No es el peor equipo sevillista que hayamos visto. Desde el plano de la calidad
ni por asomo, pero desde el plano de actitud, de la perseverancia, de la casta y
del coraje, éste sin duda se lleva la palma.
Es todo tan previsible, tan imaginable en definitiva... el equipo se muestra tan
poco trabajado que lo que venimos augurando desde el comienzo de la temporada ya
es más que patente: la aptitud sin actitud da como resultado un pan como unas
tortas; el desesperante toque, retoque y vuelta a empezar no es una táctica,
sino una forma infame de dejar pasar los minutos sumando posesión y pases que
para los resultadistas -todos, al fin y al cabo- convierten el espectáculo en un
sucedáneo descafeinado de la danza clásica.
Se buscaba la victoria 1.000 en Primera División. Con el diluvio inicial
reapareció Berizzo y, con él como novedad, P.H. Ganso que, como el resto de
compañeros, no tuvo su noche. Sin duda, la reentré precipitada del técnico
muestra muy a las claras que el equipo, sin prisas pero sin pausas, se está
yendo por el sumidero. El pretendido golpe de efecto dio como resultado todo lo
contrario: faltan huevos y sobran figuritas; se continúa (y se
continuará) echando de menos la intensidad porque esa cualidad no se entrena, se
tiene o no se tiene, escasea el amor propio y sobran cientos de toque y paredes
de chichinabo. El "espectáculo" de hoy se resume en dos palos, uno por
cada bando, tres paradones del cancerbero visitante, uno de Sergio Rico y dos
medrosas media salidas.
Navas salió al final para sumar 416 partidos con la casaca blanquirroja. Escasos
minutos para superar oficialmente la marca de entorchados sevillistas hasta
ahora en poder de Pablo José Blanco Blanco, un ejemplo de los que hoy por hoy
está ayuna esta plantilla. ¡Coke, vuelve ya!
Acabamos 2017
con el honor -dudoso por el espectáculo que nos brindan- de no haber vivido
una sola derrota de "loh nuehtroh" en el Sánchez Pizjuán, lo que no es óbice
para reconocer el deshonroso comportamiento de muchos de los que hoy por
hoy, salvo una excepción, visten la sagrada camiseta sevillista sin más
reconocimientos que su pasaporte pampeano. Si queremos revertir siquiera
parcialmente la situación, el técnico, felizmente recuperado de su
intervención, ha de ser cesado de inmediato. Sin contar el encuentro del
próximo miércoles en Anoeta ante una Real Sociedad en declive a la que,
seguramente, reviviremos, quedan 18 días para competir en un mes de enero
agobiante de trabajo y encuentros, tiempo, si no excesivo, suficiente para
que un nuevo técnico tome las riendas. Con él (mi carta a los Reyes Magos)
hay que buscarles destino (a ti no, Ever) a la pléyade de argentinos que
Sampancracio nos dejó colgando de la chepa, fichar un portero que pare lo
parable, un lateral derecho que supla la carencia de esa banda, un
centrocampista organizador que acompañe a Banega y un centro delantero de
referencia. Si Nzonzi se marcha, como todo apunta, habrá también que
buscarle un acompañante al Pizarro mexicano. De verdad majestades, he sido
bueno.
FICHA TÉCNICA DEL
ENCUENTRO
Sevilla FC 0 - Levante
UD 0
Sevilla FC:
Sergio Rico, Mercado (Jesús Navas, minuto 76), Kjaer, Lenglet, Escudero,
Pizarro, Banega, Ganso (‘Mudo’ Vázquez, minuto 67), Sarabia, Correa (Muriel,
minuto 82) y Ben Yedder.
UD Levante:
Oier, Pedro López, Postigo, Chema (Cabaco, minuto 80), Antonio Luna,
Campaña, Lerma, Lukic (Rober pier, minuto 69), Jason (Samu, minuto 88),
Morales y Enes Unal.
Árbitro:
El gallego
Iglesias Villanueva. Mostró tarjetas amarillas a Campaña, Lukic y Antonio
Luna, por los valencianos, y a Lenglet y Franco Vázquez, por el Sevilla.
Incidencias:
Partido
correspondiente a
la 16ª jornada de Liga disputado
en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán
con la peor entrada en muchos años en noche no excesivamente fría pero
lluviosa en los prolegómenos y durante gran parte del primer tiempo. Terreno de juego
rápido y en
perfectas condiciones.
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