Todavía a algunos les quedaban
dudas. El Sevilla de las dos semanas anteriores (Vallecas ante el Rayo y
Sánchez Pizjuán ante el Real de Madrid) tenía que pasar forzosamente la
reválida de Riazor para que -así lo habían dispuesto ellos- "los entendidos
de esto", digiriendo su orgullo, pudieran mostrar "cierto" optimismo con la
imagen actual del equipo.
Los partidos citados habían
mostrado un Sevilla completamente distinto al de las dos últimas temporadas:
anticipación, presión adelantada, cercanía, apoyos, pase y desmarque,
rapidez, casta, orgullo... virtudes todas ellas ausente por estos lares
durante demasiado tiempo que hoy han vuelto a adornar su juego. Sólo diez
minutos al comienzo han dado pie para pensar una vez más que todo era un
espejismo. Pero a partir ahí el Sevilla ha evidenciado su hambre de
victoria: ha ido a por un partido que finalmente se ha traído -es cierto-
cuando los malos augurios volvían a hacer su aparición a falta de un cuarto
de hora para el final.
Con los dos penaltis de Vallecas
en el recuerdo, ocasiones claras de Navas, Medel o Negredo se habían ido al
limbo y en eso llegó Navas -inmenso el palaciego, jugando sin duda alguna
sus mejores momentos como sevillista- para combinar con Cicinho -menuda
banda diestra-. El brasileño levanta la cabeza para decirle a Negredo:
"métela, ésta no la falles". Y naturalmente que la metió. El
centrodelantero, que se había vaciado en una labor oscura durante la hora y
medio de juego previa, estaba en el lugar oportuno en el momento adecuado.
El gol hacía justicia a la superioridad de los de Nervión. Nueve minutos
después Rakitic, en un gesto de generosidad física en unos minutos de la
basura que nunca debieran ser tales, llevó la tranquilidad absoluta al
marcador al presionar a Aranzubía en un despeje.
De nuevo todos cumplieron su
papel: Palop sin apenas trabajo; la línea defensiva subiendo enteros a base
de partidos manteniendo la portería a cero; el superpoblado mediocampo
deshilachando cualquier posibilidad de acercamiento a la meta propia aunque
-por poner un pero- demasiado alejado en ocasiones de la contraria. ¡Que se
lo digan a Negredo!
Este es el camino, el de demostrar
en el césped que los mantras son sólo eso: pensamientos de pobre gente para
poner en práctica el "difama que algo queda". Ya las previas habían sido
propicias: Medel -"un buscador del aplauso fácil"- no valía para esto;
Cicinho "dejando huecos a diestro y siniestro"; las buenas sensaciones de
Rakitic "a ver cuánto duraban"... por no referirnos al "posible cese de
Míchel", caso de perder en La Coruña, como ya ocurrió con Álvarez dos años
antes. ¡Igualito... !
Once puntos, zona europea...
¡Quién lo iba a decir! ¡Esto no ha hecho sino empezar pero las sensaciones
son tan diferentes... !
Y esta noche despedimos "a un
viejo que no tiene gol...". ¡Seguid así!
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Real Club
Deportivo de La Coruña 0 -
Sevilla F.C. 2
Real Club
Deportivo de La Coruña:
Aranzubía; Manuel Pablo, Aythami,
Marchena, Evaldo; Aguilar, Juan Domínguez; Bruno Gama, Valerón (Camuñas, m.
77), Pizzi; y Riki (Nelson Oliveira, m. 61).
Sevilla F.C.:
Palop; Cicinho, Spahic, Botía, Fernando Navarro; Maduro (Campaña, m. 78),
Medel; Navas, Rakitic, Trochowski (Manu del Moral, m. 72); y Negredo.
Goles:
0-1, m. 75, Negredo; 0-2,
m. 84, Rakitic.
Árbitro:
El castellano-leonés
González González. Amonestó a Botía y Navas por el Sevilla. A la sexta fue
la vencida: primera victoria sevillista con este árbitro, las cinco
ocasiones anteriores se contaban por derrotas.
Incidencias:
Partido correspondiente a la 5ª jornada de Liga disputado
en el estadio de Riazor
ante 16.000 espectadores. Terreno de juego en regulares condiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario