Els Segadors nazi-onanista

20/04/16. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal

El domingo, La “Secta” nos obsequió con una nueva edición de su NODO a todo color sobre las bondades de los nacionalismos vasco y catalán. Ahora sí comprendemos -gracias, Atresmedia- que Otegi es un “hombre de paz” y Puigdemont un humanista cercano a Erasmo de Rótterdam. Quisieron, en fin, Évole y Pastor que mi escritorio se atestara de musas y que mi rancia y tosca prosa sublimara a niveles que para sí hubiera deseado el mismísimo Ausias March.

Como Dolors Miquel, y salvando las -en todos los aspectos- siderales distancias, “no pretendo ofender”. Mis “arreglos” de Els Segadors, como los suyos del padrenuestro, pretenden ser un canto a lo más intangible y emocional de los que -rebeldes con causa- se resisten a formar parte del charneguismo imperante en el “estanque dorado” catalán, una oda a los que se rebelan contra lo que ello supone, no así a los rufianes que, inconscientemente, se entregan a él como modo de subsistencia en una eterna reedición de esa insólita reacción psicológica que padecen las víctimas secuestradas o violadas y que bien podía denominarse “Síndrome de Mollerusa”. Tampoco a los silenciosos corderitos que permanecen y han permanecido afónicos durante décadas, las mismas que han transcurrido desde que un tal Pujol, virrey del condado que aún los abandera, dejó negro sobre blanco su ideario xenófobo: “El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico... un hombre destruido... un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido amplio de la comunidad... constituye la muestra de menos valor social y espiritual de España... Si por la fuerza numérica llegase a dominar, sin antes haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. Introduciría en ella su mentalidad anárquica y paupérrima, es decir, su falta de mentalidad”.

Els Segadors surgido del nou esperit trobador que me inundó una noche de primavera, pretende “exaltar” a ese catalán tan, tan, tan nazionanista que, entre explosiones multiorgásmicas, ninguneado por todos y dale que te pego, reinventa la historia a su antojo y discrimina, pertrechándose en su hermosa lengua, a los que, ejerciendo su derecho, usan el castellano en el colegio, en los recreos, en los institutos, en las universidades, en los rótulos comerciales, en las comunicaciones con la administración. El mismo que retrata a los pujoles, mases y puigdemones, a todos aquellos que, desde su minimalismo rampante, encuentran diferencias entre un vendedor de paños de Tarrasa apellidado Bartomeu y un “encargado” de apretar tornillos en la planta de Martorell, rebautizado como Artur, Jordi o Pep, aunque su partida de nacimiento la haya expedido el Juzgado de Paz de Iznájar.

¡Va por ellos!

Catalunya, deslleial,
seguirà sent avara i garrepa!

Endavant aquesta gent
tan roí i tan corrupte!

Bon cop de bitllets!
Bon cop de bitllets,

defensors del tres per cent!
Bon cop de bitllets!

(tornada)

Ara és hora, mesquins!
Ara és hora d'agafar amb la mà!
Per quan vingui un altre juny
posarem també l'altra!

(tornada)

Que es creixi l'enemic
en veient la nostra covardia:
com robem cadenes d'or,
quan convé seguem comissions!
(tornada)