Parodiando a Angels Barceló ("por fin llegó el chapapote a las costas de
Galicia"), podemos decir que "por fin, hoy, se cumplieron los peores
augurios": el Sevilla Grande de la primera década del Siglo XXI ya es
historia, de la misma forma que su sempiterno dominio en el fútbol del sur
de España continuará latente, a pesar de tantos y de tanto, por los siglos
de los siglos.
El partido: 0-2. Eso es lo que quedará para la historia, no la gran primera
parte, ni la madera de la portería rival. "Fútbol es fútbol", que diría
Voskov.
Así hoy nos damos de bruces con una institución deslavazada, desnortada y
rota por mucha gente, por demasiada gente, cuya obligación debiera ser
pensar en el escudo antes que en sus propios intereses: un consejo de
administración, excesivamente pendiente de crueles temporales en lejanos
mares, e incapaz en los últimos tiempos de tomar con firmeza el timón de una
nave sin rumbo en aguas no tan agitadas; un grupo de animación que no anima
y que escoge los malos momentos futbolísticos y hasta la interpretación del
himno para sus egoístas, justas o no, reivindicaciones; una parte de la
afición, cada vez más insignificante, pero cada vez más ruidosa, estridente
y soberbia que antepone sus conocimientos "académico-futbolísticos" a costa
de la supervivencia del propio Sevilla FC basándose en el mientras peor,
mejor; y otra, prudente, sigilosa y romántica, que padece desconcertada,
amén de la propia situación de la entidad -a la que ha mantenido y mantendrá
fielmente en las travesías del desierto como la que se avecina- las luchas
intestinas entre unos y otros.
Si siendo terceros en la tabla y clasificados para una final de Copa, el
ambiente era irrespirable, ¿quién puede extrañarse de lo que acontece cuando
-como es ya el caso- los resultados nos alejan cada jornada más del
objetivo? Eso fue lo que sembramos, unos por acción y otros por omisión,
para hoy recoger esta envenenada cosecha.
Todo apunta, con la "bendición" de la crisis, al Sevilla de los 15.000, al
del "¡otro año igual!", al de las renovadas ilusiones de cada estío
desvanecidas en frustraciones otoñales, al de "¡siempre Sevilla, incluso en
las victorias!" y allí estarán esos cuantos nostálgicos manteniendo el
"chiringuito" a la espera de otra "equivocación" del destino que nos sitúe a
las puertas de impensables nuevos títulos como los recientes, abriendo los
brazos siempre para ofrecer de nuevo un Sevilla vivo y abierto a todos,
incluso a los que ya anuncian su marcha entre muestras de desesperación y
hastío como si sólo ellos fueran los únicos sujetos del revés y del
desencanto.
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Sevilla F.C. 0 -
Málaga C.F. 2
Sevilla F.C.:
Diego López; Coke (Cicinho, min. 56), Fazio, Spahic, Fernando Navarro;
Medel, Kondogbia (Reyes, min. 56); Jesús Navas, Rakitic (Manu del Moral,
min. 65), Perotti; y Negredo.
Málaga C.F.:
Caballero; Jesús Gámez, Weligton,
Demichelis, Monreal; Camacho, Iturra (Sergio Sánchez, min. 46); Joaquín (Saviola,
min. 71), Isco (Portillo, min. 79), Eliseu; y Santa Cruz.
Goles:
0-1: Demichelis, min. 48.
0-2: Eliseu, de penalti, min. 70.
Árbitro:
El valenciano
Ayza Gámez. Amonestó a Spahic, por el Sevilla; y a Iturra, Weligton y
Camacho, por el Málaga. Expulsó con tarjeta roja directa a Fazio en el
minuto 69.
Incidencias:
Partido correspondiente a la 16ª jornada de Liga disputado
en el estadio Ramón Sánchez
Pizjuán
ante 21.000 espectadores en noche no muy fría. Terreno de juego en
perfectas condiciones.
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