El Sevilla desde la distancia. Atención desde Estados Unidos

La actualidad sevillista, entre el pórtico y el colofón de la Semana Santa, estará centrada en dos partidos importantísimos de cara al futuro más inmediato del club.

Cuando se esté disputando el primero de ellos -seis de la tarde en Getafe y si se cumplen los horarios establecidos- estaré sobrevolando (D.M.) el Atlántico rumbo a Nueva York. Mi interés, nada más aterrizar a eso de las diez de la noche, hora española, se centrará, como no puede ser de otra manera, en conocer lo acontecido sobre el césped del coliseo de la población madrileña donde nuestro Sevilla tiene la obligación ineludible, pese a las tremendos problemas en forma de bajas que sufrimos, de sumar los tres puntos en disputa. La situación del equipo de Michel no hará nada fácil el objetivo, más nuestra obligación no puede ser otra que la victoria.

Ocho días después, y si se han hecho los deberes correctamente, el enfrentamiento frente al Villarreal se antoja fundamental para seguir soñando con alcanzar la cuarta posición liguera. Los castellonenses, inmersos en una apasionante Europa League, donde vuelven a disfrutar la oportunidad de disputar por vez primera una final, deben estar más pendientes de ese hito histórico, circunstancia que hay que aprovechar -sí o sí- para ponernos a tiro de piedra en la clasificación a falta de las cinco últimas jornadas.

En éstas, y ante las anunciadas ausencias de la parcela ofensiva (Kanouté, Navas, Perotti, Rodri, ... ), todo apunta a que la cantera sevillista tendrá su oportunidad en la Semana Grande sevillana. Un ruego a los "entendidos" que pueblan las gradas y los pupitres de prensa del Sánchez Pizjuán: Ahórrense, a las primeras de cambio, esa manida frase a la que son tan dados, aunque, finalmente, acaben tragándose sus exigencias: "¿Y éste es el genio que tanto nos iba a entusiasmar... "? Ante el posible debut de Luis Alberto, el recuerdo de Enrique Montero y de Francisco Javier López Alfaro, entre otros.

Soñar, ya se sabe no cuesta nada, y las matemáticas -tercas- hoy nos indican que no hay nada perdido. ¿Vamos a dejar de luchar... ?