sábado, 25 de febrero de 2017

1-2. Descanso purificador


Rectificando, que es gerundio. Lo mismo que el sevillismo y los profesionales de la comunicación alaban las decisiones técnicas del descanso y que dieron paso a un segundo tiempo victorioso, no debe caer en saco roto que, para llegar a ello, previamente fue necesario un cúmulo de errores cometidos por los mismos responsables que, después, enderezaron el rumbo.

El doble cambio del descanso tuvo su importancia sobretodo por la incorporación de Iborra, un ejemplo de pundonor, casta y coraje, las mismas virtudes que, pese a los resultados forasteros, continúan echándose en falta este año en el vestuario. Los partidos de casa se solventan a base de pegada y calidad, pero como visitante a la aptitud (ya acreditada) hay que sumar la actitud que, en demasiadas ocasiones, brilla por su ausencia.

La remontada en terreno heliopolitano, tras tirar los primeros cuarenta y cinco minutos a la basura, ha de celebrarse lo justo y necesario. No siempre sopla el viento de cara y si los tres puntos han viajado finalmente al noreste de la ciudad -hay que ser conscientes de ello- solo ha sido debido a la enjundia del rival. Cualquiera de los equipos de arriba no hubieran dado la oportunidad de recomponer la situación, por lo que el corolario es nítido: las ventajas en el fútbol profesional están de más y casi siempre se pagan.

P.S.- Crónica tardía de un partido vivido en streaming desde el Castel Sant'Angelo, con Roma a los pies.

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO
 
Real Betis B. 1 - Sevilla FC 2
 
Real Betis B.: Adán; Piccini, Mandi, Pezzella, Tosca (Jonas, m. 74), Durmisi; Petros (Felipe, m. 88), Rubén Pardo, Dani Ceballos; Rubén Castro y Sanabria (Álex Alegría, m. 74).
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Sarabia (Ben Yedder, m. 46), Pareja, Rami, Mercado, Escudero; Nzonzi, Nasri; Franco Vázquez (Iborra, m. 46), Vitolo y Jovetic (Correa, m. 81).
 
Goles: 1-0, m. 36: Durmisi. 1-1, m. 56: Mercado. 1-2, m.75: Iborra.
 
Árbitro: El madrileño Del Cerro Grande. Mostró tarjeta amarilla a Tosca y Piccini, por el Betis, y a Nzonzi, Sarabia y Pareja, por el Sevilla.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 24ª jornada de Liga disputado en el estadio Benito Villamarín con 41.000 espectadores en sus gradas, la mayor entrada de la temporada. Terreno de juego en buenas condiciones.

jueves, 23 de febrero de 2017

Taxis: un derecho de pernada redivivo




23/02/17. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal


“¡A huevazo limpio o a machetazo infame! Son las formas en que el monopolio del transporte público, de la mano de Solidaridad del Taxi, viene aprovechándose del privilegio ancestral de admitir o denegar el acceso al aeródromo sevillano”


Aunque algunos estudiosos niegan su existencia, la historia parece haber asumido como real el “derecho de pernada”, entendido como el derecho de los señores a tomar a sus siervas el día de su casamiento con uno de sus vasallos. Contrariamente a lo que cualquier maldiciente pensara, la “institución” consuetudinaria no fue una invención de nuestros ibéricos señores feudales, sino que ya estaba vigente en la Germania Ulterior antes de la invasión romana: en latín vulgar fue conocido como Ius primae noctis, “derecho de la primera noche”; en inglés continúa usándose la expresión francesa Droit du seigneur, “derecho del señor”, aunque en tierras gabachas se prefiere utilizar la locución Droit de cuissage, con idéntico significado.

Para desconcierto de las masas en general y de la progresía en particular, resulta que fue Alfonso II quien estipuló por ley que “las siervas se encuentran fuera del derecho del señor” y, cinco siglos después, Alfonso X quien aprobara una multa de 500 sueldos y la privación de cargos a quien osara desflorar a la novia antes del casamiento.

¡A huevazo limpio o a machetazo infame! Son las formas en que el monopolio del transporte público, de la mano de Solidaridad del Taxi, viene aprovechándose del privilegio ancestral de admitir o denegar el acceso al aeródromo sevillano y, con ellos, subyugar el derecho al trabajo de la inmensa mayoría de los taxistas sevillanos, todo ello mientras los incapaces que están obligados a impedirlo se han venido mostrando como simples cómplices o consentidores.

Como siempre y para desventura de la ley, el alcalde de turno, sin entrar en demasiadas valoraciones, ha vuelto a tachar de puntuales las recientes, “inasumibles” e “inaceptables actuaciones” -actos vandálicos, es su nombre- que siguen perpetrándose. Desde Del Valle a Espadas, pasando por Becerril o Zoido, nunca regidor alguno ha respaldado la acción de los agentes de la Policía Local para poner fin a tamaño dislate en forma de delincuencia consentida.

Nunca tampoco -y justo es reconocerlo- nadie se mojó tanto como el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Sevilla, Javier Millán, quien ha acusado a Juan el de la vara de taparse los ojos ante los privilegiados: “El gobierno está volviendo a usar la práctica del trilerismo, intentando desviar la atención hacia el intrusismo y obviando los principales problemas, que son la violencia, las estafas y que todos los taxistas van a seguir sin poder trabajar libremente en el aeropuerto”.

