viernes, 15 de diciembre de 2017

Reflexiones sobre la Junta General del Sevilla FC 2017 (y III) (por Ernesto López de Rueda)



(Foto: Estadio Deportivo)


3. Sorpresas en la Junta

El lunes el ex presidente Sr. Del Nido compareció con una atrabiliaria propuesta de construcción de un nuevo estadio para 60.000 espectadores y una inversión de 150 millones de euros que habría que pedir a los bancos, entre otras cosas para evitarnos impuestos (sic)…

El pedir financiación externa obedece a que los accionistas mayoritarios (siendo él el primero) no tienen capacidad económica para invertir proporcionalmente en mejorar el patrimonio del Sevilla. Si la tienen para mejorar su posición dentro del club para cada vez tener más poder comprando acciones cada vez a mayor precio para mantener sus posiciones o para especular si desean su venta, pero no para que el club crezca.

Sorprende que el presidente que puso los precios más caros de los abonos del Sevilla FC en toda su historia y aún no superados hoy en día casi 10 años después y que no conseguía entradas de más de 22-23.000 personas en la fase de grupos de Champions o de 32-33.000 en octavos de dicha competición (cuando hoy vemos que el estadio se llena en partidos champions con una política de precios más adecuada), diga ahora que el Sevilla necesita un estadio de 60.000 personas que, visto lo visto, él jamás lograría llenar.

En 2006 convocó un concurso para la reforma del Ramón Sánchez-Pizjuán y que evaluó un jurado formado por 9 personas. Cuatro eran miembros del Sevilla incluyéndolo a él, al director general, al arquitecto del club y no recuerdo a la otra persona. Otro era el gerente de Urbanismo, a la sazón el Sr. Marchena y que pertenecía al círculo de confianza del propio ex presidente, y cuatro eran miembros del Colegio de Arquitectos de Sevilla. Curiosamente estos cuatro profesionales y en la decisión última sobre los dos proyectos finalistas, votaron por el que no patrocinaba el Sr. ex presidente guiados por criterios exclusivamente profesionales.

El propio José María del Nido valoró en 150 millones de euros en 2006 la ejecución del proyecto ganador que patrocinaba. Hablando con los otros arquitectos finalistas, un estudio radicado en Sevilla, que han construido estadios en todo el mundo, evaluaron hace 2 años en unos 50-70 millones de euros (dependiendo de las calidades del material) la ejecución del suyo teniendo en cuenta que era –por bases del concurso- para 60.000 espectadores, si fuera para 50.000 sería más económico.

Nunca he estado más contento porque no saliera un proyecto del Sevilla, o mejor dicho, de alguien del Sevilla. No me gustaba un proyecto que se llamaba “150 millones de euros”.

Y ese proyecto resucitó la otra noche… Era la manera de desembarcar en la junta, la estrella de la reaparición. Si el Sr. Del Nido, competente en materia de enardecimiento, hubiera sido vitoreado no duden de que la Junta hubiese tenido un desarrollo incierto, desconocido, más con la aparición de otros actores secundarios.

Afortunadamente, el disparate propuesto por el Sr. Del Nido (el Sevilla no necesita un estadio de 60.000 personas cuando el Valencia plantea rebajar el suyo de 75.000 a 55.000; el Athletic lo tiene de 53.000 con una provincia de distancias cortas y sola para él sin competir con otro club; y el Atlético de Madrid lo tiene de 72.000 y no llega a 60.000 de media cuando se trata de una entidad mayor que el Sevilla, con mayor poder deportivo, económico y social y con una población de casi 7 millones de personas en 100 kilómetros a la redonda) resultó indiferente por demagogo al sevillismo allí presente. No por hablar más alto ni con un verbo cálido, sonoro y estentóreo se tiene más razón, y de eso se percató el ex presidente, muy sólo.

