jueves, 14 de noviembre de 2024

191111. Monchi y el don de la oportunidad

 


Como he venido diciendo, siete años apartado de las RRSS, han corrido casi en paralelo con un lustro de colaboraciones muy esporádicas en otros medios y espacios tales como Letra Cursiva, El Tercer Lado, esRadio o Columnas Blancas, y que continúo actualizando en este retomado blog. Algunas, insisto, parecerán nostálgicas, otras se antojarán imposibles a la luz de los acontecimientos vividos en España y, especialmente, en Andalucía en los últimos cinco años… Ya, si hablamos de fútbol y en concreto del Sevilla FC, la situación no es la misma de entonces, no… de ninguna manera. Conformémonos ahora (ya no estamos para batallitas) con el tan socorrido y en absoluto exigente “que nos quiten lo bailao…”.

Finalizo hoy esta serie de colaboraciones prestadas en Columnas Blancas, diario sevillista donde en apenas tres meses, entre septiembre de 2019 y enero de 2020, escribí sobre asuntos relacionados con el Sevilla FC. Un total de cinco artículos que se cierra con “Monchi y el don de la oportunidad”, publicado el 11 de noviembre de 2019, cuando mi opinión sobre el de La Isla era manifiestamente mejorable (5 de 5)

 

La vuelta a casa de Ramón Rodríguez Verdejo (sinónimo de plata) es un éxito del presidente y de su consejo de administración con el que vuelve a disfrutar el sevillismo en pleno. Un logro que, con ser sustancial, resulta incomparable con el futuro inmediato que ya se nos vislumbra.

Somos legión los que, como el de San Fernando, creemos “de forma radical, extrema y ultra en este Sevilla Fútbol Club que se está cociendo, en este proyecto que se está dibujando”. Sabemos que “somos el más grande de Andalucía desde hace 130 años y que lo seguiremos siendo en los próximos 200” y que “somos la marca que mejor ha vendido la marca de esta ciudad… porque así nos parió nuestra madre, exigentes y conformistas”.

No tanto por una cuestión de juicio como de edad, he aprendido a analizar los discursos en general no sobre lo que me dicen sino sobre el trasfondo, sobre lo que me quieren decir. Y, a mí me lo parece, con esa prédica de final de año en Los Lebreros que puso a gran parte de los accionistas presentes en pie, tres lustros después del alegato de Del Nido en Madeira, el Sevilla se ha dejado algún mechón de pelos en la gatera de esa imagen ambiciosa de constante progresión.

Harían bien Monchi y el Sevilla, desde el silencio absoluto y máximo respeto, en excluir cualquier referencia, aún de forma tácita, al club menor de la ciudad, prolongando la senda de aquel septiembre de 2004 que tan majestuosos resultados ha procurado. Haría, igualmente, bien nuestro director general deportivo en no dejar traslucir la más mínima duda sobre si se aprovecha, o no, su fama y su bien ganada reputación como escudo de otras cuestiones deficientemente explicadas por parte de los dirigentes; en definitiva, haría bien en seguir desempeñando su rol como él solo sabe y en alejarse de la delgada línea que separa la oportunidad del oportunismo.

Lo obvio es irrebatible y no ha de exteriorizarse en el foro donde los administradores, anualmente de forma ordinaria, han de dar cuentas de su gestión (notable en el último ejercicio) y menos aún al comienzo de la convocatoria en lo que pudo parecer (“sed exigentes, exigid claridad, pero al mismo tiempo demos margen de credibilidad a aquellos que nos han elevado al olimpo europeo, a éxitos increíbles”) una puesta en escena destinada a atemperar los razonables ánimos de indagación de unos accionistas inquietos por el día a día y avizores del futuro de nuestro Sevilla.

Ni era el lugar ni era el momento. Lo primordial, como él mismo corroboró (“estoy convencido de que hay margen para crecer aún más a todos los niveles”), es que siga manteniendo el crédito, el que posee tras una trayectoria repleta de laureles que -excediendo objetivos- ha culminado al finalizar 2019 en el pódium del fútbol español.


miércoles, 13 de noviembre de 2024

191110. ¿Derbi? ¿Qué derbi?

 


Como he venido diciendo, siete años apartado de las RRSS, han corrido casi en paralelo con un lustro de colaboraciones muy esporádicas en otros medios y espacios tales como Letra Cursiva, El Tercer Lado, esRadio o Columnas Blancas, y que continúo actualizando en este retomado blog. Algunas, insisto, parecerán nostálgicas, otras se antojarán imposibles a la luz de los acontecimientos vividos en España y, especialmente, en Andalucía en los últimos cinco años… Ya, si hablamos de fútbol y en concreto del Sevilla FC, la situación no es la misma de entonces, no… de ninguna manera. Conformémonos ahora (ya no estamos para batallitas) con el tan socorrido y en absoluto exigente “que nos quiten lo bailao…”.

Continúo hoy con las colaboraciones prestadas en Columnas Blancas, diario sevillista donde en apenas tres meses, entre septiembre de 2019 y enero de 2020, escribí sobre asuntos relacionados con el Sevilla FC. Un total de cinco artículos que sigue con “¿Derbi? ¿Qué derbi?”, publicado el 10 de noviembre de 2019 (4 de 5)


         Decimotercera jornada liguera. El Sevilla tras deshacerse sin despeinarse del –otrora- grandioso Dudelange luxemburgués, comenzó a pensar en la madrugada del pasado viernes en su inminente rival, el equipo menor de la ciudad, al que se enfrenta en apenas unas horas.

Con la llegada de estos enfrentamientos, que todavía hay quien se empecina en llamarlos derbis, siempre se recurre a los tópicos, a la engañifa, al ensayo de estadísticas, inventarios y corolarios que tan sólo existen en la mente de los que, sin complejo de inferioridad alguno, se consideran inferiores porque objetivamente lo son.

El tópico más manoseado entre los profesionales y los gacetilleros de este deporte no es otro que “en los derbis –insisten- no hay favoritos”. La afirmación cae por sí sola. Los números que a continuación se exponen así lo demuestran. Es cierto que ante un encuentro cualquiera -incluido éste- el resultado es incierto pero una visión global de todos los enfrentamientos nos muestra palmariamente quién va siempre de ganador y quién normalmente acaba derrotado. De cada diez partidos, más de la mitad son siempre para el favorito. Es cierto que cabe la sorpresa, pero nuestra mente a priori desconoce el significado de esa palabra... "fútbol es fútbol" que categorizó Vujadin Boskov.