Desde una óptica liberal todo exceso de regulación debiera desterrarse; sin embargo sigue sin tener explicación que, como mal menor, no se imponga por el gobierno municipal el turno rotatorio que, mediante sentencia, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía consideró como la solución más congruente.

Si los nobles del Medievo practicaban un derecho perverso sobre sus vasallas, la aristocracia del siglo XXI, encarnada en “solidarios dueños de vidas y haciendas 3.0”, continúa decidiendo, tirando de nepotismo esclavizante, el futuro laboral de miles de personas, con un agravante: y es que ocho siglos después ni está ni se espera un rey sabio de nombre Alfonso -por supuesto Juan tampoco- que paralice de una vez por todas el chantaje, la coacción y la violencia.

miércoles, 22 de febrero de 2017

2-1. Así, así, así se tira una ventaja



Y esperemos que solo sea eso, que la eliminatoria, tras su paso por las islas británicas, vuele camino de Sevilla en busca de unos cuartos que hoy ha estado a tiro, sobretodo en un primer tiempo donde pudo sentenciarse.

Mientras Correa pateaba de pena una pena máxima al inicio del choque, Vitolo y Rami, ya en el segundo tiempo, se encontraron con los palos. En medio, mucho dominio del esférico y dos goles espectaculares, de nuevo tirando de velocidad y dejando aparcado el antifútbol del toque y el retoque: Sarabia en el 25 culminaba de perfecto testarazo un centro desde la izquierda de Escudero y el propio Correa hacía el segundo tras asistencia perfecta de Jovetic. Una desaplicación de las que parece en el fútbol amateur está prohibida acercó a los ingleses en el marcador a falta de 17 minutos.

El ambientazo "champions" de hoy en La Bombonera duró hasta justo el tiempo que goleaba Vardy. Una afición a la altura de su historia acabó desangelada cuando comprobó finalmente que lo que era el alma de Nervión mostró a las claras que primero, y antes que el Sevilla FC, está su ombligo, su egoísmo despreciable y mal medido.

Así se la ponían a Fernando VII, y, como el monarca acostumbraba, entre todos hemos fallado una carambola "bola-bola", una carambola a huevo que hemos dejado pasar para mejor ocasión. El daño, ocurra lo que ocurra y no está dicha la última palabra, ya está hecho.

¡Los que renuncian a su sagrado mandamiento (animar al Sevilla, como siempre ha sido) solo merecen desprecio! ¡Y ahora más que nunca: Sevilla FC!

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO
 
Sevilla FC 2 - Leicester City FC 1
 
Sevilla FC: Rico, Mariano, Lenglet (Carriço, m. 54), Rami, Escudero, Nzonzi, Nasri, Sarabia, Correa (Iborra, m. 63), Vitolo y Jovetic.
 
Leicester City FC: Schmeichel, Simpson, Morgan, Huth, Fuchs, Albrighton (Amartey, m.88), Drinkwater, Ndidi, Musa (Gray, m. 57), Mahrez y Vardy.
 
Goles: 1-0, m. 25: Sarabia. 2-0, m. 62: Correa. 2-1, m. 73: Vardy.

Árbitro: El francés Clement Turpin. Amonestó a Escudero y Carriço.

Incidencias: Partido correspondiente a la ida de los octavos de final de la UEFA Champions League, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante 40.000 espectadores, tres millares de ellos seguidores británicos, en noche de agradable temperatura para la época. Terreno de juego en perfectas condiciones.

martes, 21 de febrero de 2017

¡Gordo!: Antiviolencia ha perdido el oremus


Con ocasión de la reiterada noticia de que un grupo de ultras sevillistas expuso en la grada de El Sadar una pancarta con la leyenda “Gordo”, mote de uno de los sevillanos detenidos como sospechosos de la violación en grupo que tuvo lugar los pasados Sanfermines, ya hubo ocasión en estas páginas de censurar lo fácil que vemos la mota en ojo ajeno mientras nos mostramos incapaces de ver la viga en el propio.

No pareciéndole bastante, según ha informado el Consejo Superior de Deportes (CSD), la Comisión Antiviolencia ha propuesto una sanción de 4.000 euros y prohibición de acceso a recintos deportivos durante doce meses, a la persona que colocó la pancarta, al considerar que el mensaje supone "un claro apoyo al aficionado que se encuentra actualmente en prisión preventiva por su presunta participación en una agresión sexual ocurrida en Pamplona en julio de 2016".

¡Han perdido el oremus! ¡Con qué facilidad se dispara contra unos mientras se guardan de apuntar a otros! Dando por bueno que la pancarta va dirigida en apoyo de uno de los investigados (que ya sería hilar fino), hay que continuar subrayando, al día de hoy, que los sospechosos aún no han sido condenados y que gozan -deberían gozar- de la presunción de inocencia que a todos nos ampara. Tiempo tendrán de purgar sus culpas, llegado el caso.


