sábado, 8 de noviembre de 2025

“No me consta”. Video youtube

Romance de Francisco Romero publicado en @Sevillainf el 4 de noviembre de 2025 y en este sitio al día siguiente, con arreglos y música de mi Antonio (otro, no el de siempre).

 

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miércoles, 5 de noviembre de 2025

“No me consta”. Romance

 


05/11/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


No me consta, dice el hombre,
con caradura integral,
que el virus vino en maletas,
dos o tres casos, no más.

No me consta un comité
de expertos sin acreditar,
ni que faltaran los epis
al tiempo de improvisar.

No me constan las mordidas
de mascarilla oficial,
ni que ahora el Ejecutivo
sea el único poder ya.

No me consta el puticlub
del papá por afinidad,
ni que el progretariado
torne en tropa de pastizal.

No me consta que mi Bego
llevara el control de cuentas,
ni que con sus dulces manos
pagara pajas y afrentas.

No me consta quién pagó
la casa en el litoral,
ni que hablara con Bildu
tras prometer no pactar.

No me consta aquel Peugeot
ni su fama singular,
ni presupuestos baldíos
en tiempos de legislar.

No me consta si Begoña
con Aldama fue a soñar,
ni que el fango y los bulos
sean prensa de verdad.

No me consta aquel máster
sin méritos para entrar,
ni la asistenta que le puse
para enseñarle a estudiar.

No me consta si en mi nombre
el ibex le quiso donar
un muy costoso “software”
por interés general.

No me consta aquel manual
de resistencia, quise afirmar,
que me escribió una “negra”
que no dudé en colocar.

No me consta el apagón
ni el garaje monclovita,
ni mi hermano ni la cuñá
que allí fueron, no de visita.

No me consta que la Dipu
a David logre enchufar,
pues mi hermano desde Elvas
interpreta sin trabajar.

No me consta el muro alzado
contra media humanidad,
ni el fraude en mi propio reino
que me alzó en lo electoral.

No me consta que a Cataluña
quiera el mando trasladar,
ni que el preso independentista
recibiera su libertad.

No me consta si mis leyes
ponen violadores ya,
en la calle, mientras grito:
“Fue el patriarcado, no más”.

No me consta un ente nuevo,
ni agencia ni sociedad,
que maneje sin escrúpulo
a mi corte clientelar.

No me consta si perdono
al golpista y su maldad,
ni que a los ERE bendiga
como ejemplo, ¡contemplad!

No me consta que en despachos
de mi imperio celestial,
moren Santos y maletas
que gustaran de volar.

No me consta que un amigo,
de verbo muy pastoral,
“abalara” grasas mordidas
con incienso nacional.

No me consta que un tal Koldo
más dado a lo terrenal,
cambiara chistorras por nada,
sin mirar el bien social.

No me consta, ¡por Satanás!,
de aquellas juergas nocturnas,
ni el viaje ni la factura,
ni el vino ni el divinal.

No me consta que el socialismo
se hiciera tan comercial,
ni que entre cenas y escotes
brotara el libro de Marx.

No me constan reservados,
con luces de neón carnal,
corriendo brindis de rojos
con buen cava catalán

Allí el Santos prometía
a los golfos contratar,
y el otro, con su comanda,
cerraba el trato final.

No me consta el maletín,
ni el sobre, ni el manjar,
ni el perfume de la noche
en el templo del azar.

No me consta, no me consta,
digo sin parpadear,
que al fin la verdad tiemble
si el poder me hace brillar.

