Una vez más, la pegada, la calidad sevillista de los últimos metros
han resultado suficientes para compensar las facilidades de un
sistema defensivo que ha perdido la contundencia que le ha venido
caracterizando a lo largo de la temporada.
El exceso de centrocuentismo en ambos bandos no generaba
acciones de peligro sobre los impasibles guardametas hasta el minuto
28 en el que los locales, casi sin pretenderlo, se pusieron por
delante en el marcador al aprovechar Oriol Riera, en el primer palo,
un servicio desde la derecha. Ese momento sirvió para que una
anodina primera parte comenzara a despertar del sopor, tanto que
cinco minutos después, en la primera aproximación seria del Sevilla,
tras una triangulación Vitolo-Bacca-Vitolo, finalizó con el gol del
empate obra del canario. A esas alturas el ínclito Teixeira Vitienes
(José Antonio), por si no tuviéramos bastante con uno, ya había
mostrado dos
increíbles tarjetas amarillas a
Krychowiak e Iborra, los
dos centrocampistas de cierre sevillistas, que mermaron aún más la
ya de por sí escasa presencia roja en la zona ancha.
El segundo fue un calco del primer
tiempo: un Sevilla reservón, con un elevado e inexplicable complejo
de superioridad, que regalaba el balón a los coruñeses a la espera
del coletazo decisivo. Eso ocurrió a los 7 y a los 20 minutos de la
reanudación, cuando primero Vitolo (1-2) en una precisa llegada y
Gameiro, al convertir en gol un penalti cometido sobre el
mediocampista canario (1-3), parecían sentenciar tan extraño
encuentro.
Pero una vez más, las previsiones se fueron al garete. Una jugada
calcada del primer gol deportivista, con todavía 18 minutos por
delante, sirvió para que el propio Riera pareciera volver a sembrar
la zozobra sobre las huestes sevillistas. Y, cosas del fútbol,
cuando todo hacía presagiar los peores momentos, hizo su presencia
un Sevilla equilibrado, sabedor de su talento, triangulando,
escondiendo el esférico, escogiendo los tiempos y proyectándose en
sucesivas oleadas sobre la meta de Fabricio. En una de ellas, una
nueva gran jugada de Vitolo acabó en autogol de Sidnei, ahora sí
acabando con los sueños coruñeses a falta de siete minutos.
Ya ni siquiera la actuación del cantabrón de turno (infame la
tarjeta mostrada a Banega), señalando un inexistente penalti en el
área sevillista que Riera se encargó de convertir en el alargue,
acarreó la mínima inestabilidad a la partida de Uani que, por otra
parte hacía ya algún tiempo que tenía la cabeza en El Madrigal.
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
R.C. Deportivo de La
Coruña 3 - Sevilla F.C.
4
R.C. Deportivo de La
Coruña:
Fabricio; Juanfran (José Rodríguez, m. 80), Insua, Sidnei, Luisinho;
Bergantiños, Borges; Cuenca (Hélder Costa, m. 74), Lucas, Cavaleiro (Fariña,
m. 62); y Oriol Riera.
Sevilla F.C.:
Sergio Rico; Diogo, Pareja,
Kolodziejczak, Fernando Navarro; Iborra (M'bia, m. 61), Krychowiak; Aleix
Vidal, Banega (Denis Suárez, m. 79), Vitolo; y Bacca (Gameiro, m. 61).
Goles:
1-0: m. 28, Oriol Riera. 1-1: m.
33, Vitolo. 1-2: m. 52, Vitolo. 1-3: m. 65, Gameiro (p). 2-3: m. 72, Oriol
Riera. 2-4: m. 83, Sidnei (p.p.). 3-4: m. 91, Lucas Pérez (p).
Árbitro:
El cántabro
José Antonio Teixeira Vitienes.
Mostró cartulina amarilla a Insua, por el Depor, y a Iborra, Krychowiak,
Banega y Diogo Figueiras, por el Sevilla.
Incidencias:
Partido
correspondiente a la 26ª jornada de Liga, disputado en el estadio Riazor ante
21.000
espectadores. Terreno de juego en regulares condiciones.
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