jueves, 8 de agosto de 2024

100608. ¿Huelga? ¡Porque tú lo digas... !

Como ya se dijo, a los siete años en el dique seco en lo que en RRSS a mí respecta, se unió un lustro de colaboraciones muy esporádicas en otros medios y espacios tales como Letra Cursiva, El Tercer Lado, esRadio o Columnas Blancas, que iré recordando en este reaperturado espacio, poco a poco. Algunas parecerán nostálgicas, otras se antojarán imposibles a la luz de los acontecimientos vividos en España y, especialmente, en Andalucía en los últimos cinco años… Continuamos con las colaboraciones en El Tercer Lado, asociación de funcionarios de la Junta de Andalucía que presidí y un asunto “siempre de actualidad” para los medios subvencionados: ¿Huelga? ¡Porque tú lo digas… ! publicado el 8 de junio de 2010 (2 de 21)

Los sindicatos nos llaman hoy a la huelga a los empleados del sector público. Y no se les cae la cara de vergüenza.


Hasta ahora habían permanecido en silencio, llenándose los bolsillos, en absoluta complicidad con los empresarios y el gobierno, mientras, primero, negaban la crisis; segundo, culpaban de ella “a los demás”; tercero, aplaudían con las orejas -entre otras- iniciativas como un “Plan E” de ficticias o nulas inversiones; cuarto, procedían, en connivencia con ellos, a un perverso rescate bancario que nos ha costado a todos más del doble de lo que ahora se pretende ahorrar (50.000 millones de euros sólo en ayudas directas) y, quinto, contribuían con su estulticia a multiplicar las cifras del desempleo hasta duplicarlas en el último bienio.

 

Para rematar, han callado cobardemente ante la subida del IVA y ante los fundados rumores de ampliación de la jornada laboral y de la edad de jubilación. Nunca fue el momento de mostrar el descontento en la calle, de solidarizarse con el exorbitante elenco de desempleados, de reprobar a los cuatro vientos la política desaforada de un gasto inútil e ineficaz; era, como sigue siéndolo, el instante de la mamandurria y de la dilapidación en beneficio propio, como muestra el gráfico:



Naturalmente que, ante el tijeretazo a nuestros derechos, los funcionarios tenemos mucho que decir. La finalidad de las medidas adoptadas, dicen, no es otra que enviar inequívocas señales a los mercados financieros de ahorro en las cuentas públicas, de mostrarles, siquiera indirectamente, un empobrecimiento generalizado para reactivar la economía. Alguien debe explicarnos –somos así de zotes- cómo se llegará a la meta en ausencia de inversión y de consumo.

 

Desde este sitio se ha hecho pública una lista alternativa de medidas eficaces que paliarían sensiblemente el déficit del sector público y que han de considerarse no sólo como una decisión coyuntural –todo lo contrario, perenne- en esa otra forma de gestionar los recursos ajenos que venimos pregonando: la reducción de subvenciones a organizaciones empresariales, sindicatos y partidos políticos que culmine en la autofinanciación en el periodo de un lustro y la supresión drástica del número de liberados sindicales, hasta alcanzar la cifra del cincuenta por ciento actual en un periodo de dos años, destacan especialmente.

 

El día aquél en que a estos “sindicatos representativos” les quitemos las comillas, abandonen la moqueta, la vidorra plena, bajen a la calle, vivan de sus afiliados y defiendan los derechos de los trabajadores con preferencia a los de sus barrigas, habrá llegado el momento de valorar sus decisiones.

Francisco Romero, presidente de la Asociación El Tercer Lado.

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