Sólo como demostró la primera votación. En ella se aprobaban las cuentas anuales de la temporada 2016-17 y el Sr. Del Nido manifestó el sentido negativo de su voto. Así fue, el 36,6 % del accionariado presente que equivale al 26,2 % del accionariado total del club, votó en contra. Hubo agrupaciones de votos, muy minoritarios pero votos al fin y al cabo, que secundaron el voto negativo del ex presidente, y sumaron el 26,2 % del capital del club, ergo he de suponer que la familia Del Nido controla realmente algo menos del 26 % de las acciones. Hasta José Gómez Miñán votó a favor de la aprobación de las cuentas en disenso con el Sr. Del Nido.

Y digo hasta, porque el Sr. Del Nido, por votar en contra, votó en contra de las cuentas anuales de una empresa en la que su hijo José María del Nido Carrasco figuró como vicepresidente durante todo el ejercicio fiscal analizado entre el 1 de julio de 2016 y el 30 de junio de 2017, ya que su dimisión y salida del consejo fue posterior. El Sr. Del Nido no señaló ninguna cuenta o partida en concreto que pudiera sostener su voto negativo, votó en contra de todo lo que no hace él, incluido el depositario de sus acciones, su hijo y (ex) vicepresidente.

Con esa propuesta estrafalaria de nuevo estadio por 150 millones de euros para una sociedad que en este ejercicio récord facturará unos 200 millones de euros (con unos 15-20-30 millones de beneficio) equivalentes a que Madrid o Barcelona (quienes generan recursos infinitos comparados a los del Sevilla) destinaran 600 millones de euros a sus estadios, cosa que no harán ni de lejos y su oposición frontal a todo, el Sr. Del Nido probó a ver si era seguido constatando que no es ésa la realidad del Sevilla.

Con más apoyos su demagogia podría haber producido una desestabilización accionarial que comprometiera el futuro del Sevilla.

Gracias al comportamiento de los accionistas minoritarios en abrumadora mayoría no se produjo pese a la intención del Sr. Del Nido –legítimamente como poseedor de un importante paquete accionarial de unas 26.000 acciones- coincidente casualmente, qué casualidá Migué y reitero que de puritita casualidad, con la de otro paquete accionarial de 2 acciones tituladas por el letrado Sr. Martínez.

Un letrado que en el pasado julio esgrimió unos papeles ilegalmente sacados del club por traición y deslealtad hacia éste de alguien que se los facilitó a un notario próximo al Sr. Del Nido y que llegaron a manos del letrado ¿sin conocimiento de Del Nido? Pura casualidad.

Dicho letrado (letrados en realidad somos todos los instruidos en la lectura y la escritura. E incluso antes que licenciado en Derecho también “quien presume de discreto y habla mucho y sin fundamento” como le ocurre con harto frecuencia al letrado Martínez, y me estoy remitiendo a la RAE) que en Pamplona y Madrid y con toda la razón del mundo exige la presunción de inocencia para los investigados y encarcelados así como que no se les formen juicios paralelos, en Sevilla se olvida de todo ello y con elocuencia y aspavientos exige dimisiones e intenta forzar situaciones propias de cualquier juicio paralelo.

Yo, al contrario que otras personas, no soy de desvelar conversaciones privadas sin autorización de los interlocutores, así que le pido permiso al Sr. Martínez y si no tiene inconveniente:

-         Desvelo el sentido de la Junta que tenía preparada según conversaciones mantenidas 
con quien suscribe.

-         Su argumentario para querer convertirse en directivo de Voz del Sevillismo una vez formada democráticamente la primera junta directiva, en el mismo día en que se formó y tras quedarse fuera simplemente porque no había manifestado interés en formar parte de ella en el momento en que se abrió dicha posibilidad ante una asamblea en la que participaron más de 80 personas.

-         Como maniobró para saltarse olímpicamente la voluntad democrática manifestada por ellas.

-         La conversación que al día siguiente tuvo conmigo para que le cediera y por qué la portavocía y representación de Voz del Sevillismo en el día número 2 de la creación de la comisión gestora.

-         La reunión para la que, tras mi negativa, convocó a Eduardo Arenas ante otro cualificado testigo al día siguiente de mi negativa y reclamando ya no la portavocía sino la presidencia (la escalada en la organización en tan solo 24 horas).

-         Cómo ante sus fallidos intentos con Voz del Sevillismo, al día siguiente contactó con la asociación de Pequeños Accionistas (APA) para darse de alta como miembro y formar en breve plazo parte de su junta directiva sin atender a los plazos y actos protocolarios.

-         Como, en el otoño siguiente a esa primavera de 2013, tuvimos un casual encuentro, también afortunadamente ante varios testigos, en el que me invitó amablemente a que sumáramos a Voz del Sevillismo a un movimiento para “romper” todo en el Sevilla.

Si me autoriza, lo cuento, teniendo en cuenta además que en su mayor parte fueron conversaciones en espacios comunes y ante testigos, pero me gusta guiarme así, pidiendo permiso.

Y este Sr. letrado, viene a decirnos que tiene unos papeles y unas grabaciones (¿habrá aportado las grabaciones a la fiscalía? Pregunto por no reírme) que corroboran que el presidente del Sevilla puede haber cometido actos que “a lo mejor no son delito pero son feos”. Él.

Y él, adalid de la presunción de inocencia en según qué casos (yo en todos) y contrario a los juicios paralelos cosa en la que coincidimos como no puede ser de otra forma, tras afirmar que ya se encuentra judicializado, abre otro frente. Yo de Castro le habría respondido “dado que el asunto se encuentra en vía judicial, para no liar ni enrevesar las cosas ni poner al Sevilla en almoneda ante la opinión pública de manera continua, opto porque la investigación siga su cauce”.

Lo deseable es que la justicia se pronuncie, que no se formen interesados juicios paralelos desde una intención egocentrista de quien dice A en Sevilla y B en otros lugares.

Y cuando la justicia se pronuncie, que cada palo aguante su vela, pero que el Sevilla no se vea sumido en una crisis institucional por descabezamiento de su cúpula (¡ay las grabaciones ilegales y manipulables en su uso!) sin, para más inri, existir un plan B, salvo que el plan B fuera el regreso de la familia Del Nido al frente del club. O a lo mejor el plan B era ponerse al frente de una manifestación manipulada.

Pero a Mr. Escándalo eso no le pareció oportuno. Podía haber formulado las preguntas por escrito y si la contestación no fuera satisfactoria, haberlo mencionado en la Junta, pero le interesaba la puesta en escena, el teatro, el escándalo, la orquesta del Titanic tocando mientras él interpretaba sus preguntas.

Por cierto, ir a una final como la de Copa en Madrid sin ser abonado mientras que más de 20.000 abonados del Sevilla se quedaron sin derecho a ir es una simple anécdota, no ningún escándalo.

Pues coincidieron en sus noes ambos letrados. El que estuvo sin hacer apenas nada en el estadio y ahora quiere hacer uno nuevo por 150 millones de euros y el que promueve el tratamiento escandaloso de asuntos que casualmente conoció en un reconocido feudo delnidista. Ni se miraron.

Qué pinza podrían haber formado si la gente les hubiese hecho caso aunque la inmensísima mayoría del accionariado minoritario despreció sus actuaciones.

Reflexionen sobre qué Sevilla podríamos tener hoy viernes de haber calado entre el accionariado minoritario el mano a mano demagógico entre estos letrados. Es una forma de hablar, perdonen la licencia, porque está clarísimo que sus postulados complementarios lo eran por puritita casualidá, Migué.

Quien andaba publicitando a quien quisiera oírle que iba a destrozar a Castro y a Cruz, a Carrión y a Del Nido finalmente no tocó a este último como tampoco lo hizo anteriormente con el subordinado del primero, el Sr. Vizcaíno quien se llevó –aparte de lo cobrado durante su actuación en el club- 631.000 € “extras” una vez se desvinculó de la entidad mediante un contrato desconocido para el consejo que gobernaba el Sevilla la temporada pasada. Qué casualidá, Migué.

