"Caminante no hay camino, se hace
camino al andar... ", rotunda licencia poética que, llevada al mundo de fútbol, se
convierte en la única verdad de este apasionante deporte.
Y más en una competición como la
Copa de España que consiste en dar pasos firmes, cortos y de media legua,
para alcanzar el único -y aún así lejano- sueño que a los "mortales" nos
tienen reservado los estamentos del fútbol nacional.
Comenzó bien el partido cuando a
los tres minutos Federico Fazio acertó a rematar un córner en una de las
tantas jugadas de estrategia que este Sevilla de Míchel pone en liza.
Francamente bien el argentino, no sólo por su gol de extraordinario valía,
sino por su disposición. Junto con Fernando Navarro destacó especialmente en
la zona defensiva. Cicinho y Botía, que hubo de retirarse lesionado, sin
estar a la altura de anteriores encuentros, tampoco desentonaron al igual
que Diego López que volvía a la titularidad para encajar un gol en la única
ocasión que se le presentó al equipo periquito: un tiro lejano de Christian
le sorprendió por bajo, lo que supuso el empate con apenas 20 minutos para
el final.
La salida al terreno de juego de
Cala, a los 5 minutos de la reanudación, pareció dar mayor fortaleza a la
espina dorsal del equipo donde se notaba, principalmente, la ausencia de
Maduro y los inhabituales fallos en la entrega de un Medel que tenía que
multiplicar esfuerzos para la recuperación en la compañía de un mejoradito
Reyes, a años luz de lo que de él se espera, y de un espectacular Rakitic,
sin duda el alma de la creación sevillista.
No anduvo Navas -recibió mucha
leña permitida por Pérez Lasa- como otros días, aún así su infatigable
trabajo sirvió para generar centros, sobretodo al final del encuentro, que
sirvieron para voltear muy favorablemente el marcador: un remate de Cala a 7
minutos del final y un claro penalti sobre Negredo en la continuación, que
el propio vallecano se encargó de transformar, pusieron unas distancias tan
importantes como excesivas por el juego desarrollado.
Pero de eso se trataba: ganar y
ganar para hacer un camino que conduzca, si fuera posible, a otra final
copera, siempre que los calendarios de los dos transatlánticos del fútbol
español consientan dejarnos estas migajas.
Todo ello sin la ayuda -más bien
al contrario- de los, cada vez, más prescindibles y menos entendibles.
VÍDEO DEL PARTIDO:
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Sevilla F.C. 3 - R.C.D. Español
1
Sevilla F.C.:
Diego López; Cicinho, Fazio, Botía (Cala, min. 50),
Fernando Navarro; Medel, Rakitic (Babá, min. 77); Jesús Navas, Reyes (Campaña,
min. 59), Luna; y Negredo.
R.C.D. Español:
Kiko Casilla; Galán,
Forlín, Colotto, Capdevila; Víctor Sánchez, Tejera (Longo, min. 89); Raúl Baena,
Simao (Mattioni, min. 85), Christian Alfonso (Rui Fonte, min. 75); y
Stuani.
Goles:
1-0: Min. 3, Fazio; 1-1: Min. 68,
Christian; 2-1: Min. 83, Cala; 3-1: Min. 92, Negredo (P).
Árbitro:
El vasco Pérez Lasa. Amonestó a Cicinho por el Sevilla; y a Raúl Baena, Simao, Capdevila, Galán, Forlín
y Víctor Sánchez por el Español. Expulsó por doble amarilla a Galán con
ocasión del penalti sobre Negredo que transformó el propio vallecano.
Incidencias:
Partido correspondiente a la
ida de los dieciseisavos de final de la Copa de S.M. El Rey disputado
en el estadio Ramón Sánchez
Pizjuán ante
20.000 espectadores en tarde-noche algo fría. Terreno de juego en
magníficas condiciones.
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