domingo, 12 de diciembre de 2010

1-3. Fallo multiorgánico. Pronóstico reservado

Memoria histórica: anteayer, sábado, 15 de mayo de 2010: triunfo agónico en Almería que nos valía para alcanzar la cuarta posición liguera y cuyo logro, finalmente, acabaríamos tirando a la alcantarilla en tan solo tres meses. De esta forma se analizaba, a grandes rasgos, aquel partido en este sitio:

"Era una final y tanto que lo era... los medios de comunicación, oficiales e "independientes", informaban de una "hermandad del fútbol andaluz"... Si esa es la forma de disputar las finales de este equipo, no quiero ni verlas... bueno, sí, estaremos en Barcelona con un corazón nuevo... Tiempo habrá de valorar en su justa medida la nula aportación de algunos de nuestros profesionales, bien desde el banquillo, bien desde el eje del ataque... Sólo el empuje y la fe ciega de un chavalín formado en la carretera de Utrera, además de Capel y de Navas, nos dio hoy el éxito: Rodri presenta sus credenciales de casta, vergüenza y coraje, algo de lo que no pueden presumir, para desgracia propia y ajena, todos los que visten de blanco".

Tras el agónico éxito obtenido, todo el que en aquel instante sentía en sevillista se frotaba las manos de rabia sólo pensando en la esperada visita de nuestros "hermanos" almerienses al Ramón Sánchez Pizjuán: "nos lo íbamos a comer y la iban a pagar todas juntas... ".

Hoy, por fin, llegaba ese día e, increíblemente, todos, comenzando por la plantilla de profesionales y terminando por el último asistente a la grada, olvidamos nuestro compromiso. Es cierto que el equipo de la casta y el coraje no está para muchos dispendios y la afición, temerosa por la imagen que han venido ofreciendo los nuestros, ha acabado echando en saco roto su promesa.

Nefasto y deprimente -sin paliativos- el partido del Sevilla: sin ideas, ayuno de nervio, de carácter, apelmazado, impotente... Para colmo, unas claras manos en el área forastera son señaladas con penalti por el colegiado y Kanouté desperdicia la ocasión lanzando el esférico a las manos de Diego Alves. Antes José Carlos, desde la derecha y al borde del área, lanza un zurdazo impresionante al larguero almeriense que, tras botar el esférico en la yerba, bien pudo significar la tan necesaria superioridad en el marcador. Al descanso se llegó con empate a cero e, increíblemente, otra vez salieron los nuestros del vestuario con peor predisposición. Pareciera que eran los de Almería los que nos la tenían jurada: anticipación, velocidad, dinamismo y tres goles: el primero de ellos "perfectamente apreciado" por el asistente de la banda de preferencia, quizá los únicos ojos del estadio que lo vieron y después dos golazos, justo es reconocerlo; otra cosa bien distinta -claro síntoma de impotencia- son aquellos de los nuestros a los que le restan ganas de aplaudirlos.

Nuestro Sevilla está irreconocible, sobretodo en el plano anímico. Lo domina la desconfianza y, lo que es peor, de ninguno de nuestros profesionales sale un gesto de rabia, de presión, de coraje, de casta, quizá de "vergüenza torera". ¿Cómo puede permitirse una falta y otra, una pérdida absoluta de tiempo seguida de otra de nuestros rivales, sin que el colegiado ni los contrarios sientan el aliento de alguno de los nuestros en el cogote? ¿Cómo se entiende un derribo tras otro a nuestros delanteros sin que el pescuezo del infractor se sienta amenazado con una "tragantá", sin que uno sólo vestido de blanco se acerque al colegiado a preguntarle "educadamente" para cuándo piensa dejar las tarjetas. En la leyenda de nuestras camisetas exigimos respeto pero, hoy, algunos, en el césped y en la grada, no han conocido el significado de esa palabra...