Así, la gran mayoría de casas de apuestas por internet se han sumado en la mañana previa al acontecimiento a la corriente ganadora sevillista. Por ejemplo, williamhill.es paga la victoria de los de Lopetegui a 2,17 euros, mientras que la de su rival de hoy está a 3,60 euros. En bwin.com, el triunfo sevillista se cobra a 2,10 euros y el de los verdiblancos a 3,60 euros. Por último, la casa de apuestas que patrocina al Sevilla, marathon bet, paga la victoria de los de Nervión a 2,16 euros y la de los de La Palmera a 3,52 euros.

Algún valor a priori deben tener también los guarismos de todos los enfrentamientos directos previos a la jornada de hoy y que son los que se reflejan a continuación, no los que algunos quisieran que fueran:

- Enfrentamientos totales Sevilla FC - R. Betis B. (incluida Copa de Andalucía): 290.

- Partidos ganados por el Sevilla FC: 143.

- Partidos empatados: 54.

- Partidos ganados por el R. Betis B., Betis FC, Sevilla Balompié y otros seudónimos: 93.

- Goles a favor del Sevilla FC: 538.

- Goles a favor del R. Betis B., Betis FC, Sevilla Balompié y otros seudónimos: 372.

 

- Partidos Oficiales (Europa League, 1ª División, 2ª División y Copa de España): 128.

- Ganados por el Sevilla FC: 59.

- Empatados: 31.

- Ganados por el R. Betis B., Betis FC, Sevilla Balompié y otros seudónimos: 38.

- Goles marcados por el Sevilla FC: 196.

- Goles a favor del R. Betis B., Betis FC, Sevilla Balompié y otros seudónimos: 153.

 

- Partidos Oficiales (1ª División): 96.

- Ganados por el Sevilla FC: 44.

- Empatados: 22.

- Ganados por el R. Betis B., Betis FC, Sevilla Balompié y otros seudónimos: 30.

- Goles marcados por el Sevilla FC: 147.

- Goles marcados por el Real Betis: 119.

Por su parte, la clasificación histórica actualizada de nuestra liga de Primera División establece los siguientes datos estadísticos para ambos rivales al día de hoy:

Punt.

Tp.1ª

Jug.

Gan.3

Emp.

Perd.

G/F

G/C

Avge

SEVILLA F.C.

2957

76

2496

1030

549

917

3806

3491

315

Betis

2008

54

1816

641

58

717

2280

2625

-345

Hoy, a partir de las nueve, mirando de reojo a la web del Ministerio del Interior, pasará lo que tenga que pasar. Esperamos, tirando de lógica, que se imponga la ídem.

¿Derbi? ¿Qué derbi?


martes, 12 de noviembre de 2024

Dios, Ciencia y cambio climático

 

11/11/24. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo

 

“Valga esta disquisición siempre actual para hacer un repaso de algunas tormentas devastadoras que han azotado España, incluso antes de que el Seat 600 comenzara a emitir los temibles gases de efecto invernadero”

 

En general, en el mundo hay libertad para creer, o no, en Dios y no la hay para, siquiera, dudar de la existencia de un cambio climático generado por el hombre y aventurado por el “infalible saber contemporáneo”.

En distintas épocas, las religiones han castigado -algunas siguen haciéndolo- a los agnósticos y ateos, y, en concreto, la Inquisición lo hizo durante casi cuatro siglos quemando en la hoguera a herejes y disidentes. Ahora, sin llegar a encender la candela, se señala a los “negacionistas” como la escoria que rebate la “evidencia científica”, quizá sería mejor, como la que no traga con los dictados de los inquisidores de nuevo cuño. Me dirán algunos“¡Claro que es así y la diferencia está en la Ciencia!”, los mismos que, seguramente, continuarían: “La religión es cosa de curas, imanes y bhikkhus, mientras la Ciencia -ésta sí, con mayúsculas- se basa en el empirismo puesto en práctica por las mentes más preclaras”.

Sobre la existencia de Dios: En 2013, en una entrevista en la página de la UNED, don José Antonio Rojo, Doctor en Ciencias Físicas y Profesor Titular del Departamento de Ciencia y Tecnología de Materiales y Fluidos de la Universidad de Zaragoza, respondía a la pregunta sobre la relación de los científicos con la religión: “Las encuestas realizadas, desde comienzo del siglo XX hasta la actualidad, reflejan que un 40% se definen como creyentes, otro 40% como ateos y un 20% como agnósticos, sin apenas variaciones durante un siglo”.

Frente a la pléyade de negadores de la existencia divina, encontramos -no, no solo a Einstein- innumerables entradas en Internet que refieren a científicos creyentes del siglo actual. Algunos ejemplos: Francis Collins (el padre del genoma humano): El Dios de la Biblia es también el Dios del genoma. Se le puede adorar en la catedral o en el laboratorio”; William Phillips (Nobel de Física 1997): “La única explicación que encuentro del porqué existe el Universo es que Dios lo creó”; John Lennox (matemático): “Creer en Dios es una opción infinitamente más racional que la alternativa de creer que cualquier universo que pudiera existir de hecho existe”; John Polkinghorne (científico cuántico): "la existencia de Dios es la cuestión más importante a la que nos enfrentamos sobre la naturaleza de la realidad”, acabó respondiendo a su pregunta haciéndose sacerdote a los 47 años; Freeman Dyson (científico cuántico): "Cuanto más examino el universo, encuentro más y más evidencia de que el universo sabía de alguna manera que íbamos a venir y no veo otra explicación posible que la voluntad de un Creador"; Allan Sandage (cosmólogo): “Dentro del terreno de la ciencia no se puede decir ningún detalle más sobre la creación de lo que se dice en el primer libro del Génesis”; Ricyhard Smalley (Nobel de Química 1996): “Dios creó el universo hace 13.700 millones de años y necesariamente Él se ha involucrado con Su creación desde entonces”, dijo al explicar por qué dejaba el ateísmo…

Sobre la existencia de un cambio climático generado por el hombre: estamos en las mismas y conocemos a los grandes científicos y a los científicos grandes que lo dan por hecho. Para eso está la megafonía mediática convenientemente engrasada, formulando postulados y razonamientos que siguen a rajatabla (tan fácil como hacerse seguidor del Real de Madrid) sus defensores y/o los que no quieren ser señalados como herejes 3.0. Si bien, tan autorizados como estos pueden y deberían considerarse a los 1960 científicos que, hasta el 23 de octubre pasado, habían firmado la World Climate Declaration. There is no climate emergency y que, a grandes rasgos, afirma -¡qué disparate!-:

- La ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas.

