miércoles, 12 de agosto de 2015

Propaganda: el rayo que no cesa



12/08/15. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal
 

¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?

(Miguel Hernández)

El Diccionario de la lengua española define la propaganda en su primera acepción como “Acción o efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores” y en la cuarta, y última, como “Asociación cuyo fin es propagar doctrinas, opiniones, etc.”.

Busquen, comparen y, si encuentran una mejor... Mejor que no pierdan el tiempo, porque no la hallarán.

Ni diseñados al efecto, ambos significados serían capaces de retratar con tanta precisión la política de comunicación de la Junta de Andalucía y su relación con los medios “amigos”, esos a los que abreva con publicidad institucional a cambio de nada, o de casi todo, que para eso está el dogma. Pero no solo con ellos, también con el resto, con los que sin pertenecer al Régimen, al menos en apariencia, a cambio de un trato afable y cordial, representan a la perfección la escena del paciente tendido en la camilla, blandiendo por sus partes al dentista que, tenacillas en mano, le ordena abrir la boca: “¿verdad que no vamos a hacernos daño?”.

En los últimos cinco años el Gobierno andaluz ha “invertido” mil millones en "comunicación", casi 600 con Susana Díaz como responsable de la partida, sin contar con los casi 200 millones con los que se nutre a tanto medio mamón desde la Consejería de Turismo.

Y el problema, con serlo, no es ya el exorbitante volumen del reparto de fondos a empresas privadas de comunicación -a cambio casi siempre del silencio, de inexistentes críticas valientes o de hipotéticas valoraciones audaces... como mucho de juicios bonachones y timoratos- sino la absoluta falta de transparencia tanto de sus destinatarios finales como de la propia cuantificación de tales subvenciones, una vez más concedidas al margen de los principios generales de contratación administrativa.

Es la propia Cámara de Cuentas de Andalucía quien confiesa desconocer el destino de las voluminosas partidas que maneja el plan anual de comunicación, al tiempo que denuncia el empleo constante del latrocinio, perdón del patrocinio; es decir, del trato de favor digitalizado en detrimento de los procedimientos de concurso y publicidad, o, al menos, del socorrido contrato menor en el que se precisan tres ofertas previas, eligiéndose la más favorable económicamente. Sistema que, por otra parte, sirve para ocultar los contratos de cuantía inferior a los 30.000 euros tramitados al efecto.

Y a la cabeza del ranking -¡qué boda sin la tía Juana!- el Grupo Prisa (El País, la SER, As...) y algunos de sus programas radiofónicos estrellas tales como Carrusel Deportivo y La Ventana, cuyos patrocinios, según el órgano de control de la cámara andaluza superan con creces, sin ninguna justificación técnica, los del resto de medios paniaguados. Así, a mucha distancia, recogen las migajas el Grupo Joly, Antena 3, Onda Cero, Unidad Editorial, la Cope y ese guadianesco El Correo de Andalucía que permanece latente con el arribo de Morera y Vallejo pero con -lo que resulta trascendental- la sempiterna respiración asistida de la Junta de Andalucía.

Surgen así preguntas con necesarias respuestas afirmativas: ¿tales ayudas graciables explicarían el ocultamiento, por esos medios, de los escándalos que se achacan a sectores importantes del gobierno andaluz  o al mismísimo PSOE, valga la redundancia?, ¿resultan beneficiarios, por ejemplo, los editores que criminalizan la labor de la Juez Alaya al tiempo que alaban a los dirigentes por ella señalados?

Y una interrogación final, que se responde con un rotundo no: ¿en estas circunstancias en las que, como se pretende, la propaganda llega al lector, riega al editor y anula la libertad del periodista, puede existir el periodismo?

Valga como ejemplo verídico el de un dibujante de lujo que, clamando inteligencia como el poeta de Orihuela, desechó, hace escasos meses, una invitación del siguiente tenor en un medio de difusión de esta Andalucía del XXI: “Queremos que publiques en nuestro periódico, estamos interesantísimos; eso sí, nada de política, ni de religión, ni de fútbol... ”.

¡Todo sea por la pasta!

No hay comentarios:

Publicar un comentario