Dirán algunos que no son circunstancias extrapolables pero quiso la casualidad que el mismo día y a la misma hora dos expresidentes del Gobierno de España, en comparecencia pública y rodeados de buena gente, solicitaran la excarcelación del opositor venezolano Leopoldo López, condenado a 13 años de prisión, es cierto, por la -injusta- ley de un país sin rumbo. "Venezuela es una dictadura", se gritó en el acto, no sin razón, entre vítores al preso. Mientras resortes alocados del Estado sancionaban impunemente a un amigo o familiar de un preso de la cárcel de Pamplona que se había limitado a un apoyo simbólico, y sin más parafernalias, a alguien que está a la espera de juicio, aunque ya lo haya condenado la opinión pública de la manos de los Matías Prats, María Rey, De la Morena, Ferreras o su "conyuja".

sábado, 18 de febrero de 2017

2-0. Otra vez a contraestilo



Ya había transcurrido media hora del primer tiempo cuando Lenglet, harto ya de tan monótono tiquitaca, puso el balón en campo contrario para que un perfecto escalonamiento, Jovetic-Ben Yedder-Jovetic, acabara en la zurda de Sarabia y, con su gol, hiciera saltar los plomos del cortocircuito eibarrés.

El juego espeso del Sevilla tuvo un culpable: Mendilíbar. El técnico vasco había estudiado a la perfección a su rival. La presión ejercida en la zona de creación nervionense consiguió espesar a un equipo desconocido hoy en casa que, para colmo, no ganaba un solo balón por alto. En el primer tiempo solo Jovetic y Sarabia habían dado muestras de bien hacer. El resto nunca consiguió enjaretar tres pases seguidos.

Pese a lo inquietante del marcador, tras el descanso cambió la cara, sobretodo con la entrada de Kranevitter que, sustituyendo a un desaparecido Nasri, dio alas a Nzonzi que volvió a convertirse en el amo del centro del campo y con él llegaron una ristra de ocasiones desaprovechadas sobre la meta de Yoel.

Y tuvo que ser el gigante el que desoyera las órdenes del banquillo y copiara, ya en el alargue, la estrategia de la sorpresa y la velocidad: balonazo a la espalda de la defensa vasca -totalmente metida en campo contrario- para que Jovetic se plante, tras excelente eslalon, en el área rival, levante la cabeza y vea llegar a Vitolo para ponerle en bandeja un penalti en movimiento que no desaprovechó el canario.

¿Tan difícil es tirar de velocidad, esa virtud que tantos embrollos resuelve?

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Sevilla FC 2 - SD Eibar 0
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Mercado (Mariano, m. 46), Rami, Lenglet, Escudero; Sarabia, Nzonzi, Nasri (Kranevitter, m. 69), Franco Vázquez; Jovetic y Ben Yedder (Vitolo, m. 58).
 
SD Eibar: Yoel; Capa, Mauro dos Santos, Lejeune, Arbilla (Luna, m. 66); Fran Rico, Escalante; Pedro León, Adrián (Bebé, m. 66), Rubén Peña (Nano, m. 81); y Sergi Enrich.
 
Goles: 1-0, m. 30: Sarabia. 2-0, m. 91: Vitolo.
 
Árbitro: El catalán Álvarez Izquierdo. Mostró cartulina amarilla a Escudero y Mariano, por el Sevilla, y a Arbilla, Fran Rico y Capa, por los eibarreses.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 23ª jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con 35.000 espectadores en sus gradas en noche de buena temperatura para la época. Terreno de juego en perfectas condiciones.

jueves, 16 de febrero de 2017

Cazadores de nazis




16/02/17. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal

“Hace once años fallecía en Viena Simon Wiesenthal, el más famoso cazador de nazis”

“Un auténtico héroe, nada que ver con la pandilla de chichinabo de seguidores rayistas que el último día mercado invernal futbolístico impidió la cesión del Betis al Rayo Vallecano de un jugador ucraniano”

Un respeto para los que han dedicado y dedican su vida a perseguir a nazis de verdad. Y fuerza, mucha fuerza, a los que les sigue siendo imposible perseguir a sus verdugos, sencillamente porque el telón sigue siendo de acero


El pasado verano llegaba al sevillano aeropuerto de San Pablo, luciendo una camiseta con el escudo de su país y para incorporarse a su nuevo club, Roman Zozulya, un futbolista ucraniano que ha cometido el “tremendo error” de apoyar firmemente a su ejército frente a las milicias prorrusas y ser fiel partidario de que Donetsk y Lugansk no se anexionen a Rusia.

Hace once años fallecía en Viena Simon Wiesenthal, el más famoso cazador de nazis. Austriaco, de origen judío, dedicó los últimos 60 años de su vida a buscar por todo el mundo a los dirigentes nazis que habían huido de Alemania tras la guerra. Hasta 1.100 criminales de guerra llevó en ese tiempo ante los tribunales.

Un auténtico héroe, nada que ver con la pandilla de chichinabo de seguidores rayistas que el último día del mercado invernal futbolístico impidió la cesión del Betis al Rayo Vallecano del mencionado jugador ucraniano. Hablando en nombre no ya del grupo radical Bukaneros sino de la afición vallecana, docena y media de chusmetas acusaron al futbolista de nazi: pancartas, insultos y descalificaciones a su llegada frenaron la operación y el jugador hubo de regresar al Betis de Sevilla.

