05/08/15. Mi colaboración de
ayer en El
Demócrata Liberal
Definitivamente, este país de dislates y despropósitos no tiene solución. Y la palma, una vez más, se la lleva el osado Pedro Sánchez que, hace un par de semanas, al tiempo que ensalzaba el Estado del Bienestar “desarrollado por los ex presidentes socialistas González y Zapatero”, se le ocurría anunciar un “ingreso mínimo vital” de 426 euros mensuales que destinará -destinaría, condicionémoslo- a 730.000 hogares para beneficiar a 1.847.000 personas, a los que habría que sumar una prestación destinada a los 2,3 millones de menores que “viven bajo el umbral de la pobreza”; todo ello según sus cálculos que, si son tan atinados como los de la alcaldesa madrileña, tienen la misma credibilidad que su oferta estival de 5.500 plazas en comedores escolares y que, finalmente, ha sido cubierta por algo menos de 600 menores madrileños.
La idea, meritoria y plausible, no puede rebatirse -todo lo contrario- con argumentos sociales, púdicos o morales. ¿Quién puede oponerse a tan admirable plan? Eso sí, ni una sola palabra, ni una sola idea para exponer, siquiera deslizar, de dónde piensa sacar su particular -y laico- maná en forma 6.450 millones de euros en los que ha apreciado su medida.
No satisfecho con
ello, temeraria e imprudentemente la pasada semana se despachaba con otra
ocurrencia: “reformaré el Código Penal
para que sea posible actuar no solo contra el patrimonio de los corruptos sino
contra el que hayan podido esconder a nombre de terceros y recuperar así todo
lo robado; conmigo al frente del Gobierno, quien la haga la pagará y lo pagará”.
Metedura de pata,
sin duda, de mayor trascendencia porque, si la anterior solo es un futurible -y,
al modo de Tierno Galván, “las promesas electorales están para no cumplirse”-, ésta se
conjuga en pretérito perfecto, pues el nuevo Código Penal, aprobado con el voto en
contra del Grupo Parlamentario Socialista, incluido don Pedro, permite ya
la acción contra el patrimonio de los allegados, testaferros incluidos, que
pudieran haber ocultado el incremento patrimonial derivado del delito de
corrupción, lo que evidencia su
meridiana incapacidad para, siquiera, regir la comunidad vecinal de su
escalera.
Y para no perder
comba y aprovechando que “el dinero
público no es de nadie” (Carmen Calvo, dixit)
, el Gobierno de la “Andalucía Imparable” de estapresidenta, que comenzó a combatir la austeridad incrementando
el número de consejerías y que prometió a joanmartin,
su mentor, una reducción del 10 % de puestos políticos -mientras, la
administración paralela permanece convenientemente nutrida, mejor dicho,
sobrealimentada- aprueba esta semana la nueva estructura de la organización
territorial provincial de la Junta de Andalucía, que supone 65 altos
cargos en las provincias, ocho más que en la anterior legislatura,
con un coste superior a los tres millones de euros anuales.
Los mismos que ahora objetan,
incongruentemente, con idéntico ímpetu tanto la subida de los impuestos como
los recortes (corriendo un tupido velo sobre el atraco zapateril del verano de 2010 y el perenne saqueo de Andalucía),
cumplirán en breve cuatro años de la salida de un Gobierno -a la cabeza el
presidente más nefasto de la Historia de España- sostenido, entre otros, por
este diputado silente, tan responsable y culpable como el resto de la teórica
quiebra del Estado con la que, finalmente, entregaron la cuchara un 20 de
noviembre.En la capital andaluza lo acaba de dejar claro Manuel del Valle, tras las últimas elecciones: “Zoido tendría que haber gastado más y haberle dejado la losa al siguiente”. La historia se repite y ahora que comienza a remontarse una atroz crisis económica a nivel mundial, especialmente brutal en España por culpa de fundamentalismos keynesianos y políticas desvencijadas de un Gobierno a la deriva -que comenzó su andadura con el seductor y atrayente “papeles para todos” para finalizarla con un Plan E de éxito, en boca de los altavoces del régimen; de escándalo, engaño y estafa, según el Tribunal de Cuentas-, volvemos a las andadas.
Nos permitimos repudiar las lecciones de la “malvada” Merkel y desdeñar las de los mercados, evitamos mirar con el rabillo del ojo a la Grecia que hace una semana era nuestra referencia y nos adentramos en una política de gastos imposible, generadora de pufos delincuenciales.
Hasta el mismo Rajoy, mientras anuncia una subida del uno por ciento en la retribución de los funcionarios, se permite introducir en los Presupuestos Generales del Estado la devolución de lo aún no restituido de la paga de Navidad de 2012, si bien el gallego tiene una disculpa y es que, al tiempo que sustraía la soldada, prometía el reembolso, lo que cumplirá en breve. En Andalucía, antagonista siempre, los empleados públicos tendrán que esperar tiempos mejores pues aquí se consumó el despojo sin aviso ni anestesia y la nueva mamá -¡enhorabuena, por cierto!- solo se atreve a decir, tras la celebración del acuerdo con los representantes sindicales de CCOO, UGT y CSIF, y se queda tan pancha, que “restituirá algo en 2016… si hay dinero”.
Por cierto, pasan los días y no se hace público el socorrido selfie de esas tres andaluzas con sus retoños, apretujadas compañeras en una habitación de 15 metros cuadrados del Hospital de Valme, exigiendo a Chaves las salas individuales que anunció, hace ya quince años, en aquella campaña de las elecciones autonómicas de 2000.
Y es que el viejo profesor tenía más razón que un santo (con perdón):“las promesas electorales están para no cumplirse”.
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