La foto de Las Azores se ha transformado por arte del birlibirloque en el retrato del Eliseo. El “no” a la guerra se ha convertido en un “sí” rotundo, deseado, anhelado, hasta suspirado, por el “iluminado” que habita La Moncloa.
ZP, que retiró las tropas de Irak a pesar de la resolución de Naciones Unidas que convalidó la acción, compareció ayer junto al secretario general de la ONU para anunciar la participación de España en el ataque militar a Libia y hoy, con mesa y mantel de por medio, ha ratificado en París -¡ya está bien de misiones de paz!- que vamos a pegarnos de tiros con el, hasta ayer tarde, amigo-dictadorzuelo del norte de África.
Hace poco más de tres años desde La Moncloa se aseguraba que la visita del líder libio a España, Muammar Gadafi, abría unas expectativas de negocio en este país para las empresas españolas de cerca de 17.000 millones de dólares, según las estimaciones del Gobierno, principalmente en sectores de Defensa, infraestructuras, telecomunicaciones, turismo y gestión del agua. Y además, para el presidente, la intención de España era establecer "un marco global de cooperación con la que contribuir -ironías del destino- a un futuro de paz, estabilidad, democracia, libertad, justicia y prosperidad para nuestros respectivos países". Todo ello ha devenido en la venta de armamento al líder libio por valor al menos de 25 millones de euros; armas que bien (mal, mejor dicho) podrían servir para causar bajas en nuestras fuerzas en la GUERRA que hoy mismo se inicia con la bendición de los tutores de conciencia del siglo XXI. Resulta curioso y mueve a la risa, si no fuera porque están en juego muchas vidas, que hoy mismo España aporte seis aviones, una fragata y un submarino para embargar a Gadafi las mismas armas que le estamos vendiendo.
Viene a colación y haciendo un poco de historia -respecto a la manipulación, de la que son perfectos genios los estrategas que ahora nos venden las “bondades” de esta guerra- que la foto de Las Azores no fue ésta, como la división manipuladora del cuarto poder -madre de la división mediáticogaláctica- nos ha hecho creer gracias a una mentira mil veces repetida.
De la instantánea del archipiélago atlántico, durante casi una década se ha echado en falta al anfitrión, José Manuel Durao Barroso, que sí estaba presente en la foto no manipulada, pero al que hicieron desaparecer -simplemente recortándola- para convertirlo en el máximo preboste de la Comisión Europea. De esta forma, las sectas del poder, a su antojo, condenaron a los otros tres protagonistas, mientras que al luso -avatares del destino- lo premiaron como les convino. Se dice en castellano que “o todos moros, o todos cristianos…”, pero estas gentes escriben la historia a su antojo.
Y así continúan haciéndolo (para muestra, la conversación Gabilondo-ZP): ¿Qué pinta tienen los sondeos que tenéis?". "Bien, sin problemas, lo que pasa es que nos conviene que haya tensión y yo voy a empezar, a partir de este fin de semana, a dramatizar un poco… nos conviene mucho porque si no, la gente...". “Sí, sí, os conviene mucho… ".
P.S.- Más información sobre la Guerra de Irak para ignorantes que prefieran dejar de serlo:
08/10/2002. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad la Resolución 1.441.
17/03/2003. Bagdad rechazó el ultimátum de la Resolución 1.441 y la ONU evacuó a los inspectores y al resto de su personal.
18/03/2003. El Gabinete de Crisis del gobierno español decidió el envío de un "contingente humanitario" a la zona del conflicto.
20/03/2003. Comenzaron las operaciones militares de la Tercera Guerra del Golfo.
20/03/2003. El Gobierno hizo firme la resolución del Gabinete de Crisis, y en la referencia del Consejo de Ministros apareció el "Acuerdo por el que se envía una unidad conjunta de ayuda humanitaria a la zona de operaciones en el Golfo Pérsico." La operación recibe el nombre de Sierra Juliet. Participaron tres barcos, el buque de asalto anfibio Galicia, con 621 militares, el petrolero de Flota Marqués de la Ensenada, con 96, la fragata F-84 Reina Sofía con 182. Estos hombres salieron con los barcos el día anterior o se incorporaron, vía aérea, en Yibuti.
27/04/2003. El Gobierno aprobó la remodelación del contingente enviado a Irak, de modo que elevaba así a 1.300 el número de soldados fijados en un primer momento.
21/05/2003. La OTAN, en su reunión del Consejo Atlántico del día 21 de mayo de 2003, inició el proceso para apoyar a las fuerzas multinacionales que se desplegaran en territorio iraquí.
22/05/2003. El consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 1.483 en la que "Hace un llamamiento a los Estados Miembros y las organizaciones interesadas para que ayuden al pueblo del Iraq en la labor de reformar sus instituciones y reconstruir su país y contribuyan a que existan en el Iraq condiciones de estabilidad y seguridad de conformidad con la presente resolución".
21/06/2003. Finaliza la misión de las tropas adscritas a la operación Sierra Juliet.
11/07/2003. El Consejo de Ministros aprobó un acuerdo por el que se autorizó la participación de unidades militares españolas en las operaciones encaminadas a proporcionar seguridad y estabilidad en Iraq y facilitar su reconstrucción. Fundamentó este acuerdo, entre otras razones, en la resolución 1483 del Consejo de Seguridad y en los acuerdos de la Alianza Atlántica.
14/07/2003. Regresaron a España las tropas de la operación Sierra Juliet.
23/07/2003. Partieron las primeras tropas españolas que compondrán la brigada "Plus Ultra".
15/12/2003. Presidida por el Ministro de Defensa, tuvo lugar en Diwaniya la transferencia de autoridad entre las Brigadas "Plus Ultra" I y II.
18/04/2004. Zapatero anunció la retirada inmediata de las tropas españolas entre los abucheos y la lluvia de plumas de los soldados aliados.
En resumen: la intervención en suelo iraquí durante el periodo de Aznar tuvo dos fases diferenciadas en el tiempo y en las misiones encomendadas: la primera se concibió como una misión de ayuda humanitaria mientras que la segunda añadió un elemento de colaboración en la estabilización y auxilio a la Autoridad en los términos contemplados por la resolución 1.483 y la Alianza Atlántica.
Ninguna de las dos operaciones fue denunciada, por los organismos internacionales, como ilegales o contrarias al derecho internacional. Lo contrario hubiese sido absurdo, pues se realizaron a solicitud de las mismas instancias. El socialismo español, como oposición al Partido Popular, mantiene la ficción de la ilegalidad de esas acciones, pero sólo en sus medios de propaganda y agitación; en los foros internacionales sigue pronunciándose en sintonía con las resoluciones del Consejo de Seguridad.
Estamos, por tanto, ante la utilización de un doble lenguaje. Uno de ellos destinado a su electorado, desinformado de la realidad internacional. Con el otro, pretenden mantener la impostura de un ficticio apoyo a los organismos internacionales a los que pertenecemos.
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