En nuestro primer equipo se echan en falta muchas, demasiadas, cosas y no son precisamente dos centrales, dos mediocampistas y un delantero, como algunos "genios" de la cosa esta han dejado caer en sus comentarios post partido. A nuestro Sevilla le hace falta algo que, como el cariño verdadero, ni se compra ni se vende: liderazgo, carácter, hombría...

Y si bien es cierto que la práctica totalidad de nuestra afición olvidó el compromiso adquirido el 15 de mayo de este año, justo es valorar y reconocer el apoyo absoluto de la gran mayoría de los asistentes -¡sombrerazo a la grada norte de Nervión!-, sabedores de lo que había hoy en juego.

No pudo ser y, lo que es peor, por ese camino difícilmente será. No es menos cierto que, mientras unos, con todo el derecho del mundo, expulsan por su boca los demonios generados por el lamentable espectáculo ofrecido, otros, también en su derecho, entienden que en esta lucha están dispuestos a fracasar junto a los suyos (los de "colarao"), lo mismo que, hace bien poco, gozaron junto a ellos. Dos formas, tan distintas y tan distantes, de entender este sentimiento. Hoy, una vez más, tragándome mis demonios, estoy junto a los míos y quiero ofrecerles el poco pero rabioso grito de apoyo que me permite mi garganta: ¡Qué grande eres, Sevilla, incluso en las victorias!

FICHA TÉCNICA DEL ENCUENTRO

Sevilla F.C. 1 - Almería C.F. 3

Sevilla F.C.: Palop; Dabo, Alexis, Cáceres, Fernando Navarro; Zokora, Renato (Romaric, min, 64); José Carlos (Alfaro, min. 64), Kanouté, Diego Capel; y Negredo (Acosta, min. 77).

Almería C.F.: Diego Alves; Juanma Ortiz (Lillo, min. 64), Acasiete, Carlos García, Jakobsen; M’Bami, Fabián Vargas; Corona (Valeri, min. 72), Piatti, Crusat; y Kalu Uche (Ulloa, min. 87).

Goles: 0-1, min.47: Fabián Vargas. 0-2, min.80: Piatti. 1-2, min.82: Kanouté. 1-3, min. 88: Piatti.

Árbitro: El cántabro Teixeira Vitienes dicen las crónicas. A mi no me lo ha parecido. Mostró tarjeta amarilla a los sevillistas Zokora, Palop, Alexis y a los visitantes Fabián Vargas, Juanma Ortiz, y Jakobsen. Expulsó a Alexis en el minuto 88 por doble amonestación.

Incidencias: Partido correspondiente a la 15ª jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante 35.000 espectadores, diecisiete de ellos almerienses. Terreno de juego en perfectas condiciones.


2 comentarios:

  1. Ya lo comenté en éste mismo blog ayer. Cuando habladas de balsa de aciete, lo de la Junta, no me he cansado de repetir, que aquello fue una pantomima, donde a parte de no explicar nada, como era de preveer, encima el señor Subdirector General Deportivo (te juro que en mi vida, he conocido dos incompetentes del calibre que tiene el Sevilla como Subdirectores, y mira que conozco empresas) se pavoneaba poniendo ejemplos simplistas e irreverentes a los accionistas, cuando se ponía a hablar de videojuegos y demás. Al final, cada uno terminará donde le corresponde.
    Pero ami, lo que me da miedo, querido Paco, es que vamos en carrera hacia donde estamos pensando, pero que no queremos ni mencionar. Y sobre todo, que estos iluminados, se creen en poseción de la verdad. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Lamento no estar de acuerdo, Alexis.
    Pienso que esto no es tan fácil como a ti te parece.
    Cuando las cosas no salen, es fácil y hasta humano, arramplar con "to" lo que se menea.
    Yo no me siento con fuerzas de eso. Hoy quiero ofrecer las pocas que me quedan animando a los míos a la espera de que me la devuelvan aumentada y engrandecida en poco tiempo.
    Así entiendo yo a mi Sevilla.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar