lunes, 27 de agosto de 2012

1-1. Cuando sólo queda como bueno el resultado... Y se trata de un triste empate

Resulta triste recurrir otra vez al manido tópico del "importante" punto cosechado esta noche en Granada. Sin dejar de ser cierto, a tenor de cómo se han producido los acontecimientos, tal reflexión implica tal cortedad de miras y de aspiraciones que sobrecoge especialmente en el comienzo de una temporada -otra- que, como todas, pretende llenar de ilusión las alforjas.

El partido del Sevilla en Granada ha sido fiel reflejo del disputado la semana pasada: un equipo timorato, sin ansias, ayuno de casta y coraje, que se plantó en el Nuevo Los Cármenes con las mismas escasas armas y el paupérrimo bagaje que viene mostrando en los últimos veinticuatro meses -¡2 años ya, demasiados... !-.

Bien es cierto que el equipo local no se mostró superior cuando la igualdad numérica de los contendientes estuvo presente. Lo mismo ocurrió por parte sevillista: las líneas tremendamente distantes, los apoyos inexistentes, la triangulación convertida en Geometría de Primaria desfasada y olvidada, los arrestos... ¿los arrestos? ¿conoce la inmensa mayoría de la plantilla sevillista -con honrosas y escasas excepciones, que las hay- el significado de esa palabra?

En el comienzo las ocasiones estuvieron del lado granadino: en el minuto 4 la primera, tras un despiste defensivo; en el 12, Flores cruza en demasía el esférico; en el 15 Fazio pudo cometer penalti al llegar tarde a un despeje... Ahí comienza, inesperadamente, cierta reacción sevillista: en el 16 Reyes no llega -¿cómo iba a llegar?- a un medido centro de Navas desde la derecha; un minuto después Negredo dispara fuera con el exterior de la zurda, e instantes después, Negredo no llega a rematar un lanzamiento de falta -justo es reconocerlo, a pesar de lo que diré después- bien ejecutada por Reyes.

El equilibrio se rompió en el minuto 33 cuando, incomprensiblemente, de nuevo, el sistema defensivo sevillista hace aguas y, en un rápido contraataque, Diego López comete penalti, resultando expulsado. Con un tercio de choque por delante, Palop sustituye a Reyes, rechaza con los pies el máximo castigo sin que ningún jugador sevillista se anticipe a Miguel Rico que engancha un disparo que se convierte en el primer gol del partido. Demasiadas cosas en tan poco tiempo que evidencian la situación actual y que es preciso analizar: el despiste y la lentitud defensivas tanto en la producción como en la resolución final del penalti exigen muy a las claras cambios inaplazables en dicha parcela; Palop se convierte en el jugador en activo con más penas máximas detenidas (12) y Reyes -aunque defendí su reentré, infame su actitud desde que recaló de nuevo en Nervión- merece un descanso al menos hasta Navidad, sobretodo si su nula aportación en el plano futbolístico va acompañada de gestos de desaprobación a la decisión del entrenador cuando resulta el elegido para el cambio obligado de guardametas. Y menos mal que ahí aparece la figura inconmensurable del capitán Palop que evitó en los minutos finales del primer tiempo (también lo haría en ocasiones puntuales del segundo) males mayores para los intereses sevillistas.

La providencia -y la constancia, justo es reconocerlo- de Negredo, quisieron que, justo al filo del descanso, tras un buen centro de Trochowski, llegara el gol que a la postre supondría el "reconfortante" empate.

Curiosamente en inferioridad el Sevilla disputa -que no juega- los mejores momentos del partido, al menos no pasa apuros y eso se convierte en noticia. Botía entra por Fazio; Negredo pica de cabeza fuera un centro desde la derecha y el propio Trochowski no llega a otro servicio de Navas.

Lamentablemente, al final, reaparecen las desaplicaciones: cuando el partido ya no se puede ganar, una vez más se está a punto de perder. En los tres minutos de alargue los granadinos se encontraron con dos claras ocasiones que desbarataron Palop y el larguero, errores imperdonables de profesionales que se lucran como tales pero que no acompañan sus prestaciones con similares cualidades.

En definitiva, empate que hay que dar como bueno, cuando el botín perseguido triplicaba los beneficios cosechados.

Y el domingo, Vallecas...

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Granada C.F. 1 - Sevilla F.C. 1

Granada C.F.: Toño; Nyom, Íñigo López, Borja Gómez, Siqueira; Jaime Romero (Torje, m. 63), Mikel Rico, Iriney (Ortiz, m. 80), Orellana; El Arabi, Floro Flores.

Sevilla F.C.: Diego López; Cicinho, Fazio (Botía, m. 45), Spahic, Navarro; Medel, Trochowski, Rakitic (Cala, m. 88); Navas, Reyes (Palop, m. 33); Negredo.

Goles: 1-0, m. 35: Miguel Rico. 1-1, m. 44: Negredo.

Árbitro: El asturiano Estrada Fernández. Amonestó a Siqueira e Íñigo López por parte del Granada y a los sevillistas Botía y Rakitic. Expulsó al cancerbero sevillista, Diego López.

Incidencias: Partido correspondiente a la 2ª jornada de Liga disputado en el estadio Nuevos Los Cármenes ante 15.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.

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