domingo, 20 de septiembre de 2015

1-2. Baño... Y masaje


Tras un primer tiempo en el que se entregó la cuchara, el tenedor, el cuchillo de la carne, el del pescado e, incluso, el de untar, poco o muy poco restaba por hacer en el agónico intento de convertir el segundo en un milagro en forma de una recuperación que se vislumbraba tan lejana como imposible.

Con un solo cambio en la política de comparecencias (Mariano por Tremoulinas) y obligada por lesión del francés, el Sevilla se personaba, al mediodía, cinco días después de su debut en competición europea teniendo como testigo un sol de justicia que ha parecido destinar toda su radiación en forma de plomo a las pantorrillas de los jugadores sevillistas, al tiempo que los célticos aparentaban ser bereberes que hubieran encontrando en Nervión un oasis plácido y reconfortante donde todo eran atenciones, agua fresca, bienvenidas, frescura, dátiles y sombrerazos por doquier.

Y a la vista de lo acontecido resulta claro que, amén de las inexistentes rotaciones, el técnico vasco -el reciente héroe del banquillo de Nervión- ha tenido gran parte de culpa en el discurrir del partido, sobretodo en el primer tiempo: sacar de su sitio a Coke para desplazarlo a la izquierda y ocupar la banda derecha con Mariano, pero, sobretodo, colocarlos en posiciones tremendamente avanzadas sin que ninguno de los mediocentros se fijara entre los centrales, ha generado unos huecos a sus espaldas que han sido gloriosamente aprovechados por Orellana y Nolito para hacer de las bandas celtiñas la más acertada recreación del Brasil de Rivelino y Tostao de México 70. El pretendido 4-2-3-1 se ha teñido finalmente en 2-7-1 patético, inútil y desastroso que ha dado al traste con el partido, con el resultado y, lo que es peor, con la recreación de una imagen de impotencia felizmente superada tiempo ha.

La pretendida reacción del segundo tiempo, con el Sol en todo lo alto de La Bombonera quedará en las retinas como baldío intento por remontar, o siquiera igualar, un encuentro que se había perdido a la hora del desayuno en una pizarra del Hotel Los Lebreros. La mejoría de la reanudación "va de sua", imposible hacerlo peor y eso que Fernando Llorente se estrenó como goleador sevillista a los nueve minutos de entrar en el terreno de juego, tras perfecta asistencia de Mariano. El larguero y el exceso de pases en los metros finales impidieron un empate que, tras el espectáculo del primer tiempo en forma de baño de época, no hubiera sido merecido. Los segundos 45 minutos solo han servido para el socorrido masaje en busca de aflojar esos tensos músculos que hoy han brillado por su ausencia demasiado tiempo. Dicho esto, ¡qué grande eres, Sevilla!


FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Sevilla FC 1 - Real C. Celta de Vigo 2
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Andreolli, Kolodziejczak, Coke; Krychowiak, Nzonzi; Vitolo (Krohn-Dehli, m. 29), Banega (Fernando Llorente, m. 46), Reyes (Konoplyanka, m. 73); y Gameiro.
 
Real Club Celta de Vigo: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral (Fontás, m. 58), Sergi Gómez, Jonny; Augusto Fernández, Wass; Orellana, Pablo Hernández (Radoja, m. 63), Nolito; e Iago Aspas (Guidetti, m. 79).
 
Goles: 0-1: m. 15, Nolito. 0-2: m. 26, Wass. 1-2: m. 54, Llorente.
 
Árbitro: El aragonés Jaime Latre. Mostró cartulina amarilla a Banega, Krychowiak y Reyes, por el Sevilla, y a Sergi Gómez, Iago Aspas, Hugo Mallo, Augusto Fernández y Orellana, por los gallegos. Expulsó al cético Jonny por doble amarilla en el m. 91.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 4ª jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con 39.000 espectadores en mediodía caluroso. Terreno de juego en perfectas condiciones.

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