Si el mero adjetivo de nazi, y la consiguiente comparación, es ya un insulto a los luchadores contra las víctimas del holocausto, siendo su resultado inmediato imposibilitar el ejercicio del derecho al trabajo garantizado por el artículo 35 de nuestra Constitución, no lo es menos lo que ha venido después de la mano de acreditados representantes de la ultraizquierda, los mismos que, desde su fantaseada superioridad moral, no se han cortado a la hora de difundir sus aún más graves deseos:

El primero en aparecer en escena ha sido el rapero Pau Rivadulla, conocido como Pablo Hasél -ya condenado a dos años de prisión, que naturalmente no cumplió, por enaltecer el terrorismo de ETA, los Grapo, Terra Lliure o Al Qaeda-, quien no se cortó en comentar en su perfil de Twitter: "A la plantilla del Betis que defiende al nazi, si no fuera porque también morirían pilotos y azafatas, les desearía que su avión se estrellara". Puede observarse el escaso resultado que ha tenido el fallo del Tribunal Supremo que lo sentenció: “el discurso del odio no está protegido por la libertad de expresión ideológica”. Y es que, probablemente, las candorosas pretensiones del artículo 25 de nuestra carta magna (“las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”) sean solo eso: una utopía, una quimera imposible.


Pero no fue el único trotskista en retratarse: tras el apoyo de la plantilla bética a su compañero, el concejal podemita del ayuntamiento hispalense (y, ahí es nada, diputado provincial) Julián Moreno, no se privó de proclamar a los cuatro vientos tuiteros “Vaya asco que dan los jugadores del Betis y los directivos de La Liga apoyando al neonazi Zozulya…”. La disculpa posterior (“… Siempre defenderé el fútbol que promueve la solidaridad y rechaza cualquier tipo de violencia”) resulta aún más tragicómica y solo sirve para descubrir la patraña, la farsa que encierra el personaje.


Los acontecimientos no son sino una demostración más de que el denigrado fútbol es un fiel reflejo de la sociedad: si hay violencia en su seno es porque hay desafuero en la hente, si se da el insulto es porque se fomenta día a día en todos los ámbitos. ¿Qué más quiere el incapaz Consejo Superior de Deportes o la incompetente Liga de Fútbol Profesional, perseguidores implacables de masas de seguidores, para actuar contra los contados y conocidos elementos antisociales que se infiltran en las organizaciones para inocular el virus de la intolerancia?

¿Imaginan ustedes otro recibimiento del nuevo fichaje, en seguro loor de multitudes, si la prenda con la que se presentó en Sevilla hubiese llevado estampada la aclamada imagen de, por ejemplo, un facineroso como el Che o la de cualquier bandera al uso con una estrella de cinco puntas?

Un respeto -¡óiganlo estos cazanazis de la señorita pepis!- para los que han dedicado y dedican su vida a perseguir nazis de verdad. Y fuerza, mucha fuerza, a los que, implorando justicia para cien millones de almas masacradas durante un siglo siniestro que ahora se rememora, les sigue siendo imposible perseguir a sus verdugos, sencillamente porque el telón sigue siendo de acero.


P.S.- La Liga de Fútbol Profesional anuncia una querella por injurias y calumnias contra los seguidores rayistas que, hasta el momento, han podido identificarse. ¿Para qué? ¿Alguien duda que los tribunales ampararán sus prácticas en la “libertad de expresión”, como ya han tenido ocasión de manifestar con ocasión del juicio al concejal de Madrid que -humor negro, dicen- se mofó de una víctima del terrorismo (Irene Villa) y de las tres niñas asesinadas en Alcácer?

domingo, 12 de febrero de 2017

0-1. Gol en tres toques y victoria


A contra estilo, en contra de la filosofía pregonada por el tándem Sampaoli-Lillo, el Sevilla se ha vuelto a reencontrar con la victoria en el escenario más lejano de Nervión de la temporada liguera.

En un partido desesperadamente lento por parte de los 26 protagonistas, preciosista para algunos, el cántaro se rompió cuando Sergio Rico desoyó las elucubraciones del argentino y puso el esférico en la media cancha canaria donde Iborra peina de cabeza el balón y deja solo a Correa que, en la segunda ocasión que se le presentaba, acababa batiendo a Javi Varas por bajo en su desesperada salida.

Hasta entonces, 80 minutos de centrocuentismo parsimonioso con ocasiones por ambos lados: desacertados en los metros finales los delanteros sevillistas; inmaculado, por su parte, Sergio Rico que despejó con sobresaliente las presencias canarias en sus inmediaciones.

Sí, tres puntos para recuperar el aliento. Tres puntos para valorar la importancia de la velocidad y el abuso del toque en este bendito deporte.

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO
 
UD Las Palmas 0 - Sevilla FC 1
 
UD Las Palmas: Javi Varas; David Simón, Lemos, Aythami, Dani Castellano (Mateo García, m. 89); Montoro (Livaja, m. 80), Roque Mesa; Halilovic (Tana, m. 80), Jonathan Viera, Prince Boateng; y Jesé.
 
Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Mercado, Lenglet, Sarabia; Nzonzi (Iborra, m. 67), Kranevitter; Franco Vázquez (Jovetic, m. 76), Nasri, Vitolo; y Ben Yedder (Correa, m. 76).
 
Gol: 0-1, m. 79: Correa.
 
