28/01/15. Mi colaboración de
ayer en El
Demócrata Liberal
Decían sin sonrojarse en el primer párrafo del preámbulo del
celebrado “Acuerdo por Andalucía - PSOE-A / IULV-CA”,
de 18 de abril de 2012, pacto de gobierno al que ayer se puso fin: “Las
elecciones del 25 de Marzo han señalado con claridad un amplio y mayoritario
apoyo al Partido Socialista Obrero Español de Andalucía y a Izquierda Unida los
Verdes Convocatoria por Andalucía, expresando el deseo de que nuestra tierra
tenga un gobierno de progreso”. Y aseguraban en el último: “... sin renunciar a
los elementos diferenciadores entre dos fuerzas políticas independientes y
autónomas, y sin perjuicio de que la legislatura permitirá la puesta en marcha
de otras iniciativas surge este ‘Acuerdo por Andalucía’ para garantizar la
gobernabilidad de la comunidad autónoma de Andalucía en condiciones de
estabilidad para los cuatro años de legislatura, en torno a los compromisos
programáticos que se exponen a continuación” (sic).
Produce vergüenza ajena entrar a desglosar todos y cada uno de
los puntos de ese “acuerdo” que era papel mojado, absoluta farsa, desde el
mismo momento de su firma. Baste como muestra de su incumplimiento, de su
estafa, que de las 28 leyes comprometidas, finalmente han visto la luz la
impresionable cifra de dos.
Ahora, 33 meses después, llevábamos una semana escuchando:
“Necesitamos un Gobierno con estabilidad
y ahora no lo hay”, “si no existe estabilidad,
tendrá que haber adelanto de elecciones”, “sé que para agotar la legislatura
tengo que tener una estabilidad que
en estos momentos no tengo”, “mi Gobierno tiene ahora que dar respuesta a la
gente y si no tiene la estabilidad
necesaria no lo hará”,… (Susana Díaz, dixit).
Por su parte, el socio comanditario -no le quedaba otra- lo
veía hasta ayer de diferente forma: “si hubiera ruptura del pacto de Gobierno,
que ni deseamos ni trabajamos por ello, se
abriría un gran ciclo de inestabilidad”, “hay que destacar
la estabilidad del Gobierno andaluz en un año
de muchas leyes”,...
Resulta curioso que el diccionario de la RAE defina la casi
mágica palabra que ha venido resonando en los últimos días como cualidad del
adjetivo “estable” (que se mantiene sin
peligro de cambiar, caer o desaparecer, que permanece en un lugar durante mucho
tiempo).
Y una vez más pareciera que los académicos descubren las
acepciones de voces del diccionario atendiendo a la diaria realidad de un
gobierno trasnochado, caduco, fenecido por inanición: el de la Junta de
Andalucía, surgido de un ambicioso pacto de perdedores, un apaño que se fraguó,
y a los hechos nos remitimos, en las -legítimas- ansias de poder de quiénes
invariablemente lo han venido gozando y de quiénes, sabedores de que “se les
pasaba el arroz”, nunca soñaron con disfrutarlo, todo ello para contribuir a
mantener un “régimen” que ya va camino de los siete lustros.
Es ahora, precisamente ahora, cumplidos dos tercios de
legislatura y no tres cuartos, como vendió ayer la presidenta, cuando doña
Susana da por finalizada la comandita y anuncia el anticipo de las elecciones.
La engañifa que hogaño se muestra en toda su plenitud, ha
resplandecido en diversas ocasiones en las que se han evidenciado las particulares
ambiciones de este matrimonio de conveniencia. Si no, ¿cómo se entiende que, ya
en los prolegómenos, el feminismo imperante en el PSOE-A dispensara licencia
machista al líder de IULV-CA tras su injustificable grosería para con la
Delegada de Educación onubense?, ¿cómo se entiende la comisión de investigación
“de la señorita Pepis” de los ERE fraudulentos que IU perseguía con empeño
cuando no pisaba moqueta? La respuesta es meridianamente clara: gracias a
favores de ida y vuelta como bien pudo comprobarse, tras la tocata y fuga de
Griñán, con el ya célebre “decretum interruptus” presidencial, veinticuatro
horas después de otro que retiraba las competencias de adjudicación de
viviendas públicas a la consejera ayer cesada.
Entre medias, ambos enemigos, hoy y siempre irreconciliables,
se las apañaron para soterrar, por un lado, el escándalo de la adquisición gañotera
por Valderas del piso a precio de saldo de un vecino desahuciado y, por otro,
el más reciente de las presuntas irregularidades en los cursos de formación,
pasando por la cínica alianza que ha permitido el mantenimiento de la onerosa,
gravosa, ineficaz y fraudulenta administración paralela. Motivos de sobra todos
ellos, si la decencia y la estabilidad hubiesen ido de verdad de la mano, para avergonzarse
públicamente de ese “pacto de Andalucía por la impunidad”.
Corroboró ayer la presidenta que las claves del definitivo
desencuentro vienen dadas, no solo por el anuncio de un viaje del vicenada a los campamentos saharauis de
Tinduf, sino por la convocatoria de IU de un referéndum entre sus bases para
decidir su continuidad en el Gobierno andaluz (“… y no voy a permitir que tres o cuatro mil decidan por todos los andaluces”).
Curiosamente, el mismo insignificante número que permitió el acuerdo ahora
hecho añicos.
Todo ello, una burda falacia: en las previas, viéndolas venir,
los “primos”, los titulares de las consejerías ayer cesados, con las que nunca
soñaron y que desde ayer solo sueños son, habían dejado bien claro que nada de
eso, que sus preferencias pasaban por seguir repanchigados en su poltrona, en
detrimento del calor del desierto y que eso de que las bases se expresen era
pura utopía circunscrita a Marinaleda. ¡Ni por esas!
Casi tres años después, preguntas y curiosidades:
- ¿Quiénes acertaron?, ¿quiénes se equivocaron?, ¿quiénes
conocían mejor los bueyes con los que araban, los comunistas extremeños,
ninguneados durante 30 años, o los andaluces, ninguneados durante 30 años y 33
meses?
- Por aquello del necesario ahorro, ¿por qué no se hacen
coincidir estas elecciones con las municipales previstas para abril?
- Quien predica que ha sido “implacable con la corrupción”,
utiliza el último acto de la cámara antes de su disolución para ofrecer el
rancio trigo del aforamiento a los exconsejeros preimputados
por los ERE, Carmen Martínez Aguayo,
Francisco Vallejo y Antonio Ávila. ¡Tiembla El Cid!
- ¿Dónde está el PP?, ¿dónde su decisión y coraje políticos
para haber presentado una moción de censura que situara a los comediantes ante
su propia responsabilidad?
Estable: “que se mantiene
sin peligro de cambiar, caer o desaparecer, que permanece en un lugar durante
mucho tiempo”, la auténtica realidad definida por el diccionario de la
lengua española que nos sitúa ante los que anteponen sus propios intereses,
cuidándose bien de que estos no cambien, caigan o desaparezcan.
La explicación de la presidenta para explicar su medida
(ausencia de estabilidad) es una burla más a la inteligencia del común. Su
decisión solo descansa en una ambición tan legítima como alejada de los
intereses de la ciudadanía: convoca elecciones anticipadas con el punto de mira
puesto en Madrid, donde a su entender reside ese deseo ardiente
de conseguir poder, riquezas, dignidades o fama, dejando de paso en la
estacada, a Pedro, a sus socios comanditarios y, lo que es peor, situando a
Andalucía en un escenario, según todas las encuestas, ahora sí que sí,
ingobernable, amén de inestable.
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