- El clima de la Tierra ha variado desde que existe el planeta, con fases naturales frías y cálidas. La Pequeña Edad del Hielo terminó en 1850.

- No sólo se exagera el efecto de los gases de efecto invernadero, sino que se ignora que enriquecer la atmósfera con CO2 -alimento vegetal- es beneficioso, lo que ha promovido el crecimiento de la biomasa vegetal mundial.

- No hay evidencia estadística de que el calentamiento global esté intensificando los huracanes, inundaciones, sequías y desastres naturales y nos oponemos a la dañina y poco realista política neta de CO2 cero propuesta para 2050.

Si estos razonamientos le parecen una pizca razonable, acaba usted de ingresar en el Club de Excelsos Negacionistas y puede -de momento solo puede- ser blanco de la ignominia, del descrédito… Esperemos que, por ahora, lo de la hoguera quede lejos.

Valga esta disquisición siempre actual para hacer un repaso de algunas tormentas devastadoras que han azotado España, incluso antes de que el Seat 600 comenzara a emitir los temibles gases de efecto invernadero, curiosamente la mayoría de ellas en el Levante y curiosamente, también, todas entre septiembre y diciembre:

- La arqueología -informaba El Español- ha desvelado que Valencia ha sufrido inundaciones desde su fundación en el año 138 a.C. Las primeras noticias citadas en fuentes oficiales se tienen a partir de la conquista de la ciudad por Jaime I para la Corona de Aragón, concretamente las de 1321 y 1328 y existen también registros de la gran riada de Valencia del 27 de diciembre de 1517, en la que el Turia derribó tres de los cinco puentes entonces existentes, provocando cientos de muertos.

- Entre las peores inundaciones de España -puede leerse en El Tiempo- están la de 1626, cuando el río Tormes, afluente del Duero, a su paso por Salamanca, se llevó la vida de 142 personas; la de Murcia y Orihuela, de 1879, en la que murieron 179 personas y 13.769 cabezas de ganado; la de Málaga, de 1907, cuando la tormenta que se produjo aguas arriba del Guadalmedina llevó a la ciudad una gran avalancha de agua y barro, alcanzando hasta cinco metros de altura y dejó 21 muertos; las dos grandes riadas de Valencia de 1957, con 81 muertos, la primera cogió desprevenidos a los valencianos porque allí apenas había llovido, donde sí lo había hecho de manera impresionante fue aguas arriba, en la comarca del Camp del Turia -¿les suena?-; en 1962, las inundaciones causaron más de 800 víctimas mortales en Tarrasa, Sabadell y Rubí; ya en 1973 se  recogieron 600 l/m2 en Zurgena (Almería) y en Albuñol (Granada), produciendo numerosas víctimas mortales y resultando arrasados La Rábita (Granada) y Puerto Lumbreras (Murcia); la recordada como “Pantanada de Tous”,  en 1982, sufrida por las provincias de Valencia, Alicante y Murcia, que provocó la rotura de la presa de Tous en el río Júcar, dando lugar a una catastrófica inundación con más de 30 muertos. ¿Quién no recuerda la riada del camping de Biescas de 1996, en la que una fuerte tormenta arrasó el camping de las Nieves en Biescas (Huesca), causando 86 muertos y un niño desaparecido? Ya la de 2002 en Tenerife y la de 2016, en el Levante, son más recordadas por todos.

Pero fenómenos meteorológicos, ahora relacionados con el Cambio Climático, se han observado también lejos de las costas mediterráneas antes de que los combustibles fósiles salieran del anonimato: el 12 de mayo de 1886, cuenta eldiario.es, el viento dejó en Madrid cerca de cincuenta muertos y varios centenares de heridos. El evento meteorológico, que es citado por Galdós en Misericordia, fue calificado por la prensa del momento de huracán o ciclón, y aún hoy se puede encontrar información en artículos que lo califican como el tornado de Madrid.

Para su recuerdo perenne, a la mayoría de esos sucesos, más los centenares similares que a lo largo de la historia no dejaron ni rastro en los archivos, solo le faltaron los smartphones de última generación retransmitiéndolos en directo, los ecolorrestos de las montes sucios y abandonados o los miles de coches taponando las acequias, túneles o cunetas y, benditos ellos, le sobraron la estulticia, la malicie, la vileza y la inmoralidad de los valedores de la justicia revolucionaria.

Que hay que buscar responsabilidades, sin duda; que la descoordinación entre administraciones es un hecho que debería tener mejor y más rápido arreglo que el Cambio Climático, sin duda; que no es lo mismo (RAE) un palo que un palazo, sin duda; que no es lo mismo recibirlo que simularlo (¡estoy bien!, repetía Judas sin que nadie le preguntara), sin duda; que no es lo mismo la derecha extrema que los siempre indignados de la extrema izquierda, sin duda; que el Plan Hidrológico Nacional de 2001 era un plan y el de 2005, que lo suplantó, un bosquejo, sin duda; que, por ello, las consecuencias del 29-O debieron ser otras, sin duda; que de los desembalses que cebaron la tragedia nadie habla… de momento. 

lunes, 11 de noviembre de 2024

191109. La verdad del cuchillo del derbi

 


Como he venido diciendo, siete años apartado de las RRSS, han corrido casi en paralelo con un lustro de colaboraciones muy esporádicas en otros medios y espacios tales como Letra Cursiva, El Tercer Lado, esRadio o Columnas Blancas, y que continúo actualizando en este retomado blog. Algunas, insisto, parecerán nostálgicas, otras se antojarán imposibles a la luz de los acontecimientos vividos en España y, especialmente, en Andalucía en los últimos cinco años… Ya, si hablamos de fútbol y en concreto del Sevilla FC, la situación no es la misma de entonces, no… de ninguna manera. Conformémonos ahora (ya no estamos para batallitas) con el tan socorrido y en absoluto exigente “que nos quiten lo bailao…”.