Ni siquiera se expresó sobre la reentré grandiosa del ex presidente, ni Del Nido se hizo eco del espectáculo de su compañero cuando, tirando como lo hacía sobre Castro, no usó el argumentario conspicuo y de juicios paralelos del Sr. Martínez.

Curioso que éste en la semana anterior ya había tenido tiempo en Radio Marca de dedicar 7 de sus 8 minutos de intervención a criticar a Accionistas Unidos y a quejarse de que esta asociación contactaría con los paquetes mayoritarios pero no con él y sus 2 acciones (tan respetable como los otros 7.500 accionistas que tienen 1 o 2 acciones pero a quienes por cuestión obvia de logística una asociación no puede dirigirse, máxime cuando pese a sus peticiones de acceso al libro-registro de accionistas éstas fueron denegadas por el consejo). Poco menos que los sevillistas deben pedirle la venia para sus actuaciones por cuanto a él se habían dirigido “accionistas con apellidos históricamente sevillistas”. Así entiende el sevillismo.

Y vaya, qué casualidá Migué porque dos días antes, el ex presidente Del Nido se presentó en la asamblea de Accionistas Unidos que debatía sobre el sentido del voto y también expresó su queja porque “se haya reunido con los otros accionistas principales y no conmigo”, cosa que además era incierta pues fue dicha asamblea la que autorizó a la junta directiva a dirigirse a esos accionistas mayoritarios.

Qué casualidá, Migué, los dos letrados tan interesados en criticar a la asociación representante de gran parte de los accionistas minoritarios en vísperas de la Junta. Y por el mismo motivo.

Lo que mis ojos vieron en la Junta fue a Accionistas Unidos, sostenida y apoyada por otros muchos accionistas minoritarios que no habían agrupado con ella, batiéndose el cobre para evitar la desestabilización del club pues a ninguna otra situación conducía la estrategia emprendida por los letrados y compañeros. A la desestabilización, sin más.

Según entiendo, el presidente del club tiene una cita con la fiscalía que decidirá si solicita al juez la apertura de un proceso en el que ejerza la acusación. En todo caso, ante ella deberá responder el Sr. Castro. Tras la decisión judicial me pronunciaré sobre este tipo de cuestiones de la misma manera que lo habría hecho si no se hubiera judicializado la situación del club. Hay que elegir y no jugar con dos barajas en aras al protagonismo egocentrista.

Tengo presente, como supongo que los lectores también, que con carácter previo a la Junta la asociación Accionistas Unidos dejó claro que no permitiría una desestabilización institucional en el Sevilla FC. Y así lo entendió la mayor parte del accionariado minoritario que no habiendo agrupado con esta Asociación votó en el mismo sentido, que es el de la responsabilidad. Dicho sea con el máximo respeto hacia los accionistas sevillistas cuyo voto fue diferente aunque nadie de entre ellos salió a explicarse ni a abordar las cuestiones a las que he aludido arriba.

Los asaltos al poder son legítimos si alguien se considera con fuerza suficiente (que no era el caso por lo que había que recurrir a añagazas) pero conviene –si es posible y ahora lo era- elegir para ello el momento en el que la institución no sufra ni padezca sus consecuencias. Trabajaré con ardor para que ese marco se sostenga. Quienes deseen asaltar el poder o mirarse al espejo ante todos preguntándose si son guapos, que se busquen los apoyos precisos para una Junta Extraordinaria una vez concluya la temporada, pero ni al inicio ni en el desarrollo de ésta se deben usar la demagogia ni el egocentrismo desaforado para ejecutar propósitos que satisfagan intereses particulares y basados en un disparatado ego.

A las juntas del Sevilla hay que ir preparados, para eso hay que estar cualificado y no fiarlo todo a la improvisación y a los discursos grandilocuentes ni sibilinos. Yo observé con agrado que Accionistas Unidos acudió con los deberes hechos, con todas las situaciones estudiadas y con la aprobación previa en asamblea del sentido del voto que decidieron sus agrupados que desearon y pudieron ir o delegar su voto. La grandilocuencia quedó para el ejercicio de disparates protagonizados por otros.