Y aquí sigo, entre espejismos,
tan sereno en mi umbral:
si no consta, no hay pecado…
¡y el pecado es gobernar!

jueves, 23 de octubre de 2025

Historias de la infamia

 


22/10/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo

“La lógica y humana indignación por la muerte de Sandra no puede llevarnos, desde la canallada, a una espiral de violencia intimidando sin control a menores, publicando sus rostros y señalando responsabilidades a diestra, que no a siniestra…”

El triste final de Sandra en Sevilla, ha vuelto a poner sobre la palestra la displicencia y el menosprecio de un insignificante pero provocador pedazo de la nación, a las piadosas costumbres sociales que, desde hace milenios y desde el dolor más amargo, conteniendo la ira, vienen consistiendo en dar sepultura al cuerpo y acompañar y consolar a sus familiares, dejando para su tiempo la averiguación de las responsabilidades, si las hubo, en el plano más cercano del centro -concertado, se insiste- y/o de la administración educativa, como ya se pretende de manera un tanto forzada por movimientos que se asemejan a otros ya sufridos.

Salvando más que nunca las distancias -además de por la cercanía física, por el desgarro de la inmediatez- resulta que no es nueva la cuestión: la progresía en general y, particularmente, la española y contemporánea, no ha descansado en su favorito e infame entretenimiento: el de “echarle los muertos” de todas las desgracias a los gobiernos si son de la derecha cuando sucede la desdicha.

En la madrugada del 31 de agosto de 1995, mes y medio después de la llegada del popular Sergio Marqués al Principado de Asturias, en la mina de carbón de Hunosa conocida como pozo de San Nicolás, se produjo una explosión de grisú que reportó 14 mineros muertos, Ya en 1996, en el pozo de carbón de Mieres, dos mineros fallecieron por un desprendimiento de carbón. Ese mismo año, otros dos mineros murieron en accidentes en Asturias y León. Sindicatos y partidos de la oposición acusaron a los gobiernos regionales del PP (Aznar al aparato en Castilla y León) de no fiscalizar adecuadamente las minas, lo que habría permitido que las empresas relajaran las medidas de seguridad para maximizar la producción. Las protestas de los mineros, históricamente, han contado con un fuerte apoyo popular, no solo en Asturias, sino en otras regiones mineras. La Marcha Negra de 2012, durante gobierno de Rajoy, es un ejemplo claro de este respaldo, con miles de ciudadanos arropando a los mineros en su trayecto y en la manifestación final en Madrid, pese a no haberse producido siniestros en esas fechas.

Fue en noviembre de 2002 cuando el petroleroPrestige se partió e incendió frente a la costa de Galicia, provocando uno de los mayores vertidos de combustible en la costa española. La izquierda y asociaciones ecologistas, valga la redundancia, denunciaron “inacción”, “ocultación de información” y la falta de medidas eficaces de contingencia, calificando el incidente como “asesinato medioambiental”.

El 26 de mayo de 2003 un avión de transporte militar ruso Yakovlev Yak‑42 que trasladaba militares españoles desde Afganistán a España se estrelló en Turquía con el resultado de 62 militares españoles fallecidos. El caso se usó para criticar al gobierno del PP de José María Aznar por falta de diligencia, supervisión y transparencia. La izquierda más militarista argumentó que hubo “errores graves” que costaron vidas.

El 11 de marzo de 2004 ocurrió en Madrid el mayor atentado terrorista en suelo europeo. La inmediatez de las elecciones generales que se celebrarían tres días después, unido al desconcierto de las primeras horas sobre la autoría del atentado, llevó a las masas “en plan abriltreintiuno” a rodear las sedes del Partido Popular, culpando en masa de los asesinatos a sus dirigentes e incluso a los interventores, apoderados y afiliados en los colegios electorales. No conforme con ello, la izquierda española y en especial el PSOE, en boca de Caradura Sánchez, homenajeó el pasado año a las víctimas en el Senado refiriéndose en los siguientes términos a la oposición popular: “la gran mentira del 11M es el acta fundacional del proyecto político destructivo que ustedes representan desde hace 20 años”. Ésta es, finalmente, la lectura que sacan los auténticos beneficiarios de aquella masacre. Y todo ello pese a que 21 años y medio después siga sin conocerse el autor intelectual de los ataques. El fallo de la Audiencia Nacional no condenó a ninguna persona específica como diseñadora de los atentados. Aunque se investigaron las conexiones del grupo terrorista, la sentencia solo pudo centrarse en los responsables materiales y en la red que proporcionó los explosivos, pero no pudo identificar a un cerebro único y directo detrás de la operación.

