jueves, 11 de noviembre de 2010

Me descojono contigo, perversito


Estimado perversito:

Ayer tuve la ocasión de escuchar el patético programa –divertido a veces, justo es reconocerlo- que, en compañía de dos ilustres béticos, haces casi a diario con la inestimable ayuda de otras aves nocturnas. Y, la verdad, tengo que felicitarte por llevar hasta el límite aquel dicho tan enraizado en vuestra profesión de “no dejes que la realidad te estropee una buena noticia” o este otro, tan asumido entre las rapaces, de “perro no come carne de perro”.

Me ha llamado gente, no tanta como hace 12 o 13 años -malos tiempos para la radiodifusión ¿tendrán algo que ver los medios oficiales?- para darme a conocer tu comentario sobre mi persona. No diré aquello tan socorrido de “me han contado”, porque yo tengo la buena –sí, buena- costumbre de escucharlo y de leerlo “todo”. Necesito esa dosis extra de adrenalina para que, en esas contadas pero periódicas ocasiones en las que me encuentro con algún papafrita (Alvarado dixit) no se me quede nada en el tintero; eso sí, si alguna vez son –sois- capaces de mantener la mirada.

Resulta que a raíz de una pretendida valoración de la dimisión del presidente de PNB –toda mi admiración y respeto para un señor al que, final y sencillamente, han fulminado por negarse a bailarle el agua a la fundación heliopsoe, a la que tantos medios “independientes” apoyáis- en el sentido de que todo se debe a motivos de egos personales, de quítate tú para ponerme yo, has pretendido, vilmente, extrapolar la situación, rememorando, según tu apreciación, “algo que no es nuevo... ya pasó en el Sevilla con los pequeños accionistas... de Luis Marín..., sí ya pasó con Paco Romero... ”. Conmovedor.

No tengo que darte satisfacciones de nada, perversito, pero te reto a que en tu “estelar” programita –es imposible porque es mentira- anuncies públicamente de qué cargo dimití, porqué motivo y qué aspiraciones tenía.

Fui socio fundador de una asociación, Foro Sevillista, de la que 15 años después, me siento plenamente orgulloso. Ocupé los cargos de secretario y presidente, y nos disolvimos cuando entendimos cumplidos los fines para la que se creó: devolver al Sevilla, perversito, a nuestro Sevilla, a las manos de sevillistas, algo que tú, evidentemente, continúas sin encajar.

No dimití nunca, aunque lo repitas mil veces; me limité a conseguir con unos cuantos amigos lo que nos propusimos; después me fui a casa, disfruté por España y por Europa -puedes dar fe de ello- y continúo haciéndolo con mi –con nuestro- Sevilla, con mis –con nuestros- títulos.

¡Qué pena que sevillistas como tú no estéis disfrutando la época más gloriosa de nuestro club! ¡Allá vosotros, es vuestro problema!

Te has limitado a poner en práctica otra de vuestras socorridas frasecitas: “difama que algo queda”. ¿Será, quizá, el problema que entre unos cuantos nos hayamos propuesto, desde este y otros sitios, quitaros para siempre la careta? Sin acritud, perversito: sigue así, me descojono contigo.

1 comentario:

  1. Otra vez la fotito de los figuras. Es que la miro y me meo de risa Paco. Por lo demás, ya lo explicas suficientemente claro. Un abrazo.

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