lunes, 30 de noviembre de 2015

1-0. Nervión no regala puntos. Superioridad de la A a la Z

Partido de ultimátums. Así se había planteado, al menos, claramente desde el lado valencianista y, también, en las tan escasas como sempiternas parcelas del sevillismo fanático y acobardado.

Y que la guillotina cayera finalmente sobre el cuello de Nuno solo tiene una explicación: el vapuleo futbolístico con el que venía soñando en forma de pesadilla el técnico portugués en las últimas jornadas. 

El partido de esta noche solo tuvo un dueño, el Sevilla que, desde el pitido inicial controló a su antojo, bien cierto que sin mostrar esa superioridad en el marcador. Superioridad ante 11, ante 10 y ante 9, ante un Valencia que usó y abusó de la dureza.

Faltaban dos puntales, Tremoulinas, tocado por una lesión, y Kevin Gameiro, con problemas digestivos -¿qué comen estos franceses?-. Ocuparon sus lugares el debutante Escudero y Fernando Llorente cuajando ambos un buen encuentro.

El delantero jugó su mejor partido desde el inicio, recibiendo de espaldas al marco contrario e imponiendo su superioridad física; el vallisoletano rubricando su excelente partido defensivo durante los 90 minutos y en especial su aportación en ataque, sobretodo en el segundo tiempo, que culminó con un golazo de volea excepcional tras asistencia de Ever Banega.

Los lastimados, los que no viven sin sufrir, los que corroen sus entrañas con su propia bilis, los que necesitan esa dosis semanal, o cada tres días, de adrenalina, solo pudieron achacar el resultado final y la buena imagen sevillista a que el Valencia “suspiraba” hoy por una derrota.

Sí, los mismos que, en la última jugada del partido, superados los cuatro minutos de alargue, se encogían acollonados, cuando Granero se disponía a poner en el área lo que sería la única ocasión sobre la portería de un Sergio Rico que acabó el partido, asómbrense, sin que sus guantes tocaran el balón.

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Sevilla FC 1 - Valencia CF 0
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Rami, Kolodziejczak, Escudero (Krohn-Dehli, m. 83); Krychowiak, Nzonzi; Vitolo, Banega, Konoplyanka (Reyes, m. 86); y Llorente (Immobile, m. 69).
 
Valencia CF: Ryan; Cancelo, Santos, Abdennour, Gayá; Parejo, Danilo, Javi Fuego, Enzo Pérez (Feghouli, m. 63); Santi Mina (Rubén Vezo, m. 46) y Paco Alcácer (Bakkali, m. 79).
 
Gol: 1-0: m. 51, Escudero.
 
Árbitro: El madrileño Velasco Carballo. Mostró cartulina amarilla a Rami, Mariano y Vitolo, por el Sevilla, y a Abdennour y Gayá, por el Valencia. Expulsó por doble amonestación a Cancelo (m. 10 y m. 36) y a Javi Fuego (m. 56 y m. 78).
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 13ª jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con 37.000 espectadores en tarde-noche fría. Terreno de juego en perfectas condiciones.

viernes, 27 de noviembre de 2015

¿Qué guerra?



 27/11/15. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal
 

Dicen los de La Marea que 2.000 personas han firmado ya el manifiesto “contra el terrorismo, contra la islamofobia y contra sus guerras”, entre otros los ediles de capitales de provincia Colau, Ferreiro y “Kichi”, el televisivo El Gran Wyoming y los actores Alberto San Juan y Pilar Bardem.

Si esta media docena de “intelectuales” constituye la guardia de corps de los dos millares de “apoyadores”, no quiero ni pensar en el nivelito de los 1.994 restantes.

Otra vez más, con unas elecciones a la vuelta, la “cultura” (así se autoproclaman, sin sonrojarse) se pone a la cabeza de la manifestación contra una guerra -¡qué más quisieran!- que ni siquiera ha sido sugerida, al menos por el Gobierno Español. No obstante, ellos (y ellas), conscientes (y conscientas) del difama o maldice que algo queda, se muestran prestos y dispuestas a clamar en la calle y en los medios de comunicación -su deseado altavoz- con la esperanza, más que de mostrar su repulsa contra la guerra, de mediatizar el voto del próximo 20 de diciembre. Nada nuevo que no haya sucedido.

Mañana, sábado, están llamados los buenos de corazón a la Plaza Reina Sofía de Madrid, para oponerse a las intervenciones militares occidentales en Oriente Medio pero también “para impedir que se recorten libertades con la excusa de aumentar la seguridad contra posibles atentados, que forma parte de la política del miedo”.

Miren que ha habido conflictos en los últimos lustros, desde la Primera Guerra de Irak, la buena, la fetén, la de los soldados de reemplazo a cañonazo limpio, a la Segunda, la de los malvados, la de un ejército profesional de médicos y enfermeros a bordo de un barco hospital para prestar ayuda humanitaria; por cierto, tras dar el gobierno de Aznar por finalizado el servicio militar obligatorio.

Y olvidando -¿por qué?-, impunemente: Afganistán, Libia, Siria, Gaza, Ucrania, Sudán del Sur, Yemen, Pakistán, República Centroafricana, Mali, Somalia, El Congo, Nigeria…

Dolores, padecimientos y miseria que estos conflictos no han provocado, al menos de forma pública, el más mínimo dolor, en esta pandilla de titiriteros y mercachifles.

