Dice Wikipedia que José Antonio Griñán Martínez (aunque sigue haciendo encajes de bolillo para que le llamen Pepe) nació en Madrid el 7 de junio de 1946 y estudió en el colegio de los padres Agustinos. Sus padres contrajeron matrimonio en la capital de España, según reflejaban los "ecos de sociedad" del diario ABC de Madrid de 25 de marzo de 1944:
De la escueta, pero "estrellada", información de prensa puede deducirse fácilmente la vinculación del actual presidente de la Junta de Andalucía con la capital del Reino (del Estado, se decía por entonces) y, por ende, también se entienden sus preferencias hacia el Athletic Aviación Club, que es como se denominaba en aquellos tiempos el actual Atlético de Madrid. También puede entenderse el hecho de que, tras sus primeros pasos en Andalucía, el rojo colchonero fuera tornando al verde como con tantos foráneos advenedizos ha ocurrido.
Está claro que todo el mundo tiene sus sentimientos, que los presidentes de Andalucía que en el mundo han sido, a excepción de Rafael Escuredo, han bebido los vientos por el equipo menor de nuestra ciudad. Naturalmente que están en su perfecto derecho y todos, a excepción del último, han sabido conciliar su cargo de máximo representante de los andaluces con el ejercicio de máximo respeto al Grande de Andalucía, el Sevilla, que se ha convertido -para orgullo de esta tierra- en el principal importador de títulos y de grandeza, a mucha distancia del resto.
Ayer, nada más terminar el partido de Elche, en el que el Granada C.F. retornaba a Primera División siete lustros después, en los micrófonos de Canal Sur Radio, José Antonio Griñán se felicitaba por el ascenso del club de Los Cármenes, aunque reconocía que no pudo seguir el partido porque se encontraba en una boda... Lo bochornoso del asunto llegaba instantes después, cuando en su twiter de Presidente de la Junta de Andalucía manifestaba su alegría por que los granadinos estuvieran el año próximo "... con los mejores en Primera. Con el Betis y con el Atleti". No es la primera vez que la primera autoridad de nuestra "realidad nacional", para ensalzar a otros que sin duda lo merecen, menosprecia al club más grande que ha conocido esta tierra y que conocerán las generaciones venideras: así, el 22 de mayo del pasado año, cuando el Sevilla ofrecía, en su persona, a todos los andaluces su último título, declinó enfundarse, entre sornas, la camiseta blanca. Desde este sitio tuvo cumplida respuesta.
La mujer del César, además de serlo, tiene que parecerlo... y José Antonio parece que no se entera: disfruta con tus equipos -¡ya va siendo hora!- y respeta al resto, sobretodo al que es desde siempre, y por derecho propio, el más grande de Andalucía con mucha, pero con mucha diferencia.
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