Continúo hoy con las colaboraciones prestadas en Columnas Blancas, diario sevillista donde en apenas tres meses, entre septiembre de 2019 y enero de 2020, escribí sobre asuntos relacionados con el Sevilla FC. Un total de cinco artículos que sigue con “La verdad del cuchillo del derbi”, publicado el 9 de noviembre de 2019 (3 de 5)


El encuentro entre el Sevilla F.C. y el Betis, del que el pasado 12 de octubre se han cumplido diez años, ha pasado irremisiblemente a la historia como el "derbi del cuchillo". Desmontar aquella falacia se antoja ya misión imposible pero no me resisto a contar públicamente lo que tantas veces he referido privadamente a amigos y conocidos; a continuación narro cómo viví aquellos acontecimientos en primera persona.

El partido se celebró el Día de la Hispanidad. En la víspera, el técnico Marcos Alonso dispuso en el Sánchez Pizjuán un entrenamiento a puerta cerrada al que asistí en mi calidad de responsable del Área Social. La sesión preparatoria discurrió en el medio campo de la portería de Gol Sur. En el área contraria -repleta de carrillos de mano, de rollos de cuerdas y de todo tipo de herramientas- una cuadrilla de trabajadores ampliaba la extensión y la altura de las redes protectoras que separaban –y continúan haciéndolo- las gradas de Gol Norte del terreno de juego.

El post partido es conocido por todos: 3-0 y baño absoluto a un rival que visitó el Sánchez Pizjuán de la mano de un entrenador (un tal Griguol) que se había permitido el lujo en las previas de calificar al club más grande del Sur de España de sparring del suyo.

Pero como siempre ocurre con esta gente cuando el resultado le es desfavorable -es decir, casi siempre- la noticia tenía que ser otra. Así, pudo leerse en el ABC: "el choque ha pasado a la historia como el 'derbi del cuchillo', ya  que alguien lanzó desde la grada un cuchillo contra el jugador del  Betis Benjamín Zarandona, que no alcanzó al pucelano"; o –Alejandro Delmás, dixit- en El Mundo: "Durante el derbi Sevilla-Betis, un espectador lanzó un cuchillo al terreno de juego que estuvo a punto de impactar en el bético Benjamín. El Sánchez Pizjuán, que tiene pendiente un partido de sanción por el botellazo que recibió un juez de línea en la primera jornada de Liga, sigue caracterizándose por ser uno de los campos de Primera en el que se registran más incidentes".

Los telediarios del mediodía siguiente aún permanecen en el recuerdo: con la única y lejana imagen de un Benjamín acercándose al banquillo y entregando "algo" a su entrenador, todos afirmaban sin ruborizarse que el futbolista vallisoletano había sido "agredido desde la grada con un cuchillo que –milagrosamente- no le impactó, aunque, eso sí, le pasó rozando". A ello había contribuido, sin duda, la basura, la mentira, la patraña y la inmundicia vertidas por un idolatrado donmanué -¡beatificación, ya decían t-o-d-o-s entonces- y por su secuaz consejero Oscar Arredondo, un fachoso y fanático personajillo a las órdenes del jefe y especialmente amigo de la calumnia.

Aquella misma tarde me dirigí al estadio. El Sevilla F.C. había dispuesto por primera vez en esa temporada una serie de cámaras fijas con el fin de prevenir incidentes en las gradas y en el propio terreno de juego. Lo primero que hicimos Monchi, entonces delegado del equipo, Luis Carrión, vicesecretario del Consejo de Administración, y yo mismo, fue visionar las imágenes grabadas por una cámara colocada en la grada alta de preferencia a la altura del área donde "se registró el incidente" (naturalmente todo entrecomillado, por lo que a continuación explicaré).

Después de lo leído y escuchado durante toda la jornada, los tres quedamos sorprendidos cuando contemplamos las nítidas imágenes que ofrecía el vídeo: tras una llegada sevillista sobre la portería rival, el balón llega mansamente a las manos del cancerbero Prats que se dispone a iniciar para su equipo la jugada de ataque; en ese momento, todavía dentro del área, Benjamín, con la cabeza agachada, inicia sus pasos hacia el centro del terreno de juego, momento en el que se aprecia como retrocede para tomar un objeto del suelo del que, inmediatamente, hará entrega en la banda a su entrenador (el del sparring). No se observa nada más, absolutamente nada más. Para decir toda la verdad, diré que, momentos antes, a unos veinte metros de donde se encontraba Benjamín, en el lado contrario del área, cae una bola de papel de aluminio, lo que –siendo bondadoso o imbécil, cualquiera sabe- pudo inducir a un lejanísimo Pérez Lasa -¡vaya por Dios!- a dar por cierta la zafia versión que montaron los dirigentes del club menor de la ciudad con su amo a la cabeza.

Las imágenes demostraban diáfana y nítidamente que no cayó un cuchillo, que no cayó absolutamente nada desde la grada; ningún objeto "le pasó rozando" –y él bien que lo sabe- a un "desdichado" Benjamín, al que sus mandamases obligaron, como a tantos otros tantas veces, a dramatizar un incidente que no fue tal.

Yo lo tengo claro porque lo he visto con mis propios ojos: el cuchillo -viejo y desgastado- no lo llevaba Benjamín en las medias como lerdamente algunos han sugerido; estaba allí desde la tarde anterior, olvidado o perdido en el césped por la cuadrilla de obreros que ampliaba la extensión y la altura de las redes protectoras que separan las gradas de Gol Norte del terreno de juego.

Mi opinión fue categórica y así se lo hice saber a mis acompañantes: debíamos realizar, urgentemente, varias copias del vídeo y enviarlas a los medios audiovisuales, de forma que en los telediarios de la noche se desmontara la bola de nieve que en esos momentos comenzaba a acrecentarse. A partir de entonces nadie podría decir que se arrojó un cuchillo desde la grada y mucho menos que "le pasó rozando al futbolista".

Sin embargo… mi gozo en un pozo. Luis Carrión nos anunció que prefería guardarse el vídeo para un posterior recurso al Comité de Apelación.