Aunque, pensándolo bien, y dada su intrascendencia, mejor que estén ahí, en la calle, alzando la voz por una causa justa, sin bien es verdad que entre otras decenas silenciadas sin saberse bien porqué. Al menos, mientras tanto no nos roban, como es el caso de Bardem, el productor cinematográfico que, anteayer mismo, sentencia mediante, ha sido condenado en firme por el Juzgado de Instrucción número 40 de Madrid, al haberse probado que, como presuntamente otros 32 productores, distribuidores y exhibidores españoles (con perdón) que están siendo investigados, ha falsificado documentos públicos y privados para apropiarse del dinero de todos, en forma de subvenciones.

Eso sí que es un escándalo y, seguramente, el principal motivo del socorrido “No a la guerra”.

jueves, 26 de noviembre de 2015

4-2. ¡Adiós!. ¡Volveremos!



 
La ilusión no estaba perdida, bien cierto que tampoco lucía intacta, pero otro baño de realidad lejos de Nervión, evidencia que difícilmente esta temporada se puedan reeditar los éxitos de las dos pasadas.
Con una alineación y una disposición muy aproximada a la que todos teníamos en mente, hemos vuelto a dar la de arena cuando paseamos nuestros emblemas a miles de kilómetros de Eduardo Dato.
Parecía que esta vez podía ser, al menos lo pareció hasta el filo de la media hora, en la que se apreció un acoplamiento táctico aplastante por parte de los dos contendientes, muy seguros en el plano defensivo y con proyecciones contadas sobre las porterías contrarias. El gol de Stindl desequilibró el marcador pero no definitivamente el choque, pues ambos equipos siguieron contendiendo con las mismas armas.
El segundo tanto de Johnson, en el ecuador del segundo tiempo, sí supuso ya el mazazo definitivo para nuestras aspiraciones: la relajación alemana y la combatividad sevillista dieron paso a un espectáculo de ida y vuelta (cuatro goles más en diez minutos) nada aconsejable para los que ven el fútbol profesional como algo más serio, rígido y también encorsetado.
Fuera de la Champions a falta de una jornada, queda agarrarse al clavo ardiendo de este Sevilla del nuevo Sánchez Pizjuán que ha relucido en las grandes ocasiones, para derramando esas últimas gotas de sangre y sudor al cincuenta por ciento y dejando las de lágrimas para mejor ocasión, encaminar los pasos en pos de ese repoker de “paragüeros” que luzcan en el museo sevillista.
No será fácil por dos circunstancias: la primera y principal porque ese logro no depende exclusivamente de nosotros, obligados a ganar a la Juventus que llegará a Sevilla con la vista puesta en la primera plaza, sino también de que Jesús Navas y los suyos no caigan derrotados en Manchester ante nuestros rivales de hoy, en la última jornada.
Y si no fuera a ser así, ¿a cuento de qué vino ese penalti transformado por Banega en los minutos de la basura? El mismo que finalmente tendrá un valor de oro si tiene virtualidad el cuento de la lechera que les he contado en el anterior párrafo, ¿o es que alguien tiene dudas de que volveremos?
FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO
 
Borussia Mönchengladbach 4 - Sevilla FC 2
 
Borussia Mönchengladbach: Sommer, Korb, Christensen, Nordtveit, Wendt, Traoré (Drmic, m. 13), Dahoud (Schuzl, m. 78), Xhaka, Johnson (Elvedi, m. 86), Raffael y Stindl.
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Coke (Mariano, m. 81), Rami, Kolo, Tremoulinas; Krychowiak, Banega, Krohn-Dehli (Nzonzi, m. 63); Vitolo, Konoplyanka y Gameiro (Llorente, m. 75).
 
Goles: 1-0, m. 28: Stindl. 2-0, m. 67: Johnson. 3-0, m. 77: Raffael. 3-1, m. 81: Vitolo. 4-1, m. 81: Stindl. 4-2, m. 91: Banega (p).
 
Árbitro: El esloveno Damir Skomina. Amonestó a Dahoud, por los alemanes, a y Banega, por el Sevilla.

Incidencias: Partido correspondiente al quinto partido del Grupo D de la fase previa de la UEFA Champions League, disputado en el estadio Borussi-Park, ante 44.000 espectadores, medio millar de sevillistas entre ellos, en noche invernal, bajo cero. Terreno de juego en buenas condiciones.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

El “clásico” y la cuestión catalana



25/11/15. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal


“En un último, desesperado y reduccionista intento de apurar el análisis de la situación, los nacionalistas y los “anti” han vuelto a utilizar el fútbol como campo de batalla donde dilucidar la cuestión catalana”

“¿Quién ha separado más a los catalanes del resto de España? ¿Mas y sus secuaces, Aznar o Rajoy, el Madrid o el Barça, Jesús Álvarez o Manu Sánchez, los Manolos o García Ferreras…?”

“La victoria de la tropa culé sobre la cutre parentela de los héroes del 3 de mayo, ha robustecido las ansias independentistas de los catalanes más que a Pep Guardiola tras una merienda con Ada Colau y Pilar Rahola

El desafío secesionista escenificado -elijan ustedes- por una mayoría minoritaria o por una minoría mayoritaria del pueblo catalán, y personificada en sus legítimos representantes en el Parlament, ha vuelto a convertirse, tras el ínterin del terror parisiense, en ese incansable martillo pilón soportado durante toda una vida y, singularmente, padecido en los últimos tres años. Todo ello avivado y jaleado por un “ejecutivo” que ha llevado a la ruina, al caos, a la anarquía, al desgobierno, a toda una región, y que no ha sabido cultivar otra política que la del continuo desafío a la ley, empleando a modo de zanahoria su desatinada huida hacia adelante en su exasperado intento por apartar del primer plano los asuntos que verdaderamente importan a la sociedad catalana.

El asunto catalán vuelve a ser “la” noticia; así, con artículo determinado, femenino y singular. Pareciera de nuevo que en España no hay vida más allá de los Mas, Junquera, Romeva, Baños o Forcadell de turno. Conocemos al dedillo cada una de sus ocurrencias y somos capaces de ofrecer nuestra opinión dibujando, ora a brochazos gordos, ora con finos pinceles, desde nuestra más absoluta libertad, toda una gama de grises que van desde la absoluta conformidad o la completa discrepancia con lo que allí acontece.

En la búsqueda de responsables son muchos quienes los encuentran en la crisis económica o en la intolerancia de la clase política catalana, casi tantos como los que achacan la fuente de todos los males a la dejadez del gobierno central, a su escasez de mano izquierda, a su rígida muñeca en la búsqueda de puntos de encuentro con quienes -enrocados en posturas maximalistas- no ofrecen signo alguno de colaboración. Y, puede, que ni a unos ni a otros les falte alguna parte de razón.

En un último, desesperado y reduccionista intento de apurar el análisis de la situación, los nacionalistas y los “anti” han vuelto a utilizar el fútbol como campo de batalla donde dilucidar la “cuestión catalana”. Y, para ello, ¡qué mejor ocasión que aprovechar ese “clásico” con el que, indefectiblemente, nos bombardean a su antojo desde ambas trincheras, convirtiendo en “partido del siglo” lo que al menos son dos choques anuales!

Después pasa lo que pasa: el hecho de enmarcar en el plano futbolístico un asunto tan trascendental conlleva serios inconvenientes, por lo que resulta oportuno preguntarse, ¿quién ha separado más a los catalanes del resto de España? ¿Mas y sus secuaces, Aznar o Rajoy, el Madrid o el Barça, Jesús Álvarez o Manu Sánchez, los Manolos o García Ferreras…?

Son numerosas las ocasiones en las que, tras una estresante jornada laboral, usted, catalán, extremeño, madrileño, manchego, riojano o andaluz, habrá comenzado su almuerzo o saboreado los postres, “deleitándose” con los deportes de La 1, de Antena 3, de la Cuatro, de Tele 5 o de La Sexta.

Soportar sin narcóticos media docena de esas sesiones -sobresaltado, unas veces, por los centímetros cúbicos de más o de menos, o por la turbidez, de la última micción de Cristiano de Ronaldo; extasiado, otras, en la visión de Sara Carbonero acompañando a sus hijos a la guardería en Oporto, o deslumbrado, asiduamente, por el porte de Raúl y Mamen de copas por Gelsenkirchen- resulta pernicioso si no letal, al haberse cocinado cansinamente ese caldo de cultivo idóneo para que cualquier mortal del norte o del sur, del este o del oeste, catalán o murciano de Cartagena, haya suplicado a los cielos, en más de una ocasión, el advenimiento de una independencia tan bien ganada como merecida del centralismo madrileño, al menos de ese “polvo de estrellas” que todo lo inunda.

La entrada hasta el mismísimo corral del La Castellana, la victoria de la tropa culé sobre la cutre parentela de los héroes del 3 de mayo, ha robustecido las ansias independentistas de los catalanes más que a Pep Guardiola tras una merienda con Ada Colau y Pilar Rahola. Y ello sin necesidad de argüir proclamas añejas como la de “Espanya ens roba” cuando -eran otros tiempos- la culpa siempre era del Guruceta del pito.

Mezclar el fútbol con las cosas de comer tiene consecuencias ingratas. Si de Madrid dependiera la solución, aviados íbamos: Cataluña no solo sería independiente desde el pasado sábado a las ocho de la tarde, sino que se habría anexionado, al menos, hasta la ribera del Tajo, por el Sur, y alcanzado el Macizo Galaico-Leonés por el Oeste.

Menos mal que todavía pululan reductos de ancestrales tribus por la vieja piel de toro, como aquellas celtíberas asentadas en Balaídos o estas iberas que reinan en Nervión, únicas capaces, hoy por hoy, de plantar cara a los quincalleros de este enfrentamiento artificial, defensoras de la tradicional unidad y convertidas en germen de la revuelta popular contra los protervos opresores de lo que resta de la Hispania del XXI.

sábado, 21 de noviembre de 2015

2-0. Y en esto llegó Krychowiak... Para cargarse el chiringuito


Y menos mal que no ha sido Coke, ni Nzonzi, ni Kolo... No, ha resultado ser el jugador con mejores prestaciones, ídolo de casi todos, el que ha facilitado que dos de sus tres "asistencias" de cabeza acabaran en sendos goles realistas sobre la meta de Sergio Rico para acabar con el mejor partido sevillista como visitante en esta Liga.
Afirmar esto primero y mantenerlo después tras mirar al marcador, nos enfila directamente a la consulta del psiquiatra, pero como opinar es gratis, tal y como lo veo lo cuento. De las ocasiones de Iborra, Vitolo o Inmobile ya no se hablará a partir de hoy pero a Andreolli lo echaremos en falta.
Otro atraco más de la mano de Mateu Lahoz que pasará desapercibido para todo el mundo y, lo que es peor, para esos sevillistas-ventajistas que siguen al acecho, aprovechando cualquier circunstancia, para "salirse" con la suya: la tarjeta amarilla a Andreolli, el gol anulado a Inmobille, el pisotón de Iñigo a Iborra, las manos en propia área de Iñigo, las tarjetas no señaladas a Canales, la zancadilla en la salida sobre Vitolo... Circunstancias todas ellas sobre las que se correrá el infame y tupido velo al que nos tienen tan acostumbrados.
Esto es fútbol y el que juzgue esos instantes decisivos que deciden partidos como algo remediable necesita de urgente asistencia profesional.
Y menos mal que no ha sido Coke, ni Nzonzi, ni Kolo...
En el recuerdo.- Poco antes habías venido conmigo a La Bombonera por última vez. Hoy vuelvo a levantar mis ojos tratando de encontrarte en ese azul inmenso al que te marchaste, justo hoy, hace dos años; a ese tercer anillo que nunca podrá igualar el mejor de los palcos VIP, ese lugar desde el que has disfrutado de dos nuevos títulos europeos, uno por cada una de las temporadas que desde allí has contemplado, seguro que rodeado de muchos de los nuestros siempre en el recuerdo y convertido, sin lugar a dudas, en el gran animador del cotarro.
Descansa en paz, primo.
FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Real Sociedad CF 2 - Sevilla FC 0
 
Real Sociedad CF: Rulli; Elustondo (C. Martínez, m. 87), Mikel, Íñigo, Yuri; Illaramendi, Pardo; Xabi Prieto, Canales (Bergara, m. 79), Bruma (Oiarzabal, m. 63); Agirretxe.
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Rami, Andreolli (Kolo, m. 20), Tremoulinas; Krychowiak, Nzonzi; Reyes (Konoplyanka, m. 62), Iborra, Vitolo; e Immobile (Gameiro, m. 73).
 
Goles: 1-0, m. 72: Agirretxe. 2-0, m. 77: Xabi Prieto.
 
Árbitro: El lamentable valenciano Mateu Lahoz. Amonestó a Yuri y a  Illaramendi, por la Real, y a Andreolli, por el Sevilla.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 12ª jornada de Liga disputado en el estadio de Anoeta de San Sebastián ante 11.000 espectadores en tarde fría y lluviosa. Terreno de juego en buenas condiciones.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

¿Quién ha sido?



18/11/15. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal



“Ni un solo habitante del país vecino se ha hecho una pregunta parecida”

“Ningún hijo de l’ancienne ni de la nouvelle France, ha puesto en duda la legitimación de su gobierno para acabar con Daesh, con o sin OTAN, con o sin permiso de la Sociedad de Naciones”

“Mientras no pongamos en práctica la lógica de “matar antes de que nos maten” seguiremos recibiendo lecciones como las del pasado viernes”

¿Quién ha sido? Desempolven ahora la pregunta, el lacerante alarido, que -seguido del bufido de “asesinos” dirigido a los apoderados y votantes del PP- hizo su aparición en marzo de 2004, en vísperas de unas elecciones generales vistas hoy, con la necesaria perspectiva, como el punto de inflexión de una nación que, camino del primer plano en los foros de las decisiones mundiales, revirtió, truncada por nacionalismos y populismos, a su habitual y desalentador enclave.

Se insiste en que fueron las mentiras del gobierno las que dieron origen a la infernal pregunta, como si el hecho en sí, y en caso de certidumbre, fuera causa suficiente para justificar un atentando yihadista, para acabar, incluso, dando por bueno que la presencia de un barco hospital en el teatro de las operaciones fuera vengado con la muerte de 200 españoles entendida, si no disculpada, por -algunos- españoles.

El viernes se produjo en París el más grave atentado terrorista en suelo europeo tras el acontecido en Madrid y -hay que recordarlo- ni un solo habitante del país vecino se ha hecho una pregunta parecida, o al menos no en voz alta, con la virulencia y el cerote con la que se perpetró aquí, y no porque alguien en nombre de EI, al día siguiente, pregonara su autoría, sino porque los franceses demuestran tener claro que nunca, sea quien sea el responsable, van a desertar de sus ideales, de sus responsabilidades compartidas, culpando en exclusiva a su gobierno de todos los males.

Obligados por los principios de nuestra tradición judeo-cristiana, tras las grises y plomizas imágenes de la Ciudad de la Luz que venimos contemplado desde el último fin de semana, nos hemos vuelto a preguntar los ciudadanos occidentales -no solo los franceses- qué hemos hecho mal, en un desesperado intento de encontrar, desde la lógica, la causa de tan dantesco efecto. Y no hay respuestas culpabilizadoras, no puede haberlas; rebuscando en el cajón de las ignominias lo único que encontramos es grandeza: para acogerlos, para librarlos de la miseria y del horror y para integrarlos como propios en una sociedad en la que, todavía, demasiada gente no está dispuesta a integrarse.