El 3 de julio de 2006 en la Línea1 del Metro de Valencia, un tren descarriló en una curva cuando circulaba a unos 80km/h en un tramo cuyo límite era de la mitad, causando 43 muertos y 47 heridos. El gobierno autonómico del PP en aquella época fue señalado por la oposición (PSPV‑PSOE, Compromís, etc.) como culpable de una gestión deficiente que provocó muertes: El accidente, como siempre en estos casos, “era previsible y evitable”.

Hace justo un año, el 29 de octubre de 2024, una gota fría de toda la vida (DANA desde hace unos años) dejó, además de grandes inundaciones y destrucción de infraestructuras, viviendas y servicios, un fallecido en Málaga; en Castilla-La Mancha, siete y en la Comunidad Valenciana más de 200. La única víctima andaluza debió parecer poca cosa a la progresía para iniciar una de sus campañitas contra Moreno Bonilla, sobre todo coincidiendo con la media docena que habría que achacar a García Page que, aunque crítico a veces con la dirigencia socialista, ejdelohnuestroh. “Lo dejamos ahí y nos centramos en lo importante”, debieron pensar: en las lluvias torrenciales, inundaciones y riadas en la zona del barranco del Poyo que produjeron los dos centenares largos de víctimas. Se ha señalado que las alertas llegaron tarde, la coordinación fue deficiente, la comunicación de emergencia se demoró. Víctimas y asociaciones denunciaron “negligencia total” y “asesinatos” por parte del gobierno autonómico popular, por no emitir alertas a tiempo, por una gestión fallida de emergencia. Encontraron en el presidente autonómico popular, acertadamente, el blanco perfecto para atribuir responsabilidades, cuidándose muy mucho de dejar al margen al Ministro del Interior y a la Delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana que en manifiesta dejación de funciones tampoco hicieron, como Mazón, uso del artículo 29 de la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, que establece que la declaración de interés nacional de una emergencia corresponde al ministro, por propia iniciativa, o a instancia de los Delegados del Gobierno o de las Comunidades Autónomas.

Mientras tanto, los otros tienen campo libre para, inmunizados ante la responsabilidad, santificar los gales, enterrar balsas de lodos, rodear el Congreso, o hacer lo propio con el Parlamento Andaluz, para descarrilar avias, accidentar aviacos o spanaires o provocar un apagón, para incendiar montes sin desbrozar, cegar barrancos o falconear sin descanso haciendo flaco favor a la contención del cambio climático… seguramente por aquello de la superioridad moral.

Volvamos al principio: la peligrosa deriva que una parte de la sociedad ha emprendido, tirando de redes sociales y sin esperar a los hechos probados por las autoridades judiciales, nos precipitan a unas maltrechas relaciones de convivencia. El mesurado comunicado del Colegio Irlandesas de Loreto publicado en este medio, además de expresar su profunda consternación, ofreciendo sus condolencias a la familia, hace un llamamiento a la prudencia y a la responsabilidad mientras se llevan a cabo las investigaciones y se ahonda en la necesidad de proteger a sus alumnos de comentarios indeseables.

La lógica y humana indignación por la muerte de Sandra no puede llevarnos, desde la canallada, a una espiral de violencia intimidando sin control a menores, publicando sus rostros y señalando responsabilidades a diestra, que no a siniestra, del equipo directivo del centro -concertado, continúa insistiéndose-.

