miércoles, 27 de febrero de 2013

Mira que si esta noche.... J. Félix Machuca. ABC de Sevilla



 

 
José Félix Machuca, hoy en ABC: "Mira que si esta noche...". Podrá ser, o a lo peor no, pero, de antemano, sobran comentarios:
 
 
Así, como le habla el compadre a la oreja de su yunta, susurrando palabras con el alma, encomendando su azaroso deseo a la mueca indecisa del otro, mientras se apura el botellín, esa pócima sagrada de la maquinaria de nuestro ingenio, así es como la mitad de Sevilla, la que no es verde ni vive camino de Cádiz, se llena de esperanza diciéndole a lo más suyo: mira que si esta noche... Y pone puntos suspensivos. Y se le enciende el rostro como si estuviera en el altar de un quinario. Y todo él es una luminaria de sueños y de gozos. De esperanzas y deseos. De plegarias musitadas a escondidas porque eso de rezarle al Patrón de San Lorenzo para ganar un partido de fútbol, hermanos, es realmente cosa de locos. Pero estamos locos y sabemos lo que queremos. Queremos ver hecho realidad lo que le susurramos con interrogación de buenos presagios a la oreja del compadre: mira que si esta noche... Por eso, a hurtadillas, escondiendo nuestra fe en el pagano deseo terrenal de una victoria futbolística, le hablamos al Patrón como le hablamos a nuestro padre, para que nos conceda la salud de la victoria, el dulce nombre de nuestra alegría, la estrella del campeón, el patrocinio del mío existir, como cantaba para llorar Silvio, mi Silvio de mis asaduras.
 
Mira que si esta noche le añadimos un escudo más al mosaico de Santiago del Campo. Mira que si esta noche se abre el cielo y caen de la gloria papelillos blancos como ángeles tocando trompetas de victoria. Mira que si esta noche vamos de frente y por derecho y somos capaces de mover Nervión de costero a costero, con el alma por delante, sin que nadie se tangue en la trabajadora de nuestro palio de plata y claveles rojos. Mira que si esta noche nace en el balcón del tercer anillo un aliento hecho saeta acompañando el buen pie de un fútbol racheao que le devuelva a Nervión los colores y el gozo de un Domingo de Ramos. Mira que si esta noche las lágrimas se confunden con las risas y lloramos de alegría o nos alegramos de nuestro llanto porque tu compadre está ronco como un Villanueva tras entrar en Campana y romper los moldes del arte. Mira que si esta noche, después de tantas y tantas cruces de estudiantes como ha llevado la buena muerte de aquel equipo inmortal, encontramos otra vez la carrera oficial de los triunfos y vale la pena el parón de estos años porque veremos, nuevamente, cara a cara, el resplandor cambiante y mágico de la esperanza. Ojú, compadre. Mira que si esta noche...
 
Mira que si esta noche las bengalas sudan la cera de una cita inolvidable y Nervión es la hermandad que siempre fue: esa extraña combinación entre el ruán y la cola, entre el antifaz negro y largo y la marcha de Campanilleros, rezando con sus cantos el rosario de nuestra pasión. Mira que si esta noche los niños de blanco nos llenan las manos de caramelos y endulzan una fecha inolvidable, como la de aquel jueves de Feria en el que, con la izquierda por delante, un ángel nos abrió la puerta de la gloria, en la que hemos estado por unos años, viendo y gozando lo que otros no han podido en su vida terrenal, ¿verdad Álvaro Yanes?, ¿verdad Alexis Correa? Dice la papeleta de sitio que una vez terminada la estación volverás a tu casa por el lugar más corto si la victoria te es negada. Pero mira que si esta noche le damos la vuelta al colchón y nos encontramos que la cama es la litera de Claudia Prócula y su marido, Poncio Pilatos, nos entrega la palangana blanca de nuestra idiosincrasia para lavarnos la cara con agua fría y despertarnos del sueño con el sueño hecho realidad. Qué sentencia más dulce. Mira que si esta noche, hermanos, no hay manera de hacernos regresar a casa y alargamos la madrugá hasta el alba y el alba se convierte en mañana luminosa donde el cansancio solo refleja la alegría y serenidad de nuestra alma. Mira que si esta noche Nervión rebosa y le damos agua bendita al Cristo de la Sed. Igualá con el corazón y la casta. Que esta noche, sobre los pies, vamos directos al cielo con ellos.

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