viernes, 20 de mayo de 2016

Otro paseo europeo (por Ernesto López de Rueda)


Anteayer los hijos de Sevilla, hasta 7.000, salimos a pasear de nuevo por el viejo continente, para encontrarnos en él, como desde hace tantos siglos, a los ingleses con intereses contrapuestos y triplicándonos en número, pues pasaban de 20.000 sin ser tantos como en un principio se anunciaron.
Los fieles de Nervión, creyentes inquebrantables en la divisa de nuestro equipo: "dicen que nunca se rinde"; no fuimos presa del desaliento cuando los hijos de la Gran Bretaña se pusieron por delante en el marcador, redoblamos en ímpetu: allí nadie se sentaba, arrancaban los ánimos desde cada una de las gradas siendo secundadas por las demás conscientes de nuestra inferioridad numérica.
Desconozco si logramos paliar esa diferencia, pero de allí salimos no solo roncos, sino -por encima de todo- orgullosos de nuestro club, sabedores de ser embajadores de una eterna Sevilla por el mundo, de una Sevilla que lucha, que no se conforma, que afronta los duelos con la altivez del desheredado, del tanta veces despreciado más sabiendo que la historia está por escribir.
Eso somos, quienes retamos al grande y al poderoso sin más armas que el pecho descubierto para que, como suele ocurrir, nos los hundan. No desfallecemos, alguna vez aunque estos ojos no lo vean, pondremos a la ciudad de nuestros sueños en el techo del mundo.
Crucé Francia de oeste a este de madrugada en ruta hacia París. No hubo lugar de parada fuera gasolinera, restaurante, distintas dependencias aeroportuarias donde no nos reconocieran como sevillistas y no aludieran al valor, coraje y honor de nuestro equipo.
Son nuestros poderes, son nuestro valores.
 ... "La Giralda presume orgullosa de ver al Sevilla en el Sánchez-Pizjuán...".

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