El infortunio de Sandra no puede -no debe- llevar a la destrucción de otras vidas. Lo que no hemos querido para ella no podemos -no debemos- desearlo para otras personas físicas y jurídicas que, hasta que una sentencia firme no lo establezca, deben disfrutar de la presunción de inocencia que garantiza el artículo 24.2 de nuestra Constitución.

miércoles, 15 de octubre de 2025

El Nobel de la Paz: Mérito vs. desdoro

 


15/10/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


“María Corina es el símbolo de libertad que alumbra el continente americano, al contrario del enamorado esposo de la Bego, cuyo manejo centellea restringiendo la política, persiguiendo al disidente, inhabilitando al antagonista y amenazando a todo quisque”


¡De los nervios! Hasta el último momento, ya sin palomitas que llevarse a la boca, han estado soñando ilusionados con que nuestro melifluo presidente obtuviera el Nobel de la Paz por el que tanto han implorado las bases progretarias y alamismavé millonarias… ese meritorio galardón que tanto ansiaban en La Moncloa. Y el adversario era Donald Trump.

Llegaron a creérselo, pero hete aquí que, por deseo testamentario de Alfred Nobel, no es el gobierno español, tampoco el consejo de administración de RTVE y sí el Comité Nobel Noruego, conformado por personalidades con amplia experiencia en política, derechos humanos, diplomacia y derecho internacional designadas por el Storling (Parlamento de Noruega), el que acabó otorgando dicho reconocimiento a María Corina Machado “por su trabajo incansable por los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y su lucha por lograr una transición justa y pacífica de dictadura a democracia”, quien conforma ya con Rigoberta Menchú el binomio de mujeres hispanoamericanas premiadas con el galardón que lleva el apellido del inventor de la dinamita y despertando, al tiempo, a docenas de indigentes eruditos de tan oníricas alucinaciones.

¿Y por qué María Corina y no Pedro?

Entre los méritos de la venezolana, despunta que fue cofundadora de la ONG Súmate, dedicada al monitoreo electoral, transparencia y promoción de los derechos políticos, además de otras iniciativas sociales como la Fundación Atenea, vinculada a asistencia social, reinserción de niños u hogares en pobreza extrema y fundadora y coordinadora nacional de Vente Venezuela. Lo más cercano que Sánchez se ha mostrado a una entidad -aparentemente- sin fines de lucro fue la bienvenida al Open Arms cargado de emigrantes ilegales en el puerto de Valencia, después de saberse que la Fundación IE que montó el África Center para Begoña destina menos del 50% de sus ingresos (provenientes en su mayoría de los Presupuestos Generales del Estado) a las ayudas que es su finalidad, muy lejos del 80% y del 90% que es lo habitual en este tipo de entidades. El restante 50% de lo que ingresa se emplea en gastos de personal y servicios exteriores. ¿Chiringuito?

Elegida diputada de la Asamblea Nacional en 2010, Machado fue la parlamentaria que recibió el mayor número de votos para ese cargo en su momento. Mientras tanto, Pedro tiene el dudoso récord de obtener los peores resultados de su partido a lo largo de la historia.

Como diputada, ella fue siempre la voz crítica al gobierno, particularmente frente a las políticas de expropiaciones, la corrupción y las intervenciones estatales. Respondió al “¡exprópiese!” del dictador Chávez con un aserto tan simple como demoledor: “expropiar es robar”. Mientras, su opositor al ansiado premio se ha limitado a subir 94 veces los impuestos y en materia de expropiación del estado de derecho “solo” ha tocado al Tribunal de Cuentas, al Tribunal Constitucional y a la Fiscalía General del Estado.

La venezolana alcanzó mayor fama cuando participó en 2023 en las primarias de la oposición que elegiría candidato para las elecciones presidenciales de 2024. Obtuvo el 93% de los votos de la oposición, con una alta participación (casi 2,4 millones de electores). Frente a su incontrovertible victoria en las primarias, fue inhabilitada por la Contraloría General de Maduro, aunque lideró la campaña política del candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia, quien, según todos los observadores internacionales -con la excepción de Zapatero que, aunque no lo niega, tampoco lo afirma- obtuvo la mayoría. Escaso parecido con estos resultados obtuvo nuestro iletrado presidente que, entre múltiples motivos, pasará a la historia por el fraude en las primarias del PSOE en 2014 con la inestimable ayuda de sus dos últimos secretarios generales de organización, Cerdán y Koldo, en perjuicio de Susana Díaz.