Ningún hijo de l’ancienne ni de la nouvelle France, tras el estupor, ha puesto en duda la legitimación de su gobierno para acabar con Daesh, con o sin OTAN, con o sin permiso de la Sociedad de Naciones. Envueltos en el azul, blanco y rojo y cantando a coro La Marsellesa, a la salida del estadio, en la plaza de la República, en la Bastilla, o a las puertas del ya célebre Bataclan, los descendientes de la Ilustración han vuelto a darnos una lección de patriotismo, de unión y de grandeza ante el fanatismo y la sinrazón.

Y no, no puede ser lo mismo culpar a todas las religiones por igual, ni situar al mismo nivel el cristiano ofrecimiento de la otra mejilla con la coránica búsqueda de seis docenas de vírgenes a costa de la muerte de un solo infiel.

Proclamamos sin rechistar el “multiculturalismo”; se nos llena la boca de “alianzas de civilizaciones”, de noes a las guerras, de paces imposibles; amparamos sin dudarlo a los sujetos de una lucha tan cobarde como desigual; damos la bienvenida a miles de refugiados sin preguntarles su procedencia ni sus intenciones, incluso a esos que intentan dar jaque-mate a la Civilización Occidental, sin ser conscientes de que esas dos palabras pudieran no ser más que una suerte de pleonasmo. Hay que reconocer de una vez que Europa es lo que es gracias a la Civilización Judeo-Cristiana, seamos de comunión diaria o asistamos a las puertas de la iglesia con ocasión de la boda de un primo lejano, mientras nos fumamos el enésimo cigarrillo.

La yihad ha vuelto a golpear en el corazón de Europa horas después de que Obama anunciara que “el Estado Islámico está contenido”. Por la boca de nuestros políticos siguen fluyendo discursos grandilocuentes del tenor de “la democracia vencerá”, sin ser conscientes -o quizá sí, lo que es peor- de que nos venden como victorias lo que solo son concesiones de un sistema amoral que se aviene, se aclimata, se acomoda al ambiente de igual forma que ciertos insectos, el camaleón y otros reptiles, se camuflan entre el follaje, mostrando muy a las claras la volubilidad de una democracia capaz de jibarizar la moralidad a límites tan ignominiosos cromo grotescos.

Y si insistimos en buscar culpables en Europa y -también, en América, que es nuestra obra-  hay que encontrarlos en la manía de un Viejo Continente dispuesto a estirar su sistema de libertades abusando de una laxitud extrema que considera iguales en derecho a gente que nos odia y que va a continuar haciéndolo.

La victoria, si finalmente llega, lo hará de la mano de la firmeza, de la decisión, del aplomo, no de la democracia en sí misma; de los valores morales, no de los ideales decrépitos.

Todo está inventado y, mientras no pongamos en práctica la lógica de “matar antes de que nos maten” seguiremos recibiendo lecciones como las del pasado viernes. Es lo que dice el menos común de los sentidos, ése que todavía llaman sentido común.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

La sanidad real y la que nos venden



11/11/15. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal

 
Los servicios sanitarios andaluces continúan a la cola con respecto al resto de las comunidades autónomas

En este siglo de las comunicaciones y del conocimiento, ha vuelto a pasarse por alto en Andalucía el informe de -¿les suena?- la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) que anualmente da a conocer las cifras tocantes a la situación sanitaria del conjunto de las comunidades autónomas españolas.

Y como viene siendo costumbre, la sanidad pública andaluza, ésa que llegó a poner de ejemplo -¿qué hicimos para merecerla?- la ex ministra de Sanidad, Celia Villalobos, ha sufrido un nuevo bajonazo con respecto al pasado año, pasando de la sexta a la novena posición en cuanto a estándares de calidad y servicios sanitarios.

El sindicato de enfermería SATSE ha vuelto a hacer hincapié en ese hueco amplio agujero de ozono que se dibuja entre el gasto en Andalucía y la media nacional que se establece en 1.255 euros por habitante, y ello a pesar del incremento andaluz de los 24 euros per capita a sumar sobre el pasado año (980 euros). Lejos, muy lejos queda la absoluta desproporción con los 1.548 euros del País Vasco o los 1.467 de Navarra.

De igual modo, Andalucía ha vuelto a presentarse como la comunidad autónoma con menos camas por habitante (2,52 por cada 1.000), cifras muy alejadas de las 4,23 camas de Cataluña.

En cuanto al personal de Enfermería, la ratio de profesionales en Atención Especializada -de nuevo vicecolista- ha vuelto a descender, pasando de 2,75 a 2,61 por cada 1.000 habitantes, a años luz de Navarra (4,24). Lo mismo puede decirse con la ratio de profesionales de Enfermería en Atención Primaria (0,61 por cada 1.000 habitantes).

Hasta aquí los datos, tan fríos como irrebatibles. Otra cosa bien distinta es el bombardeo al que nos somete la maquinaria del Régimen, bien a través de la Oficina del Portavoz , bien a través Canal Sur, valga la redundancia.

Toda la acción en materia sanitaria que llega a los andaluces lo hace de la mano de la propaganda y/o de anuncios empleando verbos conjugados en futuro (im)perfecto, sin olvidar promesas, al modo chavesiano de “habitaciones individuales”, cuyos cumplimientos, necesariamente, solo pueden valorarse más adelante:



















¿Se cumplirá alguna? Y si no, ¡qué más da!

lunes, 9 de noviembre de 2015

3-2. Cosas de Grande. ¡Chitón, incrédulos!

