Hace una
semana, la LFP, en la Asamblea General Extraordinaria celebrada en
Zaragoza, ratificó el Convenio de Coordinación suscrito entre la RFEF y la
Liga el pasado mes de noviembre. Entre otras medidas se recoge un nuevo
baremo para el reparto de los ingresos por los derechos de televisión en
el que se tienen en cuenta variables como la clasificación histórica en
las últimas cinco temporadas, las audiencias de televisión o las
instalaciones del club.
Aunque
con este nuevo reparto se sigue favoreciendo a los grandes, se reduce la
desigualdad con el resto de conjuntos de Primera división, alcanzando el
Sevilla los 77 millones de euros, frente a los 49 que percibirá por la
presente temporada; un aumento, por tanto, de 28 millones de euros. Un
montante que se obtiene por los siguientes conceptos: un fijo de 32,5
millones de euros, más otros 30 por la clasificación histórica de las
cinco últimas temporadas y un resto de 14,5 kilos en función de cuestiones
varias entre las que se encuentran el estado de sus instalaciones; un
aspecto en el que ha cobrado especial relevancia la reforma a la que está
siendo sometido el Pizjuán.
Con esta nueva
fórmula de reparto, el Sevilla es uno de los seis equipos que supera la
media de ingresos por derechos televisivos, solo con Barcelona (152'5
millones), Real Madrid (145), Atlético Madrid (102) y Valencia (90'5) por
delante y Athlétic Club (73'5), tras el club de Nervión en dicha
clasificación.
Es justo
reconocer hoy al artífice del volteo al secuestro televisivo que sufría el
fútbol español: José María Del Nido Benavente. Nadie, salvo él, pensaba en
ganar esa guerra de la que ahora, salvo los dos transatlánticos, se
congratulan.
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