¿Oiga, es el enemigo, quiero decir COFIDIS... ? ¿Está el
jefe? ¡Que se ponga! Mire usted, soy... sí, sí, el mismo, el del año
pasado... y el del otro y el del anterior... Que digo que ya sabrá “pa”
lo que le llamo. ¡Correcto, otra vez! Ya sé que me atendió hace una
semana, muy amablemente como siempre, es verdad, pero es que... necesito
otro arreglillo... Así, de esta forma o de manera parecida, la eterna
relación de amor-odio del sevillismo con su financiera de cabecera ha
vuelto a ponerse en funcionamiento. Los teléfonos empezaron a echar humo
a partir de las 22,54 de otro jueves para la historia.
El
Grande de la Europa League sigue empeñado en sumar paragüeros a su
vitrina argéntea. Se trata ahora de, nada más y nada menos y tirando de
comodín, convertir en repoker los cuatro ases que -espectacular tifo-
han lucido esta noche en la grada de Gol Norte de La Bombonera. Los días
de mayo van tachándose uno a uno en el calendario de las grandes gestas
sevillistas: al 10 holandés, al 14 italiano, al 16 escocés y al 27
polaco, se une el próximo 18 suizo. Tercera final europea consecutiva,
algo que solo puede decir este Sevilla del milagro, de la casta, del
coraje, de un equipo de profesionales y de una afición a la que le late
con pasión un escudo de once barras, cuero al centro, flanqueado por
reyes, sabios y eruditos centenarios y enlazado por tres letras que lo
compendia todo: SFC.
Fiestón
por todo lo alto en el Ramón Sánchez Pizjuán, desde el primer instante,
desde que un holandés con silbato proclamó ¡comience el espectáculo!
Los nuestros salieron a por todas ante un Shakhtar Donetsk sobrepasado
por los acontecimientos. A los 8 minutos Gameiro ya nos había adelantado
tras presionar a Rakitskiy, robarle el balón, cabalgar y batir por bajo
a Pyatov. Decenas de miles de banderas blanquirrojas volvieron a
inundar la grada para festejar la buena nueva y continuar la exhibición.
Solo al final del primer tiempo los ucranianos tomaron el mando del
esférico y los nuestros cayeron en la trampa de los exsoviéticos, el
contraataque, concepto que, aprovechando los espacios descuidados por
las ansias sevillistas, pusieron en práctica a la perfección para
empatar el partido poco antes del descanso.
Pero
de nuevo, evidenciando su categoría, justo cuando apenas se llevaban
dos minutos de la continuación, aparecería de nuevo “le petit français”,
Kevin Gameiro, para culminar una jugada de velocidad y desequilibrio y
adelantar de nuevo al Sevilla. Apenas 10 minutos después, “correcaminos”
Mariano hizo el tercero con un golazo desde su casa que llevó la locura
colectiva a las gradas. Naturalmente que tampoco faltaron las lágrimas
de los ocupantes del repleto tercer anillo del coliseo de Dato que, en
forma de lluvia purificadora, quisieron estar presente en el altar de
los éxitos del Grande del Sur de España.
Cierto
es que el hábito no hace al monje, pero lo habitual, cuando llega mayo,
sigue siendo que el Sevilla de los Coke (¡a sus órdenes, capitán!) y
diez más nos lleven en volandas al éxito, a gritar a los cuatro vientos
como el que no quiere la cosa “¡otro año igual, otro año igual, otro año
igual... !” (Coda.- Del gueto de lunáticos críticos y resentidos, hoy
prefiero no acordarme: en el pecado llevan su eterna penitencia de
“amargados” indomables... ).
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Sevilla FC 3 -
Shakhtar Donetsk 1
Sevilla FC:
Soria;
Mariano, Rami, Carriço, Tremoulinas (Escudero, m. 73); Krychowiak,
Nzonzi; Coke, Banega (Cristóforo, m. 89), Vitolo y Gameiro (Iborra, m.
81).
Shakhtar Donetsk:
Pyatov; Srna, Kucher,
Rakitskiy, Ismaily; Malyshev, Stepanenko; Marlos (Wellington, m. 83),
Kovalenko, Taison (Bernard, m. 76); y Eduardo (Dentinho, m. 83).
Goles:
1-0, m. 8: Gameiro. 1-1, m. 43: Eduardo. 2-1, m. 46: Gameiro. 3-1, m. 58: Mariano.
Árbitro:
El holandés
Bjorn
Kuipers. Amonestó a Banega y Vitolo, por el campeón, y a Marlos,
Rakitskiy, Kucher, Srna, Eduardo, Stepanenko e Ismaily, por los
ucranianos.
Incidencias:
Partido
correspondiente a la vuelta de las semifinales de la UEFA Europa League,
disputado en el
estadio Ramón Sánchez
Pizjuán con
43.000 espectadores en noche de "no hay localidades" pese a la
lluvia de toda la
jornada. Terreno de juego en perfectas condiciones. El Sevilla
estará por tercer año consecutivo en la final continental. El Liverpool,
que se deshizo del Villarreal, será nuestro rival.
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