Árbitro: El vasco De Burgos Bengoetxea. Mostró tarjeta amarilla a Kranevitter, Sarabia, Iborra y Correa, por el Sevilla, y a Lemos y Roque Mesa, por los canarios.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 22ª jornada de Liga disputado en el estadio de Gran Canaria con 28.000 espectadores, la mayor entrada de la temporada. Terreno de juego en mejorables condiciones.

jueves, 9 de febrero de 2017

El timo de las 35 horas y otros cambalaches




09/02/17. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal


Si el Constitucional [¡atención a los plazos!] inadmitiera el recurso del Estado por defecto de forma, la medida continuará adelante en Andalucía y Rajoy, para evitar agravios, se vería obligado a derogar las 37 horas y media con carácter general

Si lo admite, conllevaría de forma automática la suspensión del Decreto Ley y -a tenor de los precedentes- su posterior anulación

Recurso providencial, por otra parte, que estapresidenta, ante la perentoria necesidad de descubrir un rostro al que culpar, ha implorado de tapadillo

Entre la espada de la guerra de Ferraz y la pared de las telarañas de su tesorería, solo puede salvarle -curiosidades del destino- un tal Mariano, el mismo que espera en la playa de  Panxón a que la omaíta levante el pulgar y facilite los presupuestos del Estado para 2017


En el último trimestre, hasta en tres ocasiones he tenido ocasión de referirme al chanchullo de las 35 horas puesto en liza por “Susana y sus Mariachis”. Y todo apunta a que hoy no será la última.

El 2 de junio pasado se anunció a bombo y platillo desde el palacio de San Telmo, en presencia de la presidente, la firma del acuerdo contra legem de la administración autonómica con los sindicatos CSIF, UGT y CCOO, cada cual erigiéndose en protagonista de la medida, momento en el que se daba el pitido inicial a un camino de engaños y fraudes aún no culminado. Ya en octubre se aprobaba el Decreto Ley 5/2016 por el que se regula la jornada de trabajo del personal empleado público de la Junta de Andalucía, publicado en el BOJA y en el BOE el día 19 y ratificado un mes después por el Parlamento de Andalucía, con la timorata abstención de PP y de Ciudadanos y el apoyo incondicional de PSOE, Podemos e IU.


¿Qué ha pasado desde entonces?

Por una parte, el gobierno central -respaldado por diversos pronunciamientos del Tribunal Constitucional- parece que se opone a la medida al tratarse de un asunto de su absoluta competencia; por otra, el ejecutivo andaluz -y así lo señala el decreto ley pese a las sentencias de su máximo intérprete- se considera, aún sabedor de su patraña, “competente para regular la jornada de su personal, en el ejercicio de las competencias exclusivas que le atribuye el Estatuto de Autonomía sobre planificación de su función pública y en materia de personal laboral”.

¿Está en vigor el decreto? Naturalmente, mientras no se recurra por el Gobierno del Estado. ¿Lo va a recurrir? Si hasta hace poco solo cabía la respuesta afirmativa, ahora se plantean mil dudas. ¿Ha vencido el plazo de recurso? Ésta es la madre del cordero: si el artículo 33.1 de la Ley Orgánica 2/1979 del Tribunal Constitucional continúa vigente (“el recurso de inconstitucionalidad se formulará dentro del plazo de tres meses a partir de la publicación de la Ley, disposición o acto con fuerza de Ley”), parece claro que el 19 de enero fue su término y que, desde entonces, más de 160.000 funcionarios y empleados públicos andaluces disfrutan sine díe de dos horas y media semanales más de ocio... a lo que habría que sumar la creación de 14.000 puestos de trabajo según anunciaron el día de la foto.

Pura filfa: no solo no cayó el maná en forma de empleo en Andalucía sino que la cifra de parados se ha disparado en enero en casi 10.000 personas. Tampoco deberían tirar las campanas al vuelo los transitoriamente beneficiados con una reducción de jornada que, salvo volteo inesperado de la situación, tiene los días contados, ¡o quizá no!, pues no hay ley sin su correspondiente trampa como se destapa a continuación.


El quid de la cuestión

El artículo 33.2 de la citada Ley Orgánica del Tribunal Constitucional prevé un plazo de nueve meses para la interposición del recurso cuando se den tres requisitos hasta ahora silenciados, casi llevados en secreto, por las partes:  a) Que se reúna la Comisión Bilateral de Cooperación entre la Administración General del Estado y la respectiva Comunidad Autónoma; b) Que en el seno de la mencionada Comisión Bilateral se haya adoptado un acuerdo sobre iniciación de negociaciones para resolver las discrepancias; y c) Que el acuerdo sea puesto en conocimiento del Tribunal Constitucional por los órganos anteriormente mencionados dentro de los tres meses siguientes a la publicación de la Ley.

El BOJA y el BOE del 27 de enero (39 días después de la dizque “reunión”) publicaron el “Acuerdo de 19 de diciembre -¡ojo!- de la Subcomisión de Seguimiento Normativo, Prevención y Solución de Controversias de la Comisión Bilateral de Cooperación Administración General del Estado-Comunidad Autónoma de Andalucía en relación con el Decreto-ley de la Junta de Andalucía 5/2016”. En el mismo se estipula, además de la comunicación al Tribunal Constitucional, el inicio de negociaciones para resolver las discrepancias y la designación de un grupo de trabajo para proponer soluciones…

Por el seguimiento regular de los medios de comunicación sabemos que la Comisión Bilateral nunca se ha reunido (al contrario de lo que sucedió con Castilla-La Mancha) y que su convocatoria viene posponiéndose desde el pasado diciembre. Sí conocemos, sin embargo, que se han reunido en subcomisión, que han ocultado la información al común de los mortales durante cuarenta días y que sus resultados los han dado a conocer en los boletines oficiales ocho días después del vencimiento del plazo de tres meses establecido en el artículo 33.1.