Ya había llovido bastante en las dos últimas comparecencias, la liguera en Villarreal y la europea ante el City. No obstante los negros nubarrones se volvían a ceñir esta tarde-noche sobre Nervión en busca de esa “tormenta perfecta” que diera definitivamente al traste con un diseño de club que esta temporada cumple dos lustros de Gloria casi continua.

Algunos propios y muchos extraños se frotaban las manos con denuedo, los primeros para hacer valer su engreimiento de supremacía en “conocimientos futbolísticos”, los segundos por algo tan natural como la aversión mezclada con los celos. 

Y en eso llegó el Sevilla, el equipo por el que nadie daba un duro cuando Sergio Ramos, a los 22 minutos, en acrobático remate, lesión incluida, adelantó a los madrileños. La Bombonera, con la “histórica” grada de animación a la cabeza, enmudeció y lo hizo por muchos minutos, tantos como los que van desde entonces a la media hora del segundo tiempo cuando Banega, tras eslalon de Konoplyanka, puso por delante a los de Unai Emery. Ni el gol del empate, obra de un Immobile enardecido en el 35, había servido para levantar los ánimos de unos incondicionales extrañamente adormecidos y que solo dieron la talla cuando los profesionales sevillistas se la pusieron como -dicen- se la ponían a Fernando VII.

Salió el Grande del Sur de España con la lección bien aprendida: jugar alegremente contra el Real de Madrid era un suicidio. La entrega del balón a los forasteros generó las primeras críticas de los “genios” de este asunto; sin embargo el dominio del esférico solo le generó al Madrid un espectacular tiro de Nacho al poste derecho de la portería de Rico, una llegada de Ronaldo al que le birló el esférico Mariano en el último instante y el citado gol del camero en una desaplicación de libro -¿dónde estaba Immobile?- a balón parado, en un saque de esquina.

Pese a la desventaja el Sevilla siguió en sus trece: ¿no querías el balón?, ¡pues dos tazas! Y, justo cuando los que tanto saben comenzaban el clamor, llegaba el gol del italiano, también en jugada de estrategia: corner lanzado por Konoplyanka, la parábola cruza el área pequeña de Casilla sin que nadie acierte a tocar el esférico y, en el segundo palo, casi sin ángulo, la caza “il artigliere”.

Y “vuelta a las andadas”, así hasta mediada la segunda parte, con un Sevilla empeñado en darle el dominio del esférico a su contrincante, momento que aprovecha Fernando Llorente, ahora sí, para hacer valer el tercero de sus tantos como sevillista, al rematar perfectamente de cabeza un centro de Mariano tras otro jugadón del ucraniano.

Ahora sí, ahora si tocaba disfrutar a los “genios” y a los que no lo son del fútbol hecho arte y filigrana de un Sevilla que acabó burreando a un Real de Madrid, líder e imbatido hasta hoy, extrañamente entregado, acobardado, encogido y atemorizado, al que se le hizo eterno los inmortales olés que Nervión dedicó al entrelazado fútbol de los suyos.

Pero tranquilos, que ya habrá quien se acuerde de Monchi. Cosa de genios...

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Sevilla FC 3 - Real Madrid CF 2
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Rami, Andreolli (Kolo, m. 78), Tremoulinas; Krychowiak, Nzonzi; Vitolo, Banega (Krohn-Dehli, m. 32), Konoplyanka; e Immobile (Llorente, m. 69).
 
Real Madrid CF: Casilla; Danilo, Ramos (Varane, m. 31), Pepe, Nacho; Kroos (Jesé, m. 32), Casemiro, Modric; Isco (James, m. 63), Cristiano y Bale.
 
Goles: 0-1, m. 22: Ramos. 1-1, m. 35: Immobile. 2-1, m. 61: Banega. 3-1, m. 75: Llorente. 3-2, m. 92: James.
 
Árbitro: El castellano-leonés González González. Mostró cartulina amarilla a Immobile, por el Sevilla, y a Nacho, por el Madrid.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 11ª jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con 43.000 espectadores en tarde-noche de agradable temperatura. Terreno de juego en perfectas condiciones.

viernes, 6 de noviembre de 2015

El vídeo invisible. Solo aquí




Ya quedó clara nuestra opinión tras el baño de fútbol que recibimos el pasado miércoles en la Champions League a manos del Manchester City.

Pero ese sopapo de realidad en modo alguno puede obviar los momentos (al menos cuatro) en que el reglamento estuvo del lado del Sevilla FC sin que el quinteto noruego de silbato y banderines así lo apreciara:

A los 10 minutos de partido llegó el segundo gol de los ingleses en una jugada que se genera tras empujón a Coke en la línea del graderío de Fondo de La Bombonera. En el 23 se produce un claro penalti por nítidas manos de Sagna tras centro de Konoplyanka; en el 28, cuando Iborra se disponía a rematar, tras parada del cancerbero a un remate de cabeza de Krychoviak, es trabado por detrás por el propio Sagna a un metro del poste izquierdo, lo que, además, hubiese conllevado su expulsión por roja directa y, finalmente, en el añadido del 45, justo antes del descanso, el polaco es derribado por detrás dentro del área por Fernandinho (foto de arriba), que a esas alturas ya había sido sancionado con tarjeta amarilla. En este video de menos de dos minutos se muestran todas las acciones.

