lunes, 9 de noviembre de 2015

3-2. Cosas de Grande. ¡Chitón, incrédulos!

Ya había llovido bastante en las dos últimas comparecencias, la liguera en Villarreal y la europea ante el City. No obstante los negros nubarrones se volvían a ceñir esta tarde-noche sobre Nervión en busca de esa “tormenta perfecta” que diera definitivamente al traste con un diseño de club que esta temporada cumple dos lustros de Gloria casi continua.

Algunos propios y muchos extraños se frotaban las manos con denuedo, los primeros para hacer valer su engreimiento de supremacía en “conocimientos futbolísticos”, los segundos por algo tan natural como la aversión mezclada con los celos. 

Y en eso llegó el Sevilla, el equipo por el que nadie daba un duro cuando Sergio Ramos, a los 22 minutos, en acrobático remate, lesión incluida, adelantó a los madrileños. La Bombonera, con la “histórica” grada de animación a la cabeza, enmudeció y lo hizo por muchos minutos, tantos como los que van desde entonces a la media hora del segundo tiempo cuando Banega, tras eslalon de Konoplyanka, puso por delante a los de Unai Emery. Ni el gol del empate, obra de un Immobile enardecido en el 35, había servido para levantar los ánimos de unos incondicionales extrañamente adormecidos y que solo dieron la talla cuando los profesionales sevillistas se la pusieron como -dicen- se la ponían a Fernando VII.

Salió el Grande del Sur de España con la lección bien aprendida: jugar alegremente contra el Real de Madrid era un suicidio. La entrega del balón a los forasteros generó las primeras críticas de los “genios” de este asunto; sin embargo el dominio del esférico solo le generó al Madrid un espectacular tiro de Nacho al poste derecho de la portería de Rico, una llegada de Ronaldo al que le birló el esférico Mariano en el último instante y el citado gol del camero en una desaplicación de libro -¿dónde estaba Immobile?- a balón parado, en un saque de esquina.

Pese a la desventaja el Sevilla siguió en sus trece: ¿no querías el balón?, ¡pues dos tazas! Y, justo cuando los que tanto saben comenzaban el clamor, llegaba el gol del italiano, también en jugada de estrategia: corner lanzado por Konoplyanka, la parábola cruza el área pequeña de Casilla sin que nadie acierte a tocar el esférico y, en el segundo palo, casi sin ángulo, la caza “il artigliere”.

Y “vuelta a las andadas”, así hasta mediada la segunda parte, con un Sevilla empeñado en darle el dominio del esférico a su contrincante, momento que aprovecha Fernando Llorente, ahora sí, para hacer valer el tercero de sus tantos como sevillista, al rematar perfectamente de cabeza un centro de Mariano tras otro jugadón del ucraniano.

Ahora sí, ahora si tocaba disfrutar a los “genios” y a los que no lo son del fútbol hecho arte y filigrana de un Sevilla que acabó burreando a un Real de Madrid, líder e imbatido hasta hoy, extrañamente entregado, acobardado, encogido y atemorizado, al que se le hizo eterno los inmortales olés que Nervión dedicó al entrelazado fútbol de los suyos.

Pero tranquilos, que ya habrá quien se acuerde de Monchi. Cosa de genios...

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Sevilla FC 3 - Real Madrid CF 2
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Rami, Andreolli (Kolo, m. 78), Tremoulinas; Krychowiak, Nzonzi; Vitolo, Banega (Krohn-Dehli, m. 32), Konoplyanka; e Immobile (Llorente, m. 69).
 
Real Madrid CF: Casilla; Danilo, Ramos (Varane, m. 31), Pepe, Nacho; Kroos (Jesé, m. 32), Casemiro, Modric; Isco (James, m. 63), Cristiano y Bale.
 
Goles: 0-1, m. 22: Ramos. 1-1, m. 35: Immobile. 2-1, m. 61: Banega. 3-1, m. 75: Llorente. 3-2, m. 92: James.
 
Árbitro: El castellano-leonés González González. Mostró cartulina amarilla a Immobile, por el Sevilla, y a Nacho, por el Madrid.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 11ª jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con 43.000 espectadores en tarde-noche de agradable temperatura. Terreno de juego en perfectas condiciones.

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