Asoman, pues, muchas -demasiadas- dudas: ¿Puede darse por válido el acuerdo de una subcomisión de seguimiento cuando la Ley Orgánica -salvo que la jurisprudencia haya hecho encaje de bolillos- exige la reunión –ni siquiera basta la convocatoria- de la Comisión Bilateral? ¿Sería válida la delegación en un órgano inferior no contemplado en la Ley Orgánica? ¿Inadmitirá el Constitucional, llegado el caso, el posible recurso por intemporal? ¿Estamos a las puertas de un cambalache?


Soluciones y posibles salidas al conflicto

1ª) Si, como queda apuntado -¿es lo que se busca?-, se inadmitiera el recurso del Estado por defecto de forma, la medida continuará adelante en Andalucía y Rajoy, para evitar agravios, se vería obligado a derogar las 37 horas y media con carácter general.

2ª) Si, por el contrario, el Constitucional lo admite (habría de presentarse en todo caso antes del 19 de julio), conllevaría de forma automática la suspensión del Decreto Ley y -a tenor de los precedentes- su posterior anulación; recurso providencial, por otra parte, que estapresidenta, ante la perentoria necesidad de descubrir un rostro al que culpar, no es que espere como agua de mayo, sino que viene implorando de tapadillo. La razón es evidente: por más cuentas que echa no le acaban de cuadrar y no sabe ya de donde sacar la pasta para, sin tocar la paralela, poner en práctica la engañosa, demagógica, celebrada y descerebrada medida.

Lo que se presumía por muchos es hoy por hoy reconocido por las mismas fuentes socialistas que no acaban de ver en la trianera el dechado de virtudes que esparce la propaganda. Entre la espada de la guerra de Ferraz y la pared de las telarañas de su tesorería, solo puede salvarle -curiosidades del destino- un tal Mariano, el mismo que espera en la playa de Panxón a que la omaíta levante el pulgar y facilite los presupuestos del Estado para 2017, a cambio de la derogación urbi et orbi de las 37 horas y media, con muchas posibilidades, además, de que ello lleve aparejada su derrota en la arena del coliseo socialista, donde dos gladiadores venidos a menos no solo se frotan las manos sino que se masajean los hombros mutuamente de cara a las “primarias”.

domingo, 5 de febrero de 2017

0-0. ¡Penalti y expulsión!

Minuto 1: derribo de Jovetic cuando se disponía a fusilar a Asenjo y Vicandi Garrido, perdón, Undiano Mallenco... salva los muebles: ni penalti ni expulsión. ¡Increíble creer en la presunción de inocencia de los jueces del pito!

La jugada que marcó el choque de la pasada jornada en la zona metropolitana de Barcelona volvió a convertirse en una isla en el desierto liguero. Aunque esta vez fue aun peor: sí, ni penalti ni expulsión en una jugada de pena máxima de libro con el consiguiente castigo.

La conciencia del trencilla pamplonica no debía andar muy inmaculada cuando en la reanudación, tras el descanso, señaló un inexistente penalti sobre Vitolo para que -nuestro gozo en un pozo- Nasri lo lanzara con una prestación tan insuficiente que hasta el propio Sergio Rico lo hubiera intuido e incluso parado.

Un dominio de la posesión apabullante, diez córneres a favor y ninguno en contra, el esférico siempre en las inmediaciones del área rival, no han sido suficientes para doblegar a un buen equipo. Los intentos sevillistas, magistralmente dirigidos por Nasri, acabaron haciendo destacar al protagonista absoluto del choque: un Sergio Asenjo que, con dos paradones imposibles, de categoría, en sendos remates de cabeza de Ben Yedder y -sobretodo- otro de Iborra, salvó a su equipo de una segura derrota.

Buen Sevilla sin embargo, al que solo la escasa velocidad en la ejecución de las transiciones y un rival aculado en tablas, no le han permitido obtener los merecidos tres puntos. Quizá un punto más de intensidad, sobretodo fuera de casa, es lo que echa en falta este Sevilla que goza jugando al fútbol.

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Sevilla FC 0 - Villarreal CF 0
 
Sevilla FC: Sevilla FC: Sergio Rico; Mercado, Lenglet, Rami, Mariano (Sarabia ,m. 61); Nzonzi, Franco Vázquez (Iborra, m. 75), Vitolo, Nasri; Jovetic (Vietto, m. 70) y Ben Yedder.
 
Villarreal CF: Villarreal CF: Asenjo; Mario, Bonera, Víctor Ruiz, José Ángel; Bruno, Rodri; Dos Santos, Trigueros (Rukavina, m. 88), Castillejo (Cheryshev, m. 65); y Adrián (Bakambú, m. 70).
 
Árbitro: El navarro Undiano Mallenco. Amonestó a Nasri y Mercado, por el Sevilla, y a Bruno y a Mario, por los levantinos. Dejó sin señalar un claro penalti en el área forastera, con la consecuente expulsión, en el minuto 1. Quiso arreglarlo señalando un penalti inexistente en el minuto 5 del segundo tiempo que desaprovechó Nasri.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la 21ª jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con 38.000 espectadores en sus gradas en mediodía agradable. Terreno de juego en perfectas condiciones.

viernes, 3 de febrero de 2017

Biri Biri más presente que nunca


La imagen del gambiano en cada rincón del estadio

El compromiso de Gol Norte solo es llevar en volandas a los nuestros

El Sevilla FC sorprendió a última hora de ayer a sus aficionados con un comunicado en el que manifestaba que la Comisión Estatal contra la Violencia, en el ejercicio de las competencias que le corresponden por delegación del Consejo Superior de Deportes y del Ministerio del Interior, “ha puesto en conocimiento del club que el Grupo Biris, o Biris Norte, ha protagonizado el suficiente número de incidentes violentos y desordenes públicos como para merecer la calificación de violento”, motivo por el que el club ha decidido “no permitir el acceso al Ramón Sánchez-Pizjuán de ninguna pancarta, bandera, o cualquier otro elemento de animación, que contenga, total o parcialmente, la terminología de “BIRIS” o “BIRIS NORTE”, sus siglas o sus símbolos identificativos”.
 