El rol de María Corina ha sido clave para unificar distintos sectores de la oposición, incluso aquellos con trayectorias ideológicas diferentes. Fue percibida como la alternativa que aglutinaba mejor los distintos partidos y organizaciones opositoras en un afán de desbancar al poder comunista que se ha asentado en el país venezolano. En esto Pedro le ha imitado diligentemente, consiguiendo unir en torno a su poder a sectores tan alejados de la socialdemocracia como los comunistas bolivarianos, los independentistas gallegos, catalanes o valencianos y, por si fuera poco, los herederos de los etarras.

No solo como líder electoral sino como símbolo de resistencia democrática frente a las restricciones políticas, persecuciones, inhabilitaciones, amenazas, María Corina es el símbolo de libertad que alumbra el continente americano, al contrario del enamorado esposo de la Bego, cuyo manejo centellea restringiendo la política, persiguiendo al disidente, inhabilitando al antagonista y amenazando a todo quisque.

La premiada ha mantenido una actividad política activa incluso bajo presión, amenazas, y dificultades institucionales. Ha denunciado irregularidades, fraude electoral, ha promovido la vigilancia ciudadana del voto, impulsando el “Plan 600K” para movilizar a la base electoral en la vigilancia del proceso tras los comicios de 2024. El aspirante, inversamente, comenzó su andadura instalando e inundando con sus votos una urna no verificada, tras una mampara.

La valiente luchadora, símbolo de la resistencia democrática, con sus actuaciones, ha logrado situar el asunto de la crisis venezolana en la agenda internacional, recibiendo otros reconocimientos internacionales tales como el premio Václav Havel o el Sájarov del Parlamento Europeo por su defensa de la democracia y los derechos humanos. Desde 2024 está en la clandestinidad, escondida ante amenazas de arresto y represión. El subcampeón, mientras tanto, quema millones de litros de queroseno, delegando la preocupación por el cambio climático en sus bases, para hacerse visible hasta en las cumbres donde da brochazos sin pintura. La última ayer desde el banderín de córner, en Egipto, donde se firmaba la paz que él ha estado bombardeando hasta el último día. De haberse precisado su firma, lo habría hecho en el libro de condolencias.

Coincidiendo con la celebración de la gesta de la primera mujer empoderada que dio la Edad Moderna -Isabel I de Castilla y el descubrimiento del Nuevo Mundo- 533 años después, el Comité Nobel Noruego ha encontrado en María Corina Machado el ejemplo de otra mujer valiente y audaz que ha hecho de su vida un modelo de sacrificio y de entrega por su nación. Al respecto del aspirante que, tirando de estilo, no ha felicitado a la galardonada, mejor silenciamos su CV.

sábado, 4 de octubre de 2025

¡Genocidio y ya está!

 


04/10/25. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


“La bronca, a expensas de lo que de los juzgados sigue saliendo de David y de Bego, sigue centrada en este término (genocidio) que venimos usando con una ligereza tal que hasta sobrecoge la rutina con la que lo hacemos”

 

Pedro I de Castilla, apodado “el Cruel”, además de por los nobles castellanos, por los Trastámara -sus rivales- y “el Justo” o “el Justiciero” por sus partidarios, fue rey de Castilla durante 20 años, los que van de 1350 hasta su asesinato en 1369, siendo recordado hoy por el primero de los motes.

“Es un genocidio, no valen las medias tintas, lo de Gaza es un genocidio”.

Así lo ha proclamado el Pedro I de La Moncloa, actual monarca de los destinos de España. El sobrenombre lo dejo a su elección, aunque auguro un empate técnico entre el preferido por las víctimas de su infamia y el elegido por los gozadores de esta dictadura del progretariado mil veces buscada y ya dichosamente resplandeciente entre nosotros.