En una lamentable temporada, hasta el momento, en lo que a juego y resultados se refiere, tampoco puede obviarse que la labor arbitral no está acompañando. No se trata de excusas. Quedó clara y patente la superioridad, pero tampoco ha de ocultarse lo que pasó sobre el terreno de juego. No esperemos que Canal Sur, la "nuestra", Tele 5 o Antena 3 lleven a sus portadas estas imágenes. Solo ABC así lo apreció y justo es reconocerlo.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Al albur del 155



04/11/15. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal
 

“¿En el momento actual, convocadas Elecciones Generales para el próximo 20 de diciembre, puede aplicar el Gobierno el artículo 155 de la Constitución?”

Descontextualizando, el órdago soberanista catalán pareciera haber situado a la sociedad española en las cuatro esquinas de un cuadrilátero: los amigos del “laissez faire, laissez passer” en un rincón y, en el opuesto, los que -¡a mí la legión!- apuestan por la intervención militar como solución de todos los males. En los otros vértices, los defensores del diálogo y del derecho a decidir y los que -valga el símil- cruzando La Diagonal, exigen la aplicación inmediata del artículo 155 de la Constitución. En el centro del ring los independentistas, decididos a romper unilateralmente la unidad de España, por su cuenta y a nuestro riesgo.

Ya tuvimos ocasión de analizar cómo, disparatada e insensatamente, y sin haberse efectuado el mínimo análisis previo, los gurús de la opinión publicada y de la práctica totalidad de la oposición, a la cabeza el PSOE -siempre la PSOE-, mostraron su predisposición a criticar la quinta vía, puesta en liza por el Gobierno a través de la reciente reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, norma que, como trataré de explicar, se presenta como la más favorable y menos traumática para afrontar en el actual momento el enésimo conflicto catalán iniciado por una minoría despreciable que ya nos repele casi tanto como nosotros a ellos.

Bajo la luz de los focos y sobre la lona se distinguen nítidamente los rostros de los contendientes: a la derecha, los de la ídem extrema, refocilados y en perfecta armonía con los de la izquierda leninista, adalides ambos ora de la declaración del estado de guerra al estilo Lerroux del treintaitrés, ora del Comité Nacional Revolucionario al modo Largo Caballero del treintaicuatro. Enfrente, los abanderados del nunca pasa nada, del pasotismo absoluto, los dueños de holgados gañotes capaces de engullir carros y carretas sin inmutarse y sin precisar siquiera un sorbito de sal de fruta. Menos contundentes, pero igual de enfrentados, los que muestran sin disimulo su disposición a saltarse la ley en su desesperado intento de constreñir el derecho de decisión universal a solo una parte de los sujetos soberanos, y, al otro lado, los que ven suficiente y proporcionada la intervención de la autonomía.

Desechando las medidas que se mencionan al principio, la primera por desproporcionada, de momento; la segunda por inútil y la tercera por ilegal, resta la última, cuyas posibilidades de aplicación, o no, en el momento actual, trataremos de analizar brevemente.

El artículo 155 de nuestra Constitución bebió en las fuentes de la vía coactiva federal que se recoge en el artículo 37 de la Ley Fundamental de Bonn de 1949, para, mutilada y con alguna prótesis, acabar convertida en una descafeinada traslación de sus postulados:


Solo los complejos de la Transición hicieron posible plasmar en nuestra Carta Magna una maléfica trascripción de la norma alemana, incorporando al texto lo fundamental pero retocándolo hasta desfigurar su esencia -consistente en el absoluto poder de decisión de las instituciones federales y, sobretodo, en su inmediatez- lo que le hace difícilmente aplicable en el caso español, sobretodo en momentos de interinidad como los actuales.


Del lado positivo de nuestra Constitución resalta sin duda la adición, el ribete, que permite adoptar medidas coercitivas al Gobierno no solo cuando se haya producido un incumplimiento de  la ley, sino también cuando se produzca por una Comunidad Autónoma una actuación que “atente gravemente contra el interés general”. A partir de ahí, el calco de la norma germana deriva en auténtica perversión, pues nuestros constitucionalistas -previamente a la adopción de medidas, y revistiéndolo de una aparente prudencia garantista, cuando lo que realmente subyace es un fétido olor a gallinaza- estipularon el requerimiento, primero, al presidente de la autonomía y, solo en caso de inatención, y antes de cualquier actuación, la previa obligación del Gobierno de obtener el correspondiente permiso del Senado que, además, habrá de concederlo por mayoría absoluta. Mientras, la Ley Fundamental de Bonn pasa olímpicamente del previo requerimiento al presidente y solo precisa, para la adopción de las medidas que considere necesarias, la aprobación por mayoría simple de la Cámara Alta, del Bundesrat.

Con la letra de la ley en la mano, toca preguntarse por tanto, ¿en el momento actual, convocadas Elecciones Generales para el próximo 20 de diciembre, puede aplicar el Gobierno el artículo 155 de la Constitución?

Parece claro que si el desafío llegase de un Land, naturalmente que la señora Merkel aplicaría su afín artículo 37. En España, en principio, forzando al máximo el precepto constitucional, podría estimarse que también, pues el Gobierno de Rajoy, contrariamente a lo que algunos analistas todavía pregonan, no está en funciones y, asimismo, podría entenderse que la requerida mayoría absoluta del Senado puede obtenerse de su Diputación Permanente. Sin embargo, aquí, la situación la hemos enredado todavía más y la batalla jurídica, si ya no lo está, se suscitará con virulencia, llegado el caso, para desentrañar si el artículo 155 es, o no, directamente aplicable, sobre todo cuando el propio Reglamento del Senado ha establecido un enmarañado procedimiento que, de aplicarse con todos sus plazos, requisitos y perejiles, no solo Cataluña habrá accedido por entonces a la independencia sino que, con total seguridad, Cartagena sería solo un eslabón de la inagotable cadena cantonalista del XXI que se nos vendría encima. Lean si no:


Es por ello que ahora reluce con más fuerza la -criticada por casi todos- decisión del Gobierno de modificar la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, un instrumento que permitirá que sus sentencias y resoluciones no queden en el limbo jurídico, sobre todo en el ínterin que regirá entre la madrugada del 21 de diciembre y la formación del nuevo gobierno, pues el ejecutivo sí que estará entonces en funciones.

No cabe duda que, unos más que otros, los diferentes y singulares pesos que ostentan los cuatro púgiles a los que al principio hacía referencia -desde el “pesado” al “minimosca”, pasando por el “gallo” o el “welter”- suponen una seria amenaza para el ridículo “paja” catalanista que, merced a su permanente fraude de ley, tan desafiante como osado e imprudente, se permite mirar de reojo a los cuatro rincones sabedor de que, cuando reciba un golpe que le hunda el pómulo, seguirá poniendo en práctica su victimismo, sin advertir que quien, finalmente, le machará el hígado será un peso “pluma” que ha sido capaz de trasladar al Boletín Oficial del Estado, en tiempo record, negro sobre blanco, soportando la equidistancia y desconfianza de casi todos, una ley que, en caso de un mayor desvarío nada descartable, dará la victoria parcial a los puntos al Estado de Derecho a la espera del KO definitivo que ha de producirse, necesariamente, en la próxima legislatura si los principales partidos llevan a la práctica el frente común que demanda ya sin demora la sociedad española.

1-3. Sevilla-City. No comment!


“Yo no mandé a mis naves a luchar contra los elementos... ” ¡Y qué elementos!

Bofetada de realidad y un culpable, siempre en la eterna búsqueda de un culpable, aunque el que te pinte la cara sea el mejor equipo que ha hollado el césped de Nervión en muchísimo tiempo.

Y a la hora de encontrarlo, no hay dudas: para eso está un entrenador antipático, huraño, circunspecto, que no traga con las ruedas de molino que le ofrecen cuatro destripaterrones, los mismos que, genios ellos, le dan masticadas la alineación y la táctica perfecta... siempre, claro está, después de cada partido.

Las diferencias hoy por hoy entre el líder de la Premier y un Sevilla que deambula en los medios de una clasificación conformada en su mayoría por mediocridades son brutales. Esta es la Champions por la que luchamos cada temporada, éstas sus plantillas, ésta su dimensión, éstas sus diferencias en millones de petrodólares y su consecuente puesta en escena.

Aún así son todavía muchos los que en permanente residencia en su Babia natal se empeñan en tapar sus artificiales vergüenzas en su desesperado intento de encontrar un único responsable al resultado de una batalla desigual, mientras otros dan -damos- por bueno un resultado “decoroso” para lo que pudo ser y no fue y las gracias eternas a la falta de puntería de los Touré, Sterling, Bony o Navas.

El espectáculo desplegado esta noche en el Sánchez Pizjuán en lo que ha aparentado ser un combate entre un peso pesado y un minimosca se ha visualizado fundamentalmente en tres apartados: potencia aparatosa, velocidad de crucero y calidad a raudales, por ese orden.

Con la boca abierta y deseando que el noruego pitara el final, la grada de La Bombonera, con una imagen histórica y desoladora de unos biris “calentitos” y calladitos, ha asistido impertérrita al baño de otra galaxia que nos ha llegado de las islas.

Eso es lo que hay y el que no quiera, o no pueda entenderlo, que acuda sin dudarlo a los magníficos profesionales que en cinco sesiones te bajan del burro del engreimiento.

¡Viva la Champions! ¡Qué espectáculo! ¡A disfrutarla!

Si Felipe II levantara la cabeza...

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO
 
Sevilla FC 1 - Manchester City 3
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Coke (Mariano, m. 55), Rami, Kolo, Tremoulinas; Krychowiak, Iborra (Krohn-Dehli, m. 46); Vitolo, Banega, Konoplyanka y Llorente (Immobile, m. 64).
 
Manchester City: Hart; Sagna, Kompany, Otamendi, Kolarov; Fernando, Fernandinho (Demichelis, m. 89); Jesús Navas, Yaya Touré, Sterling (De Bruyne, m. 72) y Bony (Delph, m. 86).
 
Goles: 0-1, m. 8: Sterling. 0-2, m. 10: Fernandinho. 1-2, m. 24: Tremoulinas. 1-3, m. 35: Bony.
 
Árbitro:
El noruego Svein Oddvar Moen. Mostró tarjeta amarilla a Krychowiak, por el Sevilla.

Incidencias: Partido correspondiente al cuarto partido del Grupo D de la fase previa de la UEFA Champions League, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con lleno absoluto, 43.000 espectadores, 3.000 de ellos ingleses, que disfrutaron como británicos, en noche de agradable temperatura. Terreno de juego en perfectas condiciones.