Hasta mediodía pensando en Medel para nada... Al final jugarían once, pero
no el "once", lo que demuestra lo evidente en este mundo del fútbol: la
necesaria existencia de titulares y suplentes.
Mateu, los comités y las lesiones impidieron hoy formar un mediocampo lo más
cercano posible al deseado y bien que se notó. Las ausencias de Rakitic,
Trochowski y Medel -sólo Maduro ha estado presente- han pesado en exceso. El
fondo de armario no llega ni con mucho para paliar el resfriado de la zona
ancha y más cuando su privación acerca más el diagnóstico a la pulmonía que
al simple catarro. El trío citado se antoja fundamental. Su buen estado de
gracia había coincidido con el mejor Sevilla de los últimos meses y su
ausencia ha evidenciado defectos que, sin llegar al horrísono reciente
pasado, parecían felizmente superados.
Míchel aprovechó las circunstancias para cambiar el sistema a un 4-4-2 (este
sí) tan efectista como escasamente efectivo. Campaña y Kondogbia debutaban
hoy como titulares y la presión les ha podido: los lógicos nervios de los
principiantes se han visto estimulados con un sistema donde los apoyos son
más escasos y las distancias demasiado grandes para generar el fútbol de
presión, control y toque que el Sevilla del arranque liguero nos brindó. Y
no es que estuvieran especialmente mal, sobretodo el primero al que cabe
apreciarle la personalidad suficiente para equivocarse, volverse a equivocar
y no esconderse jamás. Si su estado físico y anímico mejora y engrandece esa
virtud de ofrecerse siempre, podemos encontrarnos con el jugador que tanta
gente espera. El francés, por su parte, anduvo precipitado, fuera de sitio
y, en demasiadas ocasiones, abstraído del partido.
Babá acompañó a Negredo en el ataque y el africano, falto de minutos, no
encontró nunca su sitio. Sólo el gran momento de Navas y la presencia de
Negredo hacían albergar esperanzas de victoria en un partido que apuntaba a
un claro empate final. Pero no fue así: al cuarto de hora del segundo tiempo
Gil Manzano sanciona con penalti unas manos dentro del área de Maduro a la
altura del pecho para protegerse en el lanzamiento de una falta. El
lanzamiento desde los once metros, tras la clara infracción, fue aprovechado
por Iago Aspas para encarrilar un partido sin dueño. Muy bien el colegiado
extremeño en la mayor parte de los lances; habrá que esperar si mantiene el
criterio y el espíritu de la norma cuando el sancionado sea alguno de los
protegidos por la Federación.
El Sevilla no mejoró en demasía a partir de ahí, sólo Negredo mantenía la
esperanza pero fue De Lucas el que, al final en la primera pelota que tocó,
estableciera el 2-0 definitivo. Casi nunca un equipo haciendo tan poco
obtiene tanta recompensa pero esto es fútbol y en eso consiste precisamente
este juego: marcar al menos un gol más que el contrario.
Dos largas semanas por delante para meditar y para aclarar, si se puede, la
pésima información facilitada por las parte implicadas en el caso Medel-CEDD.
A estas horas aún no está claro si el máximo organismo disciplinario ha
desestimado las alegaciones del Sevilla o se ha limitado a denegar la
sanción cautelar. Nos lo explicarán seguro... antes de recibir al Mallorca
de Caparrós. Tiempo hay.
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Real Club Celta
de Vigo 2 -
Sevilla F.C. 0
Real Club Celta
de Vigo:
Sergio; Mallo, Cabral, Tuñez,
Lago; A. López (Bustos, m. 80), Oubiña, Augusto, Krohn-Dehli; Park (Bermejo,
m. 57) y Iago Aspas (De Lucas, m. 82).
Sevilla F.C.:
Palop; Cicinho, Botía, Spahic, Fernando Navarro; Maduro, Kondogbia (Hervás,
m. 77), Campaña (Manu del Moral, m. 65); Jesús Navas, Babá (Reyes, m. 45) y
Negredo.
Goles:
1-0, m. 60, Iago Aspas (p);
2-0, m. 85, De Lucas.
Árbitro:
El extremeño Gil Manzano.
Amonestó a los jugadores locales
Krohn-Dehli y a los sevillistas Botía y Maduro.
Incidencias:
Partido correspondiente a la 7ª jornada de Liga disputado
en el estadio de Balaídos
ante 10.000 espectadores. Terreno de juego en malas condiciones.
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