Acostumbrados al éxito, ebrios de gloria, resulta que hoy
estábamos enfrentando el primer round de otras semifinales coperas y,
sin embargo, nada o casi nada se había contemplado al respecto en las
previas; nadie o casi nadie sufría ese extraño “nervioneo” de las
grandes ocasiones que recorre desde el diafragma al colon descente.
Así, como el que no lo quiere, el Grande del Sur de España
se había vuelto a plantar a dos partidos de otra final nacional sin
jolgorios ni alharacas, si acaso más bien temerosos todos de que la
ilusión celtiña nos sacara a base de fútbol y de pegada -que de ambos
tiene- de la resaca del “bienacostumbrao”.
Sin embargo, este Sevilla no da opciones cuando huele plata.
Emery lo ha vuelto a hacer. Entre rajada y rajada de los cuatro
incompetentes bocazas de siempre, eso sí cada vez más tapaditos, ha
configurado un once, que en realidad son 25, con hambre de títulos, con
ansias de éxitos. Notables todos; sobresalientes Banega, Vitolo y
Gameiro; excepcionales Coke, Kolo y Nzonzi, sí, Coke, Kolo y Nzonzi,
dejando en evidencia a los grotescos “seleccionadores de taberna”.
La igualdad táctica del primer tiempo la rompió Rami en el
último minuto del primer tiempo cuando aprovechó -otra vez el balón
parado reportando éxitos- un preciso servicio desde la esquina izquierda
de Rubén Blanco. El partido pudo desequilibrase antes, cuando Clos
Gómez señaló el punto de penalti tras agarrón de Sergi Gómez a Vitolo.
Sin embargo, el lanzamiento de Gameiro fue interceptado por el joven y
buen cancerbero gallego que tuvo brillantes intervenciones. Ya en el
primer tercio del segundo tiempo, cuando el Celta comenzaba a presionar
más adelantado en busca del gol salvador en campo contrario, apareció
“le petit français”, rápido, desbordante, para, en dos minutos plantarse
consecutivamente ante la meta rival y hacer dos golazos que supieron a
gloria, igual que el conseguido por Krohn-Dehli en los minutos de la
basura de otro partido para la historia.
Llamada final de atención: no hay nada hecho; el fútbol ha
dado muestras sobradas de la incertidumbre que es capaz de generar ese
esférico caprichoso. Como ejemplo, baste recordar aquel mayo de 2007,
cuando todos esperábamos al FC Barcelona en la gran final del Bernabéu y
fue el Getafe (que finalmente sucumbió a manos del Sevilla) el que
volteó en su feudo (4-0) el marcador adverso que traía del Nou Camp
(5-2). El resultado pinta bien, cierto es. Disfrutemos, pero apretemos
los dientes y hagamos bueno en Balaídos el espectáculo de esta noche.
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Sevilla FC 4 -
RC Celta de Vigo 0
Sevilla FC:
Sergio Rico; Coke, Rami, Kolo, Tremoulinas; Nzonzi, Cristóforo
(Carriço, m. 70), Banega, Vitolo, Krohn-Dehli; y Gameiro (Llorente,
m.79).
RC Celta de Vigo:
Rubén Blanco; Hugo
Mallo, Sergi Gómez, Cabral, Jonny; Radoja; Wass (Marcelo Diaz, m. 83),
Pablo Hernández; Iago Aspas, Orellana, y Guidetti (Beauvue, m. 77 ).
Goles:
1-0, m. 45, Rami; 2-0, m. 59, Gameiro; 3-0, m. 61, Gameiro; 4-0, m. 86, Krohn-Dehli.
Árbitro:
El aragonés
Clos Gómez. Amonestó a Rami, Krohn-Dehli, Llorente y Coke, por el
Sevilla, y a Iago Aspas, Sergi Gómez, Wass y Radoja, por los vigueses.
Incidencias:
Partido
correspondiente a la ida de las semifinales de la Copa de S.M.
El Rey disputado en el
estadio Ramón Sánchez
Pizjuán ante
unos 38.000 espectadores (casi dos centenares de seguidores
gallegos) en noche no excesivamente fría. Terreno de juego en perfectas
condiciones.
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