jueves, 3 de febrero de 2011

2-0. ¡Qué ilusos!. Más de lo mismo

En las previas y con el discurrir del partido nos la prometíamos felices. El amor a nuestros colores, la pésima imagen ofrecida por un adversario en absoluto declive y el recuerdo de las grandes gestas de nuestro Sevilla, invitaban al optimismo. Estábamos a 90 minutos (o a 120) de otra final que -por todo cuanto ha encerrado la eliminatoria- volvería a ser histórica ¡Ilusos de nosotros... !

Si albergábamos alguna duda, Teixeira Vitienes, el paisano del jefe de la mafia arbitral -Sánchez Arminio-, dejó sentadas las bases del mandato desde el inicio: en el minuto 10 su auxiliar anula un golazo -otro- a Negredo que, sin lugar a dudas, hubiese llevado la zozobra a la cueva de Alí Babá. En el 6 de la segunda parte Khedira abraza y derriba a Kanouté en un córner; cuatro minutos después otro penalti de Carvalho sobre Kanouté lo convierte en manos del delantero malí. Con ser estos, al margen del atraco del Sánchez Pizjuán, los mayores exponentes del mangazo, si el Sevilla osaba poner en dificultades al club del catetismo de España, la actuación sibilina del colegiado se centraría, como así fue, en el desigual uso del "pito" a la hora de repartir justicia con las tarjetas y las apreciaciones de falta. Toma nota, portugués, alma mater del Madrid de los Austrias... minuto 22: rodillazo, en un salto, de Benzemá sobre Escudé (Teixeira "no lo vio" y perdona la tarjeta); minuto 25: derribo en carrera de Khedira sobre Zokora (Teixeira "no lo vio" y perdona la tarjeta); minuto 28: falta de libro sobre Fernando Navarro en las narices del auxiliar (Teixeira "no la vio"); minuto 31: falta de Carvalho sobre Kanouté (Teixeira "la vio" al revés); minuto 37: Xabi Alonso derriba a Navas en un contraataque (Teixeira "no lo vio" y perdona la tarjeta); minuto 40: falta de libro de sobre Kanouté (Teixeira "no la vio" y muestra la tarjeta a Martín Cáceres por protestar); minuto 57: fuera de juego inexistente de Navas que se marchaba solo hacia Casillas ("ni Teixeira ni su auxiliar lo vieron"); minuto 68: una clara falta no sancionada de Sergio Ramos sobre Romaric culmina en un contrataque madridista con paradón de Javi Varas (Teixeira "no la vio"); minuto 88: deja en amarilla una entrada espeluznante de Sergio Ramos (Teixeira sí lo vio pero supo a la perfección qué color elegir)...

A lo largo del partido -en ningún lado le informarán al respecto- se mostró desde las gradas la "clase" y el "señorío" de los habitantes de la Villa y Corte, ese pueblo de emigrantes y cazadores inexistente hace diez siglos (*): "sevillanos, yonkis y gitanos... ", "Del Nido, muérete... ", "sevillanos, catetos... ".

A 8 minutos del final -golazo de Özil- se acabaron las ilusiones; los derechos televisivos de la final Madrid-Barcelona estaban vendidos semanas antes por la Federación Española de Fútbol por 15 millones de euros. Poco restaba por hacer; si acaso echar en falta un punto más de carácter -mejoría notable, por cierto- y de presencia ante la meta de Casillas. El olor a jindama llegaba desde La Castellana a todos los rincones de España, pero no pudimos o, mejor, no supimos y no nos dejaron enterrar en enero el último proyecto millonario del "equipo de todos los gobiernos de todas las épocas".

A destacar (ya para el recuerdo) las actuaciones individuales de Javi Varas, Sergio Sánchez, Fernando Navarro, Rakitic y Negredo, dentro del buen tono general del equipo, y el planteamiento inicial del técnico jiennense, con un arropado centro del campo ante el ya estado crónico de las inoperantes bandas sevillistas. Continuamos siendo el único equipo del firmamento futbolístico que jugamos con dos delanteros y dos bandas abiertas pegadas a la cal. Esa tara la corrigió Manzano de inicio con Zokora, Romaric y Rakitic en la medular: tuvimos el balón, se juntaron las líneas y la impresión ofrecida mejoró notablemente. Tras el descanso, los cambios desmoronaron el entramado y las posibilidades de éxito decrecieron hasta casi desaparecer.

La noche finalizó, desde un endémico complejo de inferioridad, con los cohetes de la impotencia haciendo su aparición en el cielo de Sevilla, ese nombre que los coheteros se niegan a nombrar porque la representa como nadie en el concierto futbolístico mundial el Grande de Andalucía. Es la forma de celebrar que este año se nos ha esfumado una de las posibilidades de disputar otra final pero quedan más así que a seguir visitando la pirotecnia, por si cuela... ¡pobrecillos...!

(*) La primera noticia histórica del origen de la villa de Madrid data de mediados del siglo IX, cuando el emir Mohamed I levantó un castro árabe en el lugar que hoy ocupa el Palacio Real. Hacia el año 1200 obtuvo su Fuero y muy pronto el Madrid medieval se convirtió en una pequeña villa frecuentada por algunos monarcas de la Casa Trastámara (Enrique III, Juan II y Enrique IV) para practicar la caza... (Historia de España)

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Real Madrid C.F. 2 - Sevilla F.C. 0

Real Madrid C.F.: Casillas; Sergio Ramos, Albiol, Carvalho, Arbeloa; Xabi Alonso, Khedira (Lass, min. 91); Di María (Granero, min. 87), Özil, Cristiano Ronaldo; y Benzema (Adebayor, min, 84).

Sevilla F.C.: Javi Varas; Martín Cáceres, Sergio Sánchez, Escudé, Fernando Navarro; Zokora, Romaric (Perotti, min. 80), Rakitic (Luis Fabiano, min. 69); Navas, Kanouté (Medel, min. 86) y Negredo.

Goles: 1-0: Özil, min. 82. 2-0: Adebayor, min. 93.

Árbitro: El cántabro Teixeira Vitienes. Mostró tarjeta amarilla a los locales Xabi Alonso, y a los visitantes Fernando Navarro, Martín Cáceres, Zokora y Sergio Sánchez. Expulsó con doble amarilla a Sergio Sánchez en el minuto 85.

Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de las semifinales de la Copa de S.M. El Rey disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 75.000 espectadores, varios centenares de sevillistas entre ellos. Terreno de juego en perfectas condiciones.


1 comentario:

  1. Sin lugar a dudas, los dos arbitrajes de la elimatoria has sido desastrozos para el Sevilla. Pero ojo, yo no concreto en las dos jugadas de la que halan todos. Yo creo que pueden ser interpretables. Pero desde luego nos han masacrado a faltas y tarjetas, con un arbitraje sibilino. El Madrid, debió quedarse con diez, en ambos partidos mucho antes del final. Pero esto es lo que tenemos Paco.
    También quiero decir, que el árbol, no nos tape el bosque. El partido se pierde en Sevilla con un pésimo planteamiento por nuestra parte. En Madrid, pues bien en la primera parte, pero cuando había que refrescar al equipo, pues se flló en los cambios. Es mi punto de vista.
    También es justo reconocer, que por ocasiones de gol y juego, el Madrid, hizo algo más. Un abrazo.

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