Tomás González, en el diario ABC, realiza un detallado estudio de las finanzas del fútbol español. La relación presupuesto de ingresos - deuda define claramente la situación de cada uno de los clubes. De los grandes, sólo en el Sevilla y en el Athletic de Bilbao la deuda es inferior al presupuesto de la temporada en curso, el 16% en el caso del Sevilla y 66% en el caso del club vasco. Al día de hoy, el Sevilla es el club más saneado del fútbol español. Su deuda, de tan sólo 15 millones, sólo es superior a la del Almería entre los clubes de Primera (7 millones) aunque la citada relación es desfavorable para los andaluces del levante.
Números esperpénticos que hacen pensar en la necesidad de un nuevo plan de saneamiento. ¿Estamos dispuestos los españoles, y lo están los gobernantes, en pagar de nuestro peculio los disparates tanto chupóptero y abrazafarolas, como decía aquél? Este es el informe:
Los clubes      deben 3.714 millones: solo Real Madrid y Barcelona son rentables
   
    El fútbol español deberá cambiar el chip. Ya ha comenzado. Los presupuestos      de los clubes han vuelto a las cifras de hace una década para poder      sobrevivir. La crisis cortó gran parte de los créditos de cajas de ahorros,      comunidades autónomas y ayuntamientos y los clubes no obtienen dinero para      arriesgar en fichajes al ritmo de los últimos quince años. Hoy, muchos lucen      la publicidad de su región o de su ciudad a cambio de jugar en el estadio      municipal y no presentar suspensiones de pagos irresolubles. Únicamente Real      Madrid y Barcelona, a pesar de sus deudas, tienen ingresos suficientes para      mantener su nivel. El resto subsiste. Los 26 equipos que militaron en      Primera en el último trienio adeudan 3.714 millones. Cada año, la diferencia      entre ingresos y gastos total supone un plus de números rojos de 300      millones. La temporada 08-09 añadió 323 a la lista de débitos. Las políticas      de cantera del Español y Sporting son la única solución.
     
   
    El ejemplo del Valencia, con un nuevo estadio sin acabar, es el ejemplo de      grandes equipos que quisieron codearse con los dos transatlánticos y al      final se vieron derrotados por los números rojos.
   
    El Valencia se puso las pilas
   
    Los blanquinegros, como el Sevilla y el Deportivo en diferentes épocas,      lucharon e incluso ganaron a los dos líderes de nuestro balompié, pero esa      felicidad duró unos años. El Valencia, que debe 500 millones de euros,      traspasó a Villa y a Silva para subsistir. Sus contrataciones de relevo,      menos espectaculares, le sostienen hoy en la Liga de Campeones y en los      primeros puestos de la Liga. Una demostración de que en fútbol no se gana      solo con dinero, sino con la creación puramente futbolística de un once. A      eso juegan ahora el resto. Sin un euro, los entrenadores buscan un buen      conjunto de jugadores, no de nombres. Messi, Cristiano —96 millones— y Kaká      —65—solo pueden ser pagados por dos entidades.
   
    La deuda del fútbol español
   
    El problema es como el vino, añejo. Durante dos décadas, desde el plan de      saneamiento de 1992, los equipos españoles realizaron la huida hacia      adelante. Aquel plan solventó bastantes de sus problemas económicos. Aportó      casi cien millones de euros al cambio. Pero saneadas las cuentas, volvieron      a la carga. Ficharon y ficharon jugadores al instante con el aval de los      contratos televisivos que cobrarían a lo largo de cuatro o cinco años. Hubo      clubes que se gastaron los ingresos en dos años y sobrevivieron los otros      tres con adquisiciones de menor nivel y trueques de medio pelo. Casi ninguno      puede decir que no se gastó por anticipado lo que le correspondía cobrar de      la caja tonta.
   
    La izquierda pide acción
   
    Las entidades volvieron a las andadas. La transformación en sociedades      anónimas de todos los clubes, con la excepción de Real Madrid, Barcelona,      Athletic de Bilbao y Osasuna, premiados por su viabilidad económicas supuso      un freno en el derroche general que duró poco tiempo. Los nuevo dueños de      los equipos tiraron de nuevo la casa por la ventana. Objetivo: mantenerse en      el sillón presidencial y no ser vencidos por otros grupos de accionistas.      Esas guerras intestinas —el Valencia las sufrió— significaron derroches de      jugadores en la búsqueda de títulos que contentaran al abonado, que no      socio.
   
    El resultado de estos excesos generales de gastos produjo una deuda —3.714      millones de euros— que crece paulatinamente. De esa cantidad, 632 millones      son pagos pendientes con la Administración: Hacienda y Seguridad Social.      Políticos de la izquierda exigen que el Estado exija esos pagos y no mire      para otro lado, como hacían hasta ahora las Comunidades Autónomas con sus      clubes de referencia. Y es que la deuda aumentó año a año en los últimos      tiempos. Creció porque los equipos sufrieron más gastos que ingresos en el      último cuatrienio. En la temporada 06-07 hubo un saldo total negativo de 155      millones. En la campaña 07-08 hubo un desfase en rojo de 304 millones. Y en      la Liga 08-09 se perdieron 323, resultado de unos ingresos de 1.362 millones      y de unos gastos de 1.704 millones, a los que se sumaban unos gastos      financieros de 74 millones más.
   
    Presupuestos drásticos
   
    Los clubes ya han reaccionado. Empezando por el segundo nivel de los grandes      El Valencia, que debe esos 500 millones, redujo presupuesto hasta los 131      millones. El Atlético, que adeuda 300 millones, presupuestó 110. El      Deportivo, campeón de Liga 99-00 y de Copa en 1995 y 2002, presentó un      balance de 65 millones. Y el magnífico Villarreal solo contabilizó 67      millones.
   
    Cristiano y Messi, otro orbe
   
    A excepción del Real Madrid y el Barcelona, que planificaron un presupuesto      de 442 y de 428 millones respectivamente, el resto tiene claro que solamente      deben centrarse en sacar futbolistas de las canteras. No pueden copiar al      Real Madrid, que nada más fichar a Beckham tuvo dos millones de peticiones      de camisetas. No pueden conseguir que Cristiano, que percibe unos      emolumentos de 12 millones, termine siendo rentable, como calcula la casa      blanca. El delantero produce otros 13 millones en contratos publicitarios.      Messi, que también cobra 12 millones, produce otros seis en publicidad. Es      otro mundo.
 
Tomás González-Martin. ABC
MADRID
 