Parece claro que todo viene del ya famoso y lamentable suceso de la “Taberna El Papelón” del 22 de noviembre pasado, y del que -todo apunta- la policía y la justicia tienen indicios sobrados de que en el mismo participaron un determinado número de aficionados -y ya exabonados- del Sevilla FC con carnet de Gol Norte, los mismos que vienen haciendo un daño irreparable a la imagen del club.
 
Hechos igual de graves ocurrieron el pasado sábado en Barcelona sin que la trascendencia en los medios de comunicación haya sido la misma. Tampoco, la intervención de las autoridades ha alcanzado las cotas que se dieron en el asunto indicado, por no mencionar el archivo sin castigo del asesinato de una seguidor deportivista a manos de miembros del “Frente Atlético” que, para colmo, exhibían sus enseñas el pasado domingo en Vitoria sin persecución aparente.
 
Decía textualmente el pasado martes el diario El Demócrata Liberal: “¿Es que los improperios a una ciudad hermana, o a un club del barrio cercano, por parte de un grupo de descerebrados, no tienen idéntica respuesta en los majaretas de “la otra acera”? ¿Es que los macabros cánticos hacia un deportista tristemente fallecido han desaparecido de las inmediaciones del Manzanares? ¿Es que los tiernos calificativos (“yonkis y gitanos”) que continúan escuchándose en las cercanías de La Castellana son un alegato en contra de la violencia, el racismo, la xenofobia o la intolerancia? Todavía peor: ¿Es que cerca de El Bocho o de La Concha no continúan siendo habituales las prédicas y la exhibición de símbolos proetarras? ¿Es que los insultos e improperios al himno nacional o los cánticos de “independencia” que se escuchan un día sí y otro también en las cercanías de La Diagonal los días de partido, entre el ondear de banderas alegales, están amparados -como afirman sus defensores- en la libertad de expresión y no suponen una ofensa a toda una nación, además de un ataque directo a las leyes que nos rigen?”.
 
Con esta medida, el Estado lo que hace es solicitar a los responsables del club que desvinculen a la entidad de siniestros personajes, lo cual es tan natural como saludable. Y por supuesto, en ese sentido, hay que respaldar las medidas del consejo de administración. Lo que no puede pretender Antiviolencia es que el Sevilla FC y el sevillismo en su conjunto se desvinculen no ya de un icono de su historia como fue Alhaji Momodo Njle (Biri Biri), el gambiano ídolo de toda una afición, sino también de las emociones que se han gestado en esa grada alrededor de su icono desde hace más de cuarenta años. Biri es una leyenda, un símbolo que no pertenece a grupo alguno, pertenece a todos y Antiviolencia se equivoca matando moscas a cañonazos al pretender expropiar los sentimientos a toda una afición. 
 
Pero el error, sin duda, llega también de la mano del doble rasero mediático y gubernamental a la hora de enjuiciar los comportamientos incívicos de los seguidores dependiendo del sitio y lugar donde se produzcan y, también de la aparente pasividad del club a la hora de denunciar los acontecimientos similares que se producen en otros estadios. Y es que, llegado el momento, no basta con elevar las quejas y denuncias pertinentes ante los organismos oportunos si los directamente agraviados desconocen esos movimientos.
 
La advertencia unidireccional de la Comisión Antiviolencia es muy seria: El Sevilla FC, es decir todos nosotros, seremos sancionados gravemente si se permite el acceso al estadio de pancartas, banderas, o elementos de animación que contengan el término “BIRIS” o “BIRIS NORTE”, el único grupo de seguidores de España que tiene por enseña a un negrito de Gambia... para que, encima, se les tache de xenófobo.
 
Y ahí debe estar la respuesta de la afición sevillista: A título individual pueden usarse las camisetas y símbolos que cada cual considere adecuado pero lo tenemos bien fácil: bastará con que, a partir del próximo partido y cada día en aumento, esté presente en cada rincón del estadio la imagen de Biri Biri, el hombre que inspiró la peña más emblemática del fútbol español y por la que han pasado la inmensa mayoría de los sevillistas de hoy y de siempre. Si la orden es tan irracional como que no puede exponerse la grafía BIRIS, una imagen valdrá más que mil palabras y miles de fotos del gambiano valdrán más que millones de palabras.
 
Todo ello no obstará para que se reprenda con la mayor de las energías la actitud de los cuatro o cuarenta energúmenos violentos que aún pueblan las gradas de Gol Norte. ¡No deben tener cabida, no tienen cabida en Nervión! Y las gentes sanas de ese sector, la inmensa mayoría, tienen la responsabilidad de que así sea. Pero tienen un compromiso aún mayor echado en falta desde hace ya demasiado tiempo: animar y llevar en volandas a “los nuestros”, el único objetivo pretendido desde su nacimiento allá por 1975. Una ilusionante meta está cercana y nada ni nadie debe desviarnos el punto de mira.
 
