miércoles, 5 de octubre de 2016

¡… Y tó pa ná!




05/10/16. Mi colaboración de ayer en El Demócrata Liberal


“El demagógico discurso de Pdr Snchz, centrado en la batalla entre partidarios y antagonistas de la abstención ante la investidura de Rajoy, se ha dado de bruces con la nada”

“El sábado tocó a su fin un peligro para la democracia encarnado en Pedronono quien ya habría acordado un gobierno de retales con podemitas y nacionalistas”

“Salvador de Madariaga, en 1941, en  la versión ampliada de su obra España, ensayo de historia contemporánea, sostuvo que el estallido de la Guerra Civil se hizo inevitable tras la guerra civil en el seno del PSOE”

“Sin una idea buena para el futuro de España ni de Andalucía, desde la atALAYA de San Telmo con la lira entre sus manos, la beneficiaria gimotea contemplando el incendio por ella misma provocado”


El 31 de octubre está a la vuelta de la esquina y todo apunta a que llegará sin que se haya convocado nueva sesión de investidura, dando paso a unas terceras elecciones con ciertas posibilidades de convertirse en preámbulo de las cuartas...

Todo un mes por delante para que se patentice lo evidente: que la guerra larvada en el PSOE y manifestada en toda su crudeza la pasada semana, no ha sido, como ahora nos quieren vender los propios “partisanos”, la consecuencia de una tormenta de ideas enfrentadas en un “partido vivo”, del debate entre polos opuestos con “sensibilidades distintas”, sino el resultado de una conflagración de egos de trepas y arribistas, de ansias de poder irreprimibles, entre los pretendientes al caudillaje del partido que más tiempo ha gobernado en España y, con ello, a las prebendas y canonjías que componen el lote.

El demagógico discurso de Pdr Snchz (que ha sumado el apodo de El Breve al alias de El Empecinado), centrado en la batalla entre partidarios y antagonistas de la abstención ante la investidura de Rajoy, se ha dado de bruces con la nada, porque en nada ha consistido el alegato de los críticos con la Sultana de Triana a la cabeza.

Aunque tiñe de azabache, se desconoce no solo el futuro a medio y largo plazo del partido sino el más inmediato presente. Solo media docena de socialistas se han pronunciado con cierta claridad: González, Ibarra, Vara, García-Page, Corcuera y Leguina son partidarios de que se interprete, previa y necesaria abstención, el papel de oposición al que las urnas les han relegado. Cuatro ex líderes y dos dirigentes actuales ha sido todo el caudal aportado por el río Ferraz a la gobernabilidad de un país cuyos principales indicadores y una enorme masa de gente sensata, tras un esfuerzo titánico que el bloqueo político está tirando por los suelos, pide a gritos. Manifiestamente en contra, además de la práctica totalidad de la militancia y de los medios “amigos”, se han mostrado Iceta, Tapia, López, Luena y los restantes 15 fieles asistentes -Telepizza mediante- a la última cena de Pedronono del pasado sábado. Por último, no saben, no contestan, a pesar de su cruenta oposición al Breve, Susana, Micaela, Chacón, Fernández, Puig, Lambán, Madina, Bono, ZP, Barreda, Pradas y el resto de los que -demasiados también- anteponen sus protervas ansias de poder al futuro de toda una nación. Pareciera que, con su silencio cobarde, al mejor estilo Pío Cabanillas, solo les resta esperar para, terminado de cocinar el guiso, preguntar ventajista y oportunamente aquello de: “¿quiénes hemos ganado?”.

El sábado tocó a su fin un peligro para la democracia encarnado en la figura de Pedronono, quien por entonces ya habría acordado un gobierno de retales con podemitas y nacionalistas. El pasado fin de semana claudicó un líder que ha resistido lo indecible ante la incomparecencia de los llamados a liderar el cambio, léase Chacón, Madina o Díaz. Sin embargo, todo apunta a que, tras el follón, se va a mantener el no a la investidura de Rajoy. ¿Para qué ha servido, pues, el estropicio? ¡… pa ná!

La situación actual no es nueva y tampoco difiere mucho de la tradicional del partido del linotipista: la eterna riña cainita entre socialistas rurales y urbanos, moderados y radicales, viejos y noveles, ha sido la constante en sus más de “cien años de honradez”, de perfidias y de otras felonías.

A casi nadie -de forma irresponsable- parece interesarle lo que pueda pasar en el PSOE. La historia sin embargo nos ha enseñado cómo acaban afectando a todos las aventuras y desventuras de unos pocos: Salvador de Madariaga, en 1941, en  la versión ampliada de su obra España, ensayo de historia contemporánea, sostuvo que el estallido de la Guerra Civil se hizo inevitable tras la guerra civil en el seno del partido: socialismo democrático contra dictadura del proletariado; moderados frente a la corriente revolucionaria; partidarios de Largo Caballero, por aquí, de Indalecio Prieto, por allá y del marginado por ambos, Julián Besteiro, por acullá. Motivos más que suficientes para intentar como sea que el PSOE no se “tire al monte”, para procurar entre todos que sus almas enfrentadas se reconcilien al modo y manera de una sociedad avanzada del siglo XXI.

Mientras tanto, sin una idea buena para el futuro de España ni de Andalucía, desde la atALAYA San Telmo con la lira entre sus manos, la principal beneficiaria gimotea contemplando el incendio que ella misma ha provocado.

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