Exclusivamente la repugnante argucia ajena y la propia incompetencia hicieron posible tamaño desaguisado. Las consecuencias ya las conocemos y todos las padecimos: clausura de nuestro estadio y, lo que es peor, una sombría mancha en nuestro historial que, como ingenuo quijote, no cejaré en blanquear.


domingo, 10 de noviembre de 2024

191025. En la pertinaz búsqueda del fin de ciclo

 



Como he venido diciendo, siete años apartado de las RRSS, han corrido casi en paralelo con un lustro de colaboraciones muy esporádicas en otros medios y espacios tales como Letra Cursiva, El Tercer Lado, esRadio o Columnas Blancas, y que continúo actualizando en este retomado blog. Algunas, insisto, parecerán nostálgicas, otras se antojarán imposibles a la luz de los acontecimientos vividos en España y, especialmente, en Andalucía en los últimos cinco años… Ya, si hablamos de fútbol y en concreto del Sevilla FC, la situación no es la misma de entonces, no… de ninguna manera. Conformémonos ahora (ya no estamos para batallitas) con el tan socorrido y en absoluto exigente “que nos quiten lo bailao…”.

Continúo hoy con las colaboraciones prestadas en Columnas Blancas, diario sevillista donde en apenas tres meses, entre septiembre de 2019 y enero de 2020, escribí sobre asuntos relacionados con el Sevilla FC. Un total de cinco artículos que sigue con “En la pertinaz búsqueda del fin de ciclo”, publicado el 25 de octubre de 2019 (2 de 5)


El reciente fallecimiento de José María Negrillo (qepd), ha vuelto a recordarme esa extraña mezcla entre gloria y desventura que, desde su misma fundación, envuelve a nuestro Sevilla. Más adelante diré porqué.

Desde siempre, pero sobretodo en la última época, los sevillistas en general hemos (mal) vivido al haberse instituido una insana simbiosis (exigencia, también la llaman) entre la búsqueda constante de la excelencia y la pesadumbre por una mediocridad que, en realidad, al menos a nivel regional, nunca fue tal.

Durante mi niñez, entre Alanís y el internado, mis intuiciones, más que vivencias, sobre los éxitos del Sevilla, se centraban en las elogiosas palabras que mi padre brindaba al campeón de Liga, Juanito Arza (“el único que me ha superado en clase”, como le gustaba presumir); ya en mi juventud se ceñían a los recuerdos de la final copera del 48, en la que mi tío Paco encumbró a Mariano y, ya en la madurez, a la del 62, la misma que me contó y recontó José Carlos Diéguez (“nunca debí dejar tirar el penalti a Mateos”) en el mostrador de acceso a las oficinas del Ramón Sánchez Pizjuán, donde se jubiló.

Con esos antecedentes, ya me permitirán entender la “locura” que, junto a miles de sevillistas, acometí con mi familia el 20 de abril de 2006. ¿El Sevilla en una semifinal europea? ¿Cuándo nos veremos en otra? ¡A Gelsenkirchen! Porque, ¿quién aseguraba que, a renglón seguido, vendría Eindhoven? Y después… Mónaco, Glasgow, Madrid, otra vez Madrid, Barcelona, Turín, Varsovia, Basilea… y desde entonces mi relación de amor y odio con Cofidis.

Un auténtico deleite que, pese al intento lógico de los que “no sienten como yo” y al absurdo despropósito de algunos de los propios, he disfrutado siempre como si fuera la última vez.

Viene todo esto a cuento por ese afán desmedido (¡cuerpo a tierra que vienen los nuestros!) de hermanos de sentimiento, inconformistas, que llevan la crítica más allá de lo que recomienda la prudencia, que no disfrutan del sosiego suficiente para deleitarse con cada uno de los grandes momentos vividos, pero, sobretodo, por pretender fastidiar el natural regocijo de una mayoría en el inconcebible intento de provocar un harakiri colectivo.

¿Alguien pone en duda todo lo que, antes de convertirse en judas, nos dio Juande Ramos? ¿Hemos olvidado, sin embargo, que se pidió su destitución tras empatar con el Español en la sexta jornada de la misma temporada de “lo que sucedió en Holanda”, y que ocurrió lo propio en enero, a cuatro meses de Eindhoven, tras caer en Copa frente al Cádiz?

Aunque al final sucumbieran ante la evidencia, ¿recuerdan cómo se ridiculizaron los inicios de los Alves, Kanouté, Luis Fabiano o David Castedo?

¿Algunas dudas sobre Unai Emery, el “hombre-carabela” que se empeñó en traer plata europea por el Guadalquivir, ahorrando los costes de atravesar el charco? Lo de éste, si cabe, todavía es peor, pues sus críticos de entonces lo siguen siendo aún (“tres títulos continentales pese al de Fuenterrabía”).

Dejo para el final una referencia (para mí la más aciaga) a Manolo Jiménez, un técnico cuyo mayor error lo cometieron sus padres al elegirle Arahal como cuna. Pese a quedar quintos en su primera temporada, tras el adiós de Antonio Puerta, la fuga de Juande y la intentona de Alves, sus números igualaron a los de los colchoneros, cuartos clasificados. En la segunda, clasificó al Sevilla tercero con Romaric y Duscher como “baluartes” de la parcela ancha y como cabeza de serie en el sorteo Champions. En la última, una de las mejores de nuestra historia, a mediados de marzo, nos tenía en tres competiciones.

Sus críticos se contaban por docenas. Escribía a la sazón José  Manuel García en El Confidencial: “… Y no fue coser y cantar precisamente, pues el tenaz técnico sevillano tuvo que salvar un exuberante muestrario de trampas vietnamitas del grupito de la llamada secta antijiménez, que encendió candela en sus foros para negar pan, sal y oxígeno al arahalense”.

Fue por entonces cuando, en un tradicional almuerzo en Antares de la Asociación Cisneros, tuve la ocasión –también la osadía- de debatir sobre la continuidad del entrenador con José María Negrillo, una institución sevillista a la que Dios tenga en su gloria. Tras hacer pública su opinión desfavorable -digámoslo así- le espeté: “En octavos de Champions, clasificados para la final de Copa tras eliminar al Barcelona y cuartos en Liga, a tres puntos del tercero, Valencia… no sé qué vamos a dejar para cuando lleguen las vacas flacas”. Los asistentes ponderaron por igual ambas intervenciones, lo que demuestra que en el término medio está la virtud, que la indulgencia solo procede tras un previo e intenso esfuerzo y que la crítica pone las orejas tiesas a los dirigentes, pero que (y ahí radica el fallo) ésta nunca debe ir más allá de lo razonable.

