sábado, 25 de mayo de 2019

La satisfacción del deber cumplido



(El vídeo de nuestras vidas)

10 de mayo de 2006. Llegábamos a Eindhoven con tanta ilusión (esa final no se nos podía escapar) como cautela basada en el recuerdo de algo más de media centuria tan cicatera como plena de mediocridad; mediocridad que ya quisieran otros en sus bagajes. Y pasó el partido, vaya si pasó y vaya cómo pasó. Tras el partido de nuestras vidas, regresamos preguntándonos: ¿Y ahora qué? ¿Que ahora qué? Aunque ya nada se parecería a aquello, llegó Mónaco y después Glasgow y el Bernabéu de la Villa y Corte y el Campo Nuevo de la Ciudad Condal y vino Turín y llegó Varsovia y vino Basilea...
 
Sabedor de las enormes distancias con cualquier vecino que pretendiera empatarme, pese a doblar por entonces la cuenta en quilates de las respectivas vitrinas y habiendo escuchado aquello tan socorrrido de "¿tú has visto al Sevilla ganar algo?", revalidé cum laude y para siempre -con fundamentos inalcanzables para los eternos aspirantes- el acierto en la elección.
 
Comenzamos esta aventurilla unos meses antes, el Día del Centenario, el 14 de octubre de 2005, por entonces el socio número 1.424. Ahora, con el 925 y casi tres lustros después, ha llegado el momento de que, tanto este sitio, como otro que, en paralelo, he venido administrando (http://opinandosincomplejos.blogspot.com/), "duerman el sueño de los justos", instante -coincidente con otros motivos profesionales- en el que ya deja de tener sentido (si alguna vez lo tuvo) poner negro sobre blanco lo evidente: las diferencias siderales entre el Grande del Sur de España, el Sevilla FC, y cualquier otro aspirante al sur de la capital de España que pretenda hacerle sombra.
 
En definitiva, se abre una nueva etapa, la de pasar del "enseñar al que no sabe" al cariñoso "amigo mío, cuéntame otra batallita... de esas de las tuyas".
 
¿Volveré? Qui le sait!

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