P.D.- Quien tenga que pagar que cargue con sus culpas. Hoy los estadios disponen de medios para individualizar conductas y, por tanto, no se puede sancionar a toda una afición, porque esas medidas, al no ser proporcionales, son injustas y generan, con toda seguridad, el efecto contrario. Mientras tanto: ¡IMPRIMAMOS LA FOTO DE PORTADA EN TAMAÑO A3 Y MOSTRÉMOSLA DESDE NUESTRA LOCALIDAD!

miércoles, 1 de febrero de 2017

Fútbol sin insultos: ¡Ora pro nobis!




01/02/17. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal

“El fútbol, como la política, igual que la vida misma, desata pasiones, comportamientos muchas veces irracionales, y el efecto inmediato es el recurso a la descalificación”

“La justicia deja de serlo cuando se castiga a voleo, cuando se sanciona en masa, cuando antes que individualizar a los responsables se hace caer todo el peso de la ley sobre un conjunto indiscriminado de personas”

“Posiblemente nos falte ese punto de instrucción y exquisitez del que gozan los justicieros del balón de cuero, esos jueces imparciales que presumen de fino oído en el sur y se olvidan el sonotone de Despeñaperros para arriba”


A los asiduos de este diario les extrañará -aquí y ahora- una referencia al fútbol. No es el caso: hablamos de ominosos dobles raseros, de la perversión de la justicia a la que tampoco es ajena este deporte, como tendremos ocasión de comprobar.

Hace unos días el Sevilla FC recibió una propuesta de sanción por parte del Comité de Competición en cuyo expediente se solicita el cierre parcial por un partido de una grada de su estadio, el Ramón Sánchez Pizjuán, al parecer último reducto de la injuria del balompié nacional. En esta ocasión, los improperios, que merecen la mayor de las repulsas, se produjeron durante el partido entre el Sevilla y el Málaga de la 16ª jornada de Liga.

Como mero aficionado me niego a aceptar que las gradas del resto de estadios españoles estén abarrotadas de monjes benedictinos y de misioneras agustinas. Es más, como viajero cotidiano y observador habitual de este mundillo por los confines de España y de la vieja Europa, puedo confirmarlo: el fútbol, como la política, igual que la vida misma, desata pasiones, comportamientos muchas veces irracionales, y el efecto inmediato es el recurso a la descalificación. Para nuestra desgracia, como conjunto organizado de seres humanos en la búsqueda permanente de la felicidad, el insulto y la difamación -igual que la alabanza y la fraternidad, en extravagante cóctel- forman parte de nuestras vidas.

Sin embargo, impartir justicia sancionando por conductas incívicas a los ocupantes de un sector, de una grada o de un estadio al completo, arrastra consigo un castigo arbitrario y desproporcionado, un inaceptable pago de “justos por pecadores” que deja traslucir el mugriento embeleco de una justicia de chichinabo. La justicia deja de serlo cuando se castiga a voleo, cuando se sanciona en masa, cuando antes que individualizar a los responsables -como hoy es posible gracias a los medios técnicos implantados en los estadios- se hace caer todo el peso de la ley sobre un conjunto indiscriminado de personas, algunas de las cuales cometieron el error de estar en el lugar inapropiado en el momento más inoportuno.

¿Es que los improperios a una ciudad hermana, o a un club del barrio cercano, por parte de un grupo de descerebrados, no tienen idéntica respuesta en los majaretas de “la otra acera”? ¿Es que los macabros cánticos hacia un deportista tristemente fallecido han desaparecido de las inmediaciones del Manzanares? ¿Es que los tiernos calificativos (“yonkis y gitanos”) que continúan escuchándose en las cercanías de La Castellana son un alegato en contra de la violencia, el racismo, la xenofobia o la intolerancia? Todavía peor: ¿Es que cerca de El Bocho o de La Concha no continúan siendo habituales las prédicas y la exhibición de símbolos proetarras? ¿Es que los insultos e improperios al himno nacional o los cánticos de “independencia” que se escuchan un día sí y otro también en las cercanías de La Diagonal los días de partido, entre el ondear de banderas alegales, están amparados -como afirman sus defensores- en la libertad de expresión y no suponen una ofensa a toda una nación, además de un ataque directo a las leyes que nos rigen?

Cierto es que, desacertada e históricamente, los asistentes a los estadios se han creído en poder de todos los derechos habidos y por haber porque “para eso pago mi entrada”, sin reparar en que cuando, por ejemplo, esas mismas personas, asisten a un espectáculo insulso de teatro ni se les ocurre levantar la voz, como si en esta ocasión el ticket fuera de gañote.

El mundo avanza y siempre han de ser bienvenidas las medidas educacionales en pos de una sociedad más tolerante y transigente. Quizá los mortales que seguimos acudiendo a las gradas con un bocadillo de chopepó envuelto en papel de aluminio (para que lo manosee el segurata de turno) y una botella de agua sin tapón (prohibido el alcohol en los recintos deportivos), estemos, en materia de educación, a distancias siderales de los ocupantes de esos palcos vips convertidos en refectorios (¡ora pro nobis!) del buen jamón y del mejor ribera del duero. Posiblemente, también, nos falte ese punto de instrucción y exquisitez del que gozan los justicieros del balón de cuero, esos jueces imparciales que presumen de fino oído en el sur y se olvidan el sonotone de Despeñaperros para arriba.