No es
ya no ganar, es no intentarlo siquiera. El Sevilla de hoy, a tres kilómetros de
su feudo, ha vuelto a ser el equipo entumecido, lánguido, sin intensidad,
adormecido y ramplón de lejos de la capital de Andalucía.
Da
igual quiénes sean los once que, esta temporada, salten al terreno de juego. La
evidencia siempre es la misma: imposible vencer, como mucho un empate y derrota
si el rival tiene un mínimo de calidad.
Si la
actuación vuelve a ser hoy la misma ante un rival tremendamente inferior, el
Sevilla 2015-2016 -su inmediato pasado, su triste presente y, lo que es peor, su
exasperante futuro- resultan ciertamente inconfundibles.
Sí,
dos claras oportunidades, una al comienzo de cada tiempo… y pare usted de
contar. Imposible que lleguen los triunfos si, cuando se yerra en las únicas dos
ocasiones con las que cuenta, no vuelve a intentarse.
Fraude
y estafa de un equipo que hoy ha gritado a los cuatro vientos del panorama
futbolístico que es incapaz de ir a por un partido fuera de casa esta temporada.
Si ni en el Villamarín se intenta, aviados vamos.
Y
desgraciadamente, la solución no se encontraría, como pretenden los vendedores
de crecepelos tan dados al estropicio, con el cambio en la dirección técnica.
Cuando once jugadores, sean quienes sean, de la plantilla actual del Sevilla
saltan al terreno de juego, las tácticas y discursos han de decaer
necesariamente ante la partida del césped donde ellos son los únicos
protagonistas. Fichando cada temporada a una docena de futbolistas, jamás se
encontrará el equilibrio pretendido y podrá acertarse, sí, como casi siempre
ocurre, con la calidad de los contratados, que no tiene por qué venir
necesariamente acompañada del carácter necesario para combatir con honor,
decencia y dignidad lejos del arrope de sus seguidores.
Enhorabuena al equipo verdiblanco y a sus seguidores. A quien da lo que tiene,
incluso dejando inédito a Sergio Rico, no puede exigírsele absolutamente nada.
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Real Betis B. 0 - Sevilla FC
0
Real Betis B.:
Adán; Molinero (Varela, m. 83),
Bruno, Westermann, Vargas; Ndiaye, Petros, Cejudo, Joaquín (Van Wolfswinkel,
m. 69), Dani Ceballos (Digard, m. 75); y Rubén Castro.
Sevilla FC:
Sergio Rico; Mariano, Rami, Kolo,
Tremoulinas; Krychowiak, Krohn-Dehli (Iborra, m. 59); Vitolo, Banega,
Konoplyanka (Reyes, m. 70); y Gameiro (Llorente, m. 82).
Árbitro:
El aragonés
Clos Gómez. Mostró tarjeta
amarilla a Molinero, Westermann, Dani Ceballos, Cejudo, Joaquín, Adán y
Digard, por los verdiblancos, y a Krychowiak, Vitolo, Rami e Iborra, por el
Sevilla.
Incidencias:
Partido correspondiente a la 16ª jornada de Liga disputado
en el estadio Manuel Ruiz de
Lopera con -no asistieron la totalidad de abonados, como viene siendo
habitual- 45.000 espectadores en noche fría, 15 centenares de ellos, sevillistas. Terreno de
juego en buenas condiciones aunque excesivamente lento.
Hombre los vendedores de crecepelo, como dices, algo de razón tienen. Hay un ejemplo claro, el Atlético de Madrid y otros muchos. Un entrenador impone un talante, si es un buen entrenador y tiene carácter para imponerse a sus pupilos, claro. Si es un calientamantecas, desde luego que no.
ResponderEliminarHombre los vendedores de crecepelo, como dices, algo de razón tienen. Hay un ejemplo claro, el Atlético de Madrid y otros muchos. Un entrenador impone un talante, si es un buen entrenador y tiene carácter para imponerse a sus pupilos, claro. Si es un calientamantecas, desde luego que no.
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