La bronca, a expensas de lo que de los juzgados sigue saliendo de David y de Bego, sigue centrada en este término (genocidio) que venimos usando con una ligereza tal que hasta sobrecoge la rutina con la que lo hacemos.

Genocidio es según el diccionario de la RAE: el “exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”. Siendo ya determinante la definición, reconozcamos que un diccionario de la lengua no es más que un repertorio en el que se recogen palabras, acompañadas de su definición, equivalencia o explicación más o menos ajustadas para el entendimiento general.

Pero la referencia a las conductas de las últimas semanas en Gaza por parte del ejército israelí, al que la progresía mundial y en especial la española viene refiriéndose en las últimas semanas como genocidio, ha de hacerse necesariamente desde la perspectiva de los tribunales de justicia y en especial de la Corte Penal Internacional (CPI), tribunal permanente que juzga comportamientos tales como el propio genocidio, los crímenes de lesa humanidad o los crímenes de guerra. Y no, no todo es genocidio, precisamente.

La palabra “genocidio” es relativamente nueva pues apareció por vez primera vez en 1944 en el libro Axis Rule in Occupied Europe (El dominio del eje en la Europa ocupada) del abogado polaco Raphael Lemkin. Surgió la palabra combinando el término griego geno-, que significa raza o tribu, con el latín -cide, que significa matar. Con ella pretendió describir la masacre de los judíos europeos, si bien esos hechos se conocieron posterior y actualmente como el Holocausto.

Ya en Nuremberg, en 1945, durante el juicio, una treintena de funcionarios nazis de alto rango fueron acusados de haber cometido, además de otros delitos, “crímenes contra la humanidad” y “crímenes de guerra”, según la definición de la Carta de Nuremberg. Las acusaciones en dichos procesos ya comenzaron a usar esa palabra que por entonces contaba con menos de un año de vida, pero no era aún un término legal.

No fue hasta finales de 1948 cuando la ONU aprobó la “Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio”, ratificada al día de hoy por 160 países aproximadamente. La misma estableció el genocidio como un delito internacional y, según su definición legal -que incluye la intención de destruir a un grupo perseguido- se comete raramente en comparación con otros delitos graves, como los crímenes contra la humanidad y los crímenes de guerra.

Distingamos, pues, los elementos clave para definir el genocidio:

  1. Intención Específica (Dolus Specialis): 

Es el factor más importante, diferenciándolo de otros crímenes internacionales. Debe existir un propósito de destruir el grupo en su totalidad o en parte. 

  1. Actos Materiales (Conductas Prohibidas): 

Algunos de los actos que pueden constituir genocidio son:

    • Matanza de miembros del grupo. 
    • Lesiones graves a la integridad física o mental de los miembros del grupo. 
    • Sometimiento intencionado del grupo a condiciones de vida que acarreen su destrucción física. 
    • Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo. 
    • Traslado forzoso de niños del grupo a otro grupo. 
  1. Grupo Protegido: 

Los actos deben estar dirigidos contra un grupo específico: nacional, étnico, racial o religioso. 

Seguro que nuestra progresía patria distinguirá claramente todos los elementos del delito de genocidio, pero será la CPI la que, llegado el momento, dictamine, con todas las pruebas y testimonios que se pongan sobre la mesa, si los actos que han propiciado tanto daño a la población civil en los dos últimos años, tanto en territorio israelí como en Gaza, por los terroristas y/o por el ejército de Netanyahu, son determinantes del delito de genocidio, de crímenes contra la humanidad, de crímenes de guerra, o de ninguno de ellos.

Mientras tanto, sigue sin conocerse en estos momentos si la romería de la virgen de Ada, en forma flotilla, que con mucho Furor y poco seso (cinco panes y siete peces se han seguido contando tras el “milagro”) ha llegado a las costas de Israel, retomará la travesía hacia la costa occidental de África en apoyo de los cristianos nigerianos y congoleños que a fecha de hoy aún no han sido martirizados.

¡No a la guerra, si no es contra los judíos!