Lo tengo claro: desde aquel 20 de abril en Alemania, me dedico a disfrutar, no habéis podido quitarme la ilusión pero, también os demando, no cejéis en vuestra exigencia… ecuánime y cabal porque esto es el Sevilla Fútbol Club.

sábado, 9 de noviembre de 2024

190922. Repaso al “repaso”

 


Como he venido diciendo, siete años apartado de las RRSS, han corrido casi en paralelo con un lustro de colaboraciones muy esporádicas en otros medios y espacios tales como Letra Cursiva, El Tercer Lado, esRadio o Columnas Blancas, y que continúo actualizando en este retomado blog. Algunas, insisto, parecerán nostálgicas, otras se antojarán imposibles a la luz de los acontecimientos vividos en España y, especialmente, en Andalucía en los últimos cinco años… Ya, si hablamos de fútbol y en concreto del Sevilla FC, la situación no es la misma de entonces, no… de ninguna manera. Conformémonos ahora (ya no estamos para batallitas) con el tan socorrido y en absoluto exigente “que nos quiten lo bailao…”.

Comienzo hoy con las colaboraciones prestadas en Columnas Blancas, diario sevillista donde en apenas tres meses, entre septiembre de 2019 y enero de 2020, escribí sobre asuntos relacionados con el Sevilla FC. Un total de cinco artículos que comienza con “Repaso al repaso”, publicado el 22 de septiembre de 2019 (1 de 5)

 

El bagaje de experiencias que acopiamos quienes –alopecia mediante- deberíamos pintar canas, supone un estimable tesoro no siempre bien aprovechado, también en lo relacionado con el mundillo del fútbol.

¿Quién, hasta hace bien poco, no había escuchado aquello tan socorrido de “… y tú has visto ganar algo al Sevilla”? Como si los triunfos que festejaron mis abuelos, que gozaron mis padres, que disfrutaron mis tíos… no formaran parte de mi esencia sevillista, de ese espíritu blanquirrojo con el que la cuna se empeñó en darnos la bienvenida.

Sin embargo, ¿quién todavía no se da de bruces con algún que otro presuntuoso que -sabedor de que incluso en aquellos tiempos que ahora parecen lejanos, tras la última arriada de plata que ha inundado nuestras vitrinas, el Grande de Andalucía ya era el emperador del fútbol sureño- sigue erre que erre pretendiendo refutar lo obvio? ¿Quién no ha pasado vergüenza ajena ante algún afecto o conocido que, sin sonrojarse nos refiere el “repaso” al que, históricamente, hemos estado sometidos?

Ante ello -¡ay, amigo!- no hay otra: las estadísticas, los números. Cifras que fueron y son irrebatibles y que patentizan que el equipo sevillista posee un dominio en el fútbol andaluz, y por ende en el sevillano, comparativamente superior al que posee -¡uf!- el Real de Madrid en el español o la Juventus en el italiano.

Hasta la conquista del séxtuple cetro europeo sevillista, los más juiciosos se empeñaban en defender su supremacía en “quién fue el primero que militó en Primera, quién obtuvo el primer título nacional, quién antes que nadie…”, como si lo que viniera a continuación fuese cosa nimia. Otros más alejados de la omnisciencia, aún siéndoles fatalmente desfavorable la comparativa, pretendían basarse en el número de temporadas en Primera, en el de partidos disputados, en el de goles a favor y en contra en la máxima categoría y en los campeonatos coperos.

Y si no tuvieras bastante con una, dos tazas: cuando, para establecer diferencias siderales, nos dimos unos garbeos por el Philips Stadion, el Stade Louis II, el Estadio Nacional de Escocia, el Juventus Stadium, el Estadio Nacional polaco, St. Jakob Park y por otros donde “tuvimos que conformarnos” con el subcampeonato continental.

Demos pues un -¿somero?- repaso a ese imaginario “repaso” que estoicamente sobrellevamos, tomando como punto de referencia el final de la pasada temporada 2018/2019. Tras el pasado mayo éstos son los marcadores de la historia del fútbol entre el Sevilla FC y su eterno perseguidor:

- Participaciones europeas: 28 - 11

- Participaciones en la Supercopa de Europa: 5 - 0

- Participaciones en la Copa de Europa, actual Champions: 6 - 1

- Participaciones en la Recopa de Europa: 1 - 1

- Participaciones en la Uefa Europa League: 16 - 9

- Partidos jugados en competiciones europeas: 191 - 68

 

- Finales europeas disputadas: 10 - 0

- Finales europeas ganadas: 6 - 0

- Veces campeón de la Uefa Europa League: 5 - 0

- Veces campeón de la Supercopa de Europa: 1 - 0

 

- Temporadas en 1ª División: 75 - 53

- Campeonatos de Liga de 1ª División ganados: 1 - 1

- Subcampeonatos de Liga de 1ª División: 4 - 0

- Goal average en 1ª División: (+)313 – (-)338

 

- Temporadas en 2ª División: 13 - 27

- Temporadas en 3ª División: 0 - 7

 

(Los dos últimos datos son los únicos en los que el Grande de Andalucía, al que "no le cabe el honor" de haber jugado en Tercera, aparece por debajo en las estadísticas)

 

- Copas de España ganadas: 5 - 2

- Subcampeonatos Copas de España: 4 - 2

 

- Supercopas de España disputadas: 4 - 1

- Supercopas de España ganadas: 1 - 0

 

- Copas de España en propiedad: 2 - 0

 

- Copas de Andalucía ganadas: 17 - 1

 

- Número de veces a la cabeza de la Clasificación Mundial de clubes: 17 - 0

 

- Número de temporadas “Mejor equipo del mundo”: 2 - 0

 

- Derbis totales (computadas las 20 ediciones de la Copa de Andalucía): 290

- Ganados: 143 – Empatados: 54 – Perdidos: 93

- Goles a favor: 538

- Goles en contra: 372

  

- Derbis oficiales (Uefa Europa League, 1ª División, 2ª División y Copa de España): 128

- Ganados: 59 – Empatados: 31 – Perdidos: 38

- Goles a favor: 196

- Goles en contra: 153

  

