19/12/15. Mi colaboración de
ayer en El
Demócrata Liberal
“El ataque del miércoles no lo
sufrió Mariano Rajoy Brey, sino el presidente de España”
“La mejilla izquierda que
antes de ayer recibió un puñetazo es la del pueblo español y, como caminamos
hacia un país laico, lo de poner la otra ha de quedar definitivamente olvidado”
La noticia de la
campaña electoral que hoy toca a su fin ha estado marcada por dos hitos que
serán recordados en el tiempo, ambos con el mismo sujeto pasivo: el Presidente
del Gobierno.
El primero a manos
de Pdr Snchz, líder de la Oposición, que en el único debate cara a cara de esta
campaña sobrepasó a base de actuaciones macarras e insultos soeces los límites
permitidos en la disputa política.
El segundo,
anteayer, en las calles de Pontevedra, a manos de un hombretón de 17 años, eso
sí de la especie cobarde y gallinácea. Y a él me voy a referir exclusivamente
por el inexplicable anuncio de Rajoy de no presentar denuncia contra su
agresor.
Se equivoca, yerra
impunemente el político gallego. El ataque del miércoles no lo sufrió Mariano
Rajoy Brey, sino el presidente de España, la agresión no fue contra el
registrador de la propiedad de Santa Pola, sino contra el jefe del ejecutivo.
Por las calles de la capital pontevedresa hace dos días no paseaba, repito,
Mariano Rajoy Brey aunque él pueda pensarlo, sino que hacía campaña electoral
el jefe del partido gobernante.
Por respeto a la
democracia, al pueblo español y a sus votantes, el Presidente del Gobierno y el
Presidente del Partido Popular, reunidos en una misma persona, tienen –tiene-
la obligación moral y el deber ineludible de presentar la correspondiente
denuncia, de dar una lección al conjunto de la ciudadanía.
Ya está bien de
medias tintas. La mejilla izquierda que antes de ayer recibió un puñetazo es la
del pueblo español y, como caminamos hacia un país laico, lo de poner la otra
ha de quedar definitivamente olvidado.
Se acabaron las medias
tintas: señor presidente, presente de una vez la denuncia; no puede conformarse
con una acusación pública que, dependiendo de la ganadería fiscal -y pruebas
recientes tenemos- solicite el archivo de las actuaciones por aquello de que
“estas cosas entran en el sueldo”.
Hágalo, no por
usted, que está en su derecho de pensar como quiera, sino por los ciudadanos
españoles que nos merecemos un respeto por su parte, el que usted no nos
procura si continúa pensando que el agredido fue un gallego de nombre Mariano y
de apellido Rajoy.
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