Es su principal atractivo, también lo más bello y lo más cruel al tiempo: la
-bendita- ilógica del fútbol, que hizo de nuevo su aparición en esta noche
de insufrible canícula en el Ramón Sánchez Pizjuán.
No mereció el Sevilla ese rotundo marcador. Durante gran parte del choque
estuvo a merced del juego, incluso de las claras ocasiones, del desconocido
equipo polaco que ha de suponer el último escollo par acceder a la fase de
grupos de la competición que más gloria nos ha reportado. Todo ello con su
permiso y siempre que las cosas se hagan bastante mejor a lo ofrecido hoy.
Bien es cierto que a las primeras de cambio "donmanué", el alemán del
silbato, erró al anular el gol en el que acabó el primer acercamiento
sevillista a la meta alemana, pero a partir de ahí el equipo se diluyó como
un azucarillo en una piscina olímpica. La "lesión" de Kondogbia tuvo su
importancia: el francés pidió el cambio apenas comenzado el choque y por ahí
comenzó a tejerse la debilidad sevillista, tanto que, instantes después,
Paixao adelantaba a los forasteros que seguían haciendo méritos para tan
honrosa cosecha. Sólo una jugada aislada de los nuestros permitió a Rakitic
establecer la igualada 10 minutos antes del descanso.
La segunda parte continuó por los mismos derroteros hasta que Dudu fue
expulsado tras cazar a Figueiras cerca de la cal del área polaca. A partir
de ahí las cosas, en apariencia, cambiaron. Se pisaba más el área rival
aunque no por ello lo polacos dejaran de acechar la meta de Beto que salvó
dos claras ocasiones de gol, una de ellas en la primera parte tras una
pésima cesión de su lateral compatriota.
Y ahí emergió la figura de Marco Marin, haciendo el gol que adelantaba al
Sevilla y que llevó la tranquilidad al césped y a la grada. Las ocasiones se
sucedían y al final Gameiro y el propio Marin redondearon un marcador, por
el juego exhibido y la pobre actitud mostrada, tan espectacular como
injusto.
Cosas del fútbol, bendito fútbol, pero no olvidemos que donde las dan las
toman y que llegarán encuentros donde las loas a los merecimientos se verán
mezcladas con llantos de plañideras por esa ilógica -que a la vez resultará
bendita para los que resulten beneficiados- injusticia de este apasionante
deporte... si eso no ocurrió ya el pasado domingo frente a lo colchoneros de
la capital.
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Sevilla F.C. 4 - Slask Wroclax 1
Sevilla F.C.:
Beto; Figueiras, Fazio, Fernando
Navarro, Alberto Moreno; Rakitic, Kondogbia (Iborra, m. 13); Jairo (Bacca,
m. 61), Marin, Rabello (Perotti, m. 75); y Gameiro.
Slask Wroclax:
Gikiewicz; Ostrowski (Gavish,
m. 76), Kokoszka, Pawelec, Dudu; Stevanović (Holota, m. 79), Kaźmierczak;
Sobota, Mila, Plaku (Spahic, m. 58); Paixao.
Goles:
0-1, m. 15, Paixao; 1-1, m. 35,
Rakitic; 2-1, m. 67, Marin; 3-1, m. 84, Gameiro; 4-1, m. 88, Marin.
Árbitro:
El alemán
Manuel Gräfe. Amonestó a Jairo,
Marin y Figueiras, por el Sevilla; y a Paixao, Stevanovic y Plaku, por el
Slask. Expulsó a Dudu por los polacos (m. 55).
Incidencias:
Partido correspondiente a la ida
de los playoffs de la Europa League,
disputado
en el estadio Ramón Sánchez
Pizjuán ante 19.000 espectadores en otra noche de insoportable calor. Terreno de juego en perfectas
condiciones.
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