- Derbis oficiales (Uefa Europa League): 2

- Ganados: 1 – Empatados: 0 – Perdidos: 1

- Goles a favor: 2 (en tandas de penaltis: 4)

- Goles en contra: 2 (en tandas de penaltis: 3)

  

- Derbis oficiales (1ª División): 96

- Ganados: 44 – Empatados: 22 – Perdidos: 30

- Goles a favor: 147

- Goles en contra: 119

  

- Derbis oficiales (2ª División): 12

- Ganados: 5 – Empatados: 4 – Perdidos: 3

- Goles a favor: 16

- Goles en contra: 13

  

- Derbis oficiales (Copa de España): 18 (8 eliminatorias y 1 liguilla a doble partido en 1928)

- Ganados: 9 – Empatados: 5 – Perdidos: 4

- Goles a favor: 31

- Goles en contra: 19

 

Antes y después del repaso, los aficionados sevillistas lo tenemos muy claro: si el Sevilla FC y su afición fuesen crionizados durante el próximo siglo, mucho tendrían que cambiar las cosas para que, cuando despertaran, no siguieran siendo seguidores del sempiterno campeón andaluz. Solo en el apartado liguero, tras volver a ampliar distancias la última temporada 2018/2019 como es habitual y si se recortara al ritmo de la anterior 2017/2018 (2 puntos), sería en el año 2.644 cuando -entonces sí- nos dieran caza. No es una exageración. Otra vez los “malditos” números: a este paso dentro de exactamente 625 años nos igualarían; algo así como si Constanza de Castilla -duquesa de Lancaster, Infanta de Castilla y segunda hija de Pedro I el Cruel, rey de Castilla, y de María de Padilla, que falleció en 1.394- hubiese sido invitada de honor al reciente bautizo del vástago del príncipe Harry de Inglaterra y de Meghan Markle.

 

P.S.- ¡Desde el imborrable recuerdo de Agustín Rodríguez (qepd), larga vida a Columnas Blancas!

viernes, 8 de noviembre de 2024

AUDIO. La UCO imputa a Calvin Klein

Como he venido diciendo, a los siete años apartado de las RRSS, se unió un lustro de colaboraciones muy esporádicas en otros medios y espacios tales como Letra Cursiva, El Tercer Lado, esRadio o Columnas Blancas, que vengo recordando en este reaperturado espacio. Algunas parecerán nostálgicas, otras se antojarán imposibles a la luz de los acontecimientos vividos en España y, especialmente, en Andalucía en los últimos cinco años…

Terminamos con las colaboraciones prestadas en esRadio, donde entre 2016 y 2017 comenté los asuntos de actualidad que tenían reflejo semanalmente en El Demócrata Liberal. Un total de 62 intervenciones radiofónicas que finaliza hoy con La UCO imputa a Calvin Klein, emitida el 1 de junio de 2017 (62 de 62)

 

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jueves, 7 de noviembre de 2024

AUDIO. Avales, caciquismo y voto secreto

Como he venido diciendo, a los siete años apartado de las RRSS, se unió un lustro de colaboraciones muy esporádicas en otros medios y espacios tales como Letra Cursiva, El Tercer Lado, esRadio o Columnas Blancas, que vengo recordando en este reaperturado espacio. Algunas parecerán nostálgicas, otras se antojarán imposibles a la luz de los acontecimientos vividos en España y, especialmente, en Andalucía en los últimos cinco años… Continuamos hoy con las colaboraciones prestadas en esRadio, donde entre 2016 y 2017 comenté los asuntos de actualidad que tenían reflejo semanalmente en El Demócrata Liberal. Un total de 62 intervenciones radiofónicas que continúa con Avales, caciquismo y voto secreto, emitida el 25 de mayo de 2017 (61 de 62)

 

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miércoles, 6 de noviembre de 2024

AUDIO. Con pólvora ajena

Como he venido diciendo, a los siete años apartado de las RRSS, se unió un lustro de colaboraciones muy esporádicas en otros medios y espacios tales como Letra Cursiva, El Tercer Lado, esRadio o Columnas Blancas, que vengo recordando en este reaperturado espacio. Algunas parecerán nostálgicas, otras se antojarán imposibles a la luz de los acontecimientos vividos en España y, especialmente, en Andalucía en los últimos cinco años… Continuamos hoy con las colaboraciones prestadas en esRadio, donde entre 2016 y 2017 comenté los asuntos de actualidad que tenían reflejo semanalmente en El Demócrata Liberal. Un total de 62 intervenciones radiofónicas que continúa con Con pólvora ajena, emitida el 18 de mayo de 2017 (60 de 62)

 

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martes, 5 de noviembre de 2024

Gota fría, solidaridad y fango humano

 


04/11/24. Mi colaboración de ayer en Sevillainfo


“Ni toda la bajeza moral de esa gentuza podrá en absoluto impedir que seamos y proclamemos que somos una gran nación, que está viviendo y sintiendo como propios los sufrimientos de los valencianos”


La desdicha sufrida en primerísima persona por miles de ciudadanos en el Levante Español, y padecida como propia por el resto del Estado, ha servido para que, en una sociedad cada vez más envilecida, retoñen los sentimientos humanos más primarios de cercanía, unión, ayuda, solidaridad y cariño entre compatriotas, emociones que los enfrentamientos políticos y las disputas regionales vienen abrasando década tras década.

La totalidad de naciones, y concretamente la España más reciente, han pasado por odiseas y dramas similares de una forma más o menos periódica; la única diferencia con aquellas solo recae en el encanallamiento nunca antes conocido que hoy vive la sociedad española.

Una introducción para principiantes en Geología, como es mi caso, nos viene a decir que el relieve son las formas y accidentes geográficos de la superficie terrestre y es el resultado de procesos geológicos internos (cuyo origen es la energía interna terrestre) y externos (motivados por el Sol y la gravedad terrestre), como la temperatura, los gases, el viento, el agua y los seres vivos, que lo modifican. Y resulta que -increíblemente viene ocurriendo desde hace aproximadamente 4.000 millones de años, incluso ya antes de la II República- cuando el aporte de agua que procede de la lluvia es superior a la que se filtra en un terreno, se forman corrientes en forma de escorrentías (sin cauce fijo) o de torrentes (cuando siempre discurren por el mismo cauce).

