jueves, 17 de enero de 2013

Héroes en el recuerdo. COPESTELAR Sevilla




Extracto del programa de mediodía de hoy en Copestelar Sevilla, dirigido y presentado por Raphael Halmanza:

"... Cien años ya... parece mentira... lo oímos de boca de nuestros padres, a los que nuestros abuelos se lo transmitieron, incluso todavía queda por ahí alguna reliquia del pasado en forma de antiquísimo archivo digital que puede corroborarlo... cien años de la enésima afrenta del sevillismo caciquil a nuestros colores...".

Quien así se expresa es el biznieto del archiconocido historiador verdiblanco de finales del siglo XX y comienzos del XXI, más conocido como el "cartero de Castilleja", cuya efigie, junto a la del recordado prócer, ocupa desde entonces un lugar de honor en el palco de autoridades del estadio Manuel Ruiz de Lopera y Sobrinos. Continúa, Manolo.

"Gracias, Raphael. Sí, hoy martes 17 de enero de 2113 se cumplen 100 años de una de las cacicadas más sangrantes que ha soportado el beticismo de manos de su histórico opresor, que, como bien saben ustedes, no han sido pocas.

Y es que a nuestros rivales no les bastó con impedir jugar a los obreros en su club, ni siquiera con quitar los tranvías los días de fútbol en Heliópolis o cerrar el aeropuerto por las noches cuando nuestro equipo jugaba la liga doméstica europea, antecedente de la actual liga galáctica. Hace ahora un siglo el entonces Alcalde, sevillista, y la apodada Delegada del Gobierno, que también debía serlo, terciaron ante FCC, -la constructora que en aquellos instantes elevaba el que sería el primer rascacielos de la ciudad de Sevilla- para arrojar al desempleo, en un momento de gravísima crisis económica, a los dos trabajadores que cometieron la "osadía" de poner en la picota de la torre un escudo del entonces llamado Real Betis Balompié (recordemos que el club perdió el título de Real tras el advenimiento de la III República a comienzos del siglo XXII).

Es cierto que, tras aquella gesta, nuestros rivales volvieron a cosechar seis títulos en dos años pero también hay que recordar como, según mi bisabuelo, el órgano rector de la época celebró la hazaña por todo lo alto invitando al palco de honor a ambos operarios en reconocimiento a su proeza. También es verdad que acabaron en el paro -consecuencia de los fascistas de siempre- pero su obra permaneció durante mucho tiempo en el lugar más alto de la Ciudad del Betis (no me refiero a Córdoba, Palma del Río o Cantillana) y su recuerdo ha trascendido hasta nuestros días".

Gracias, Manolo, por recordar cosas tan grandes.

"Gracias a tí, Raphael, por darme esta oportunidad".

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