jueves, 26 de enero de 2017

Explosión de hipocresía en torno a una pancarta en El Sadar. Navarra Confidencial





Sin ánimo de polemizar, otra vez volvemos con lo que está permitido a unos y prohibido a otros, sin aparcar la tan traída y llevada presunción de inocencia: "hipocresía a la enésima potencia". No lo dicen los radicales futboleros del Gol Norte del Sánchez Pizjuán, ni tan siquiera la prensa sevillana. Lo dice un diario pamplonica, Navarra Confidencial:


Durante el partido de este fin de semana entre el Osasuna y el Sevilla en El Sadar, un grupo de ultras sevillistas expuso en la grada una pancarta con el nombre de “Gordo”, mote de uno de los sevillanos detenidos como sospechosos de la violación en grupo que tuvo lugar los pasados Sanfermines.
Este hecho provocó una inmediata reacción de rechazó que incluyó a todo tipo de notables, incluyendo algunos de los principales líderes políticos navarros, entre ellos Laura Pérez, Ainhoa Aznárez o Joseba Asiron.


La reacción de alguno de estos personajes, como es lógico, suscitó a continuación una reacción a la reacción. ¿Pero no son todos estos los que, cuando se trata de otros delincuentes, defienden sus carteles y pancartas? ¿No son los que aprueban comparecencias en el Parlamento para que conozcamos el dolor de sus familias por estar encarcelados? ¿No son los que programan brindis y kalejiras? ¿No son los que exhiben sus fotos? ¿No son los que callan ante los recibimientos que reciben algunos criminales al salir de la cárcel? ¿Cómo pueden ser tan hipócritas de rasgarse las vestiduras por una pancarta cuando llevan décadas callando, cuando no apoyando, ante miles y miles de ellas? ¿Acaso violar a una chica está a un nivel de gravedad superior a matar a un guardia civil, a un concejal del PP, a un periodista o a un niño que pasaba por allí?

La hipocresía y el doble rasero de medir es tan fabuloso que, precisamente por eso, cabe preguntarse si no es ésa la razón de que no puedan ser conscientes de ello. La falsedad es tal que se sale de la escala, el detector moral se vuelve loco y ofrece entonces lecturas absurdas.

Porque no son conscientes de su hipocresía. ¿O sí que lo son?

Si toda esa panda de asesinos, secuestradores, torturadores, ladrones y fascistas que son los etarras no son mejores que el “gordo” y sus secuaces, ¿en qué son peores los ultras del Sevilla que los ultras de Osasuna? ¿Nadie recuerda ahora las pancartas de los Indar Gorri apoyando a “Koldo”, el condenado por arruinar la vida de un turista de un botellazo durante un Chupinazo? ¿O todos los mensajes de esta peña apoyando a los criminales de ETA? ¿No estaban algunos de nuestros más indignados prebostes manifestándose hace cuestión de semanas en Alsasua a favor de varios Indar Gorri que, entre otros, participaron en el apaleamiento a dos guardias civiles y sus parejas?

Podría subrayarse además que los sospechosos de la violación aún no han sido condenados, a diferencia de toda la patulea de criminales a favor de los cuales se inundan las calles de todas las localidades navarras a cuenta de cualquier festividad, concierto o carrera. Si hay alguna diferencia, es a favor de los sevillanos. Al menos hasta que haya una sentencia condenatoria.

¿Habrán sido torturados el gordo y el resto de los detenidos? ¿Qué trato es el que están recibiendo? ¿No es esto lo que debiéramos estar preguntándonos, como hacen ellos cuando se trata de etarras, en vez de seguir ciegamente las consignas del aparato represor del estado y los medios de manipulación de masas del gobierno y el capital? ¿Se ha respetado su presunción de inocencia? ¿No es esto lo que seguramente reclaman quienes han colocado la pancarta? ¿No es esto lo mismo o menor que lo de las otras pancartas? ¿Por qué no nos sumamos a la loable inquietud por los derechos humanos de los detenidos de quienes han colgado la pancarta del gordo?

¿Y no será todo esto una campaña para empañar la imagen de Sevilla, como se dijo de lo de Alsasua?

Resulta que el “gordo” está en prisión preventiva, una figura jurídica franquista y cunetera que debería ser suprimida de un código penal democrático. ¿Cuántas veces no se han quejado algunos de la prisión preventiva que sufrían ciertos jóvenes vascos patriotas? ¿No deberían solidarizarse ahora con el gordo?

Téngase en cuenta también que el gordo se encuentra encarcelado en Navarra, a cientos de kilómetros de sus familiares y sus seres queridos. Quién sabe lo que sufren estos familiares para poder visitar al gordo. ¿Y si algún familiar del gordo tiene un accidente yendo o viniendo a visitarlo? ¿Le haremos un hueco entre las víctimas de la represión del estado y los grupos de extrema derecha? ¿Le pondremos una placa? Si en la pancarta hubiera puesto “Gordo a casa”, ¿tendrían la hipocresía los Asirón, Santamaría, Aznárez, Ruano y compañía de condenar la pancarta? Y en realidad, puesto que en la pancarta sólo pone “gordo”, ¿cómo están seguros de que no es eso lo que se reivindica?

Y si con eso del “gordo” se estaban refiriendo en realidad a Otegui? ¿No era también el alias del príncipe abertzale de la paz en su etapa de secuestrador, cuando trabajaba en la rama ilegal de la banda?

Es todo tan absurdo, tan desproporcionado el tamaño de la viga por un lado y el de la paja por el otro que, como apuntábamos, acaso llega un punto en que la doble moral adquiere tales proporciones que personas supuestamente inteligentes son incapaces de verlo. Salvo que lo vean. Claro que, si se les cae de pronto la venda de los ojos, ¿qué tendrían que pensar de ellos mismos durante todos estos años ante tantas y tantas fotos, tantas y tantas pancartas y tantos y tantos silencios, cuando no apoyos?

Para concluir, sólo faltaría que toda esta colección de hipocritones se convirtieran en los referentes de la lucha contra las agresiones sexuales y la persecución de sus autores. Como si todos estos fariseos condenaran más que el resto de la sociedad a los autores de una violación. Como si hubiera alguien a favor de la pancarta del “gordo”.
Los grandes detractores de la Audiencia Nacional piden ahora que la Audiencia Nacional actúe contra los ultras del Sevilla. ¿Y qué harán si la Audiencia Nacional actúa? ¿Manifestarse pidiendo el cierre de este “tribunal de excepción”? ¿No se dan cuenta que son ellos y nos los demás los que tienen un problema de coherencia?

Al margen de todo lo anterior, lo interesante es que realmente hubiera un cambio por parte de todo ese mundo que infesta las calles con carteles y fotos de presos de ETA. No se escribe todo esto simplemente para descalificarles señalándoseles su hipocresía, sino para moverles a reflexión.

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