En fin, ya son conocidos del sevillismo, uno desde hace mucho tiempo y que ya colapsó y otro que no sabemos si combustionó porque tras su espectáculo y escándalo dejó de interesarle qué opinaban otros sevillistas y se marchó cariacontecido de la Junta. Por cierto, reconocer y aplaudir la gallardía del Sr. Del Nido, quien aguantó hasta el último momento. Sus equivocaciones, tan numerosas, suyas son pero no le discutiré esa gallardía tan inútil como real.

Así que les resumo mi opinión:

-         Sí al reparto de dividendos por motivos de orden legal y social explicados arriba.

-         Sí a la remuneración del consejo en aras a la transparencia y teniendo en cuenta que se trata de, en este año, medio millón de euros para un incremento presupuestario enorme que nos lleva a pasar de los 200 millones de euros y a una capacidad adquisitiva ya ejecutada de 70 millones de euros en fichajes ampliable en el mercado invernal, lo cual disipa dudas sobre “no fichan para que haya más beneficios y así repartirse más dinero”.

o      No a la remuneración sólo por beneficios, que sólo se dé si además hay cumplimiento de objetivos deportivos reformando para ello los Estatutos Sociales del Sevilla FC (la autorización para la remuneración ha de solicitarse todos y cada uno de los años actualmente).

o      No a las obscenas cifras redondas: que sea un porcentaje incrementable según objetivos.

-         No al nuevo estadio propuesto por el Sr. Del Nido.

-         No al Sr. Del Nido y sus “yo haría” porque actualmente no tiene nada que hacer.

-         No al escándalo continuo ni a convertir al Sevilla en un circo por intereses egocéntricos que vienen de antiguo.

-         Sí a que el consejo reparta de la forma más equitativa posible los 500.000 € entre los consejeros que dedican horas y horas al Sevilla FC y que la presidencia y la vicepresidencia no sean las únicas efectivamente retribuidas ni con exageradas cantidades.

-         Sí a que el consejo sea más transparente y que su actitud bajo un reglamento del consejo de administración acote y no permita actuaciones que ensombrezcan el buen nombre del Sevilla por un uso inadecuado, por temporal que sea, de los recursos del Sevilla.

-         No a la judicialización interesada de asuntos sevillistas en aras al egocentrismo. Si se acude a esta vía, se deja actuar a la justicia sin juicios paralelos en tanto no exista una sentencia.

La irrupción de la fuerza del accionariado minoritario será decisiva para impedir cualquier abuso y menos de los que se acrediten convenientemente. El apoyo a un consejo se basará en lo mejor para el Sevilla y el Sevillismo, no en los intereses particulares de nadie como a veces ha ocurrido. A partir de ahora habrá que gobernar el club de otra manera.

Lo único que puede cambiar esto es que, como antaño, todos los capitales mayoritarios estén aliados de manera que el accionariado minoritario quede excluido de todo como ha sido tradicionalmente. Ellos verán.

Como sevillista y accionista estoy orgulloso del trabajo que desempeñó en la Junta la asociación Accionistas Unidos, mucha gente entregando su tiempo por nada, sin cobrar pero de verdad. Llamando a accionistas, atendiéndolos física y telefónicamente, visitando peñas distantes, atendiendo todas las peticiones. Un esfuerzo formidable. El resultado es que no existe ahora en el fútbol español una agrupación de accionistas minoritarios con esa envergadura, brío y tamaño.

Construyamos entre todos los sevillistas que deseamos lo mejor para el Sevilla por encima de cualquier interés personal o personalista un club cada vez más potente, más grande, con más participación del sevillismo en una gestión más transparente. Ésta fue siempre la guía, equivocada o no, de este sevillista que les habla. Abierto a todas las críticas y a debatir con todos quienes lo deseen a través de mi cuenta @NODO_SFC.

¡Viva el Sevilla!

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