvidar -hoy lo veo casi imposible- la manada de
indígenas aturdidos que uno que a estas horas se pasea por Roma nos endiñó ahora
va a hacer dos años.
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Real Betis B. 2 - Sevilla FC
2
Real Betis B.:
Pedro, Barragán, Mandi, Bartra,
Jordi Amat, Durmisi, Fabián, Javi García, Guardado (Boudebouz, min. 46),
Joaquín (Tello, min. 72) y Sergio León (Loren, min. 58).
Sevilla FC:
David Soria, Mercado (Ben Yedder, min. 45), Kjaer, Lenglet, Escudero, NZonzi,
Roque Mesa, Banega, Sarabia (Layún, min. 46), Nolito (Vázquez, min. 85) y
Sandro.
Goles:
1-0, min. 4: Marc Bartra. 1-1, min. 57: Ben Yedder. 1-2, min. 79: Kjaer.
2-2, min. 81: Loren.
Árbitro:
El catalán Álvarez Izquierdo.
Mostró tarjetas amarillas a Guardado, por los locales, y a Sarabia, Lenglet,
Escudero y Layún, por el Sevilla.
Incidencias:
Partido
correspondiente a la 37ª jornada de Liga disputado
en el estadio Benito
Villamarín,
con 55.000 espectadores (dicen) en sus gradas en tarde primaveral, entre
ellos un millar largo de sevillistas de Nervión. Terreno de juego en
buenas condiciones.
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