Llama la atención que uno de los municipios más afectados haya sido Torrent, cuyo nombre aparece por primera vez en un documento de 1232 y al que se añadió una “e” final mediante una Real Orden de 1860 que se mantuvo hasta 1979. El diluvio del pasado martes da pie a preguntarse el porqué de ese nombre y, aunque algún cronista lo atribuya a otros motivos, la opinión más extendida apunta -sí, ha acertado- a que deriva del torrente que pasa por la ciudad… Miles de millones de años para ser esculpido por la Naturaleza y apenas unos minutos para que ésta nos recuerde su significado.

Sin restarle importancia a la mayor catástrofe natural vivida en España en este siglo, de momento, cuyo número de víctimas aún es muy provisional, todavía hay quienes mantienen que esto no había pasado nunca (incluidos meteorólogos de cadenas televisivas) y que nos describen el último diluvio levantino como una auténtica novedad. Quizá desconozcan que, con anterioridad a 1996 y los 87 fallecidos del camping de Biescas, podía leerse en El País, en agosto de 1983: En los últimos 30 años se produjeron en España 35 inundaciones graves, que provocaron 1.010 muertos, 17 desaparecidos y más de 12.000 millones de pesetas de pérdidas. En efecto, durante la segunda mitad del franquismo, entre 1953 y los primeros años democráticos, el cambio climático de entonces produjo 6 inundaciones en el País Vasco, con una decena de muertos y varias en Sevilla, las más recordadas en 1961 y 1962, habiéndose de evacuar a más de 20.000 personas. Para los sevillanos más interesados, imprescindible resulta leer a Jesús Solís Ruiz que recuenta hasta seis inundaciones anteriores (1940, 1941, 1947, 1948, 1951, 1952, más la de 1958): “Las inundaciones en Sevilla durante el primer franquismo: la acción de los poderes públicos” (páginas 279 a 298), en la revista Archivo Hispalense editada por la Diputación de Sevilla, sin olvidar la de 1961, que ABC conmemoraba 50 años después.

Continuaba El País haciendo memoria de las inundaciones patrias: la de 1962 en Barcelona causó 600 muertos, la de 1970 en Gerona, 8; las de 1971 en ambas provincias, 17, por el desbordamiento de los ríos Ter, Besós y Llobregat. Esta última se extendió a Tarragona, Valencia y Alicante, totalizando unos máximos pluviométricos de hasta 400,5 mm en Terrassa y 390,6 en el Alt Empordà siendo las precipitaciones más cuantiosas del siglo XX en la zona costera, sólo superadas por las de 1987. En octubre de 1973, gravísimas riadas en Granada, Murcia y Almería provocaron más de 300 muertos e incalculables daños materiales. En julio de 1979, las lluvias provocaron una fuerte riada que anegó la ciudad de Valdepeñas (Ciudad Real), con el balance de 22 muertos. Un fuerte temporal de lluvia y viento provocó en noviembre de 1982 graves inundaciones en Huesca, Cataluña y Andalucía, causando 11 muertos y graves pérdidas.

Finalmente, la región levantina sufrió en octubre de 1982 gravísimas inundaciones que provocaron la ruptura de la presa de Tous y originaron 24 muertos, 15 desaparecidos y elevadísimas pérdidas en agricultura, viviendas y redes viarias. Más de 100.000 personas tuvieron que ser evacuadas. Como soldado, tuve ocasión de participar en las labores de auxilio y limpieza en Alicante, lo que hoy da pie a reflexionar sobre la necesidad de la UME como unidad propia de emergencias con su millar largo de efectivos en comparación con los 120.000 de la totalidad del ejército español que, en tiempos de paz, para eso ha estado siempre. Escenas tan dantescas como la de estos días se vivieron entonces, sin el concurso de redes sociales y móviles de última generación que retransmitieran en directo tanta desdicha.

Hablábamos al principio de solidaridad, ayuda, compromiso… Sin embargo, lejos de la norma general y como especialistas notables en la materia, el pequeño ejército de buitres habituales de la izquierda más abyecta y frentista viene mostrando toda su grandeza y mezquindad en el “arte de la carroña”, actualizando su siempre socorrido 11M, esta vez en pleno otoño y culminado (que no aún finalizado) con las agresiones y descalificaciones sufridas ayer por los reyes y por los presidentes de España y de la Comunidad Valenciana. “Elementos marginales”, así ha calificado Sánchez y no sin razón a los radicalizados grupúsculos que él mismo ha puesto en el ruedo de la política.

Mientras los propios vecinos de las distintas poblaciones afectadas y los efectivos de emergencia se afanaban en los primeros instantes en rescatar, con vida o sin ella, a sus familiares, amigos y paisanos, además de la zafia e infame caterva de saqueadores y tirando de esas redes sociales que todo lo soportan, los susodichos -esto sí que es fango- comenzaban la caza de los “responsables”, naturalmente de la derecha, por las decisiones tomadas o por las dejadas de tomar, según conviniera para sus infectos y nauseabundos intereses.

Valga el collage que encabeza esta reflexión como muestra de todo lo dicho: que si la AEMET dio a conocer previsiones disparatadamente distintas; que si la primera decisión del gobierno valenciano fue cerrar la agencia de emergencias, que, por cierto, era un chiringuito y continuaría siéndolo ahora, tras la tragedia; que si no se solicitó el concurso de la UME; que si el aviso de emergencia se dio a conocer demasiado tarde; que si el gobierno de España se quedó de brazos cruzados a la espera de la petición de ayuda; que el Plan Hidrológico Nacional hubiese sido el remedio de todos los males…

Precisamente, los que han emprendido una lucha extravagante contra el cambio climático, presentado éste como la forma en la que naturaleza castiga nuestros excesos -los de la derecha naturalmente, porque ellos siguen viajando en burro y por supuesto desconocen el uso de los combustibles fósiles- son los primeros en pedir responsabilidades a los gestores de las catástrofes, olvidándose justo ahora de los causantes globales. En definitiva, con esta bazofia, te come el tigre, sí o sí: o es el cambio climático, con todas sus derivadas, o es la gestión de sus causas, o son las dos cosas; siempre, repito, que el gestor no sea medianamente zurdo y, por tanto, pletórico de bondades.

Pues bien, ni toda la bajeza moral de esa gentuza podrá en absoluto impedir que seamos y proclamemos que somos una gran nación, que está viviendo y sintiendo como